Tres veces Copi en el Cervantes
Eva Perón. Marcial Di Fonzo Bo, director de la Comédie de Caen, repiensa el vínculo del genial dramaturgo e historietista con Sudamérica.
A 30 años de la muerte de Copi (Raúl Damonte Botana), por primera vez resonará su voz en el Cervantes, nuestro único teatro nacional. Y quien lo hará será otro argentino que se fue –como lo hizo el propio Copi en 1962– a París.
Es junio y Di Fonzo Bo ensaya en Francia, donde dirige la Comédie de Caen, dos obras de Copi que llegarán al país: la polémica Eva Perón y El homosexual o la dificultad de expresarse. Dentro del mismo programa también se verá El día de una soñadora (y otros momentos), con Marilú Marini y dirección de Pierre Maillet. Todo está enmarcado en unos años muy precisos: entre Mayo del 68, la revolución estudiantil, y el 71, la implicación militante de Copi en el Frente Homosexual de Acción Revolucionaria.
–Esta puesta de Eva Perón sigue sosteniendo a una Evita interpretada por un hombre, en este caso, Benjamín Vicuña, como lo fue en la puesta original.
–Copi hace de Evita una figura poderosísima y absolutamente teatral, shakespereana. He visto otras puestas en Europa con una mujer en el rol, pero no es solo mi lectura del texto, creo que tiene mucho que ver con la propuesta de Copi en general. Además, para el rol de Eva Perón quería que fuera un actor muy conocido, justamente para subrayar el hecho de que es un hombre, un actor, y que uno esté viendo el trabajo del actor y no otra cosa. Y además, habrá otra obra, El homosexual o la dificultad de expresarse. Me parecía importante no proponerle al público solamente Eva Perón, porque la lectura de la obra se hará a partir de la historia de la Argentina con esta figura y el peronismo en los últimos años, porque uno lee las obras a partir del contexto en el que se dicen.
–El homosexual habla de la relación de Copi con el país. ¿Es por eso que la incluyó? –Cuando escribió Eva Perón, se armó un revuelo porque grupos de ultraderecha trataron de impedir la representación de la obra e hicieron un atentado en la puesta de Arias con Facundo. El público creyó que todo era un happening, que era parte de la obra, y se fueron. A los días se retomó y la obra fue un gran éxito en Francia. Pero, a partir de ahí, Copi estaba fichado en la Argentina. De algún modo se autoexilió, no podía viajar, no podía publicar, y esto duró hasta la llegada de Alfonsín en el 83. Cuando sucedió esto, escribió El homosexual o la dificultad de expresarse en el 71, esta obra sobre gente deportada en Siberia con nombre de teatro ruso que tratan de encontrar el modo de expresarse, pasando de un género a otro, cambiando la identidad, queriendo cruzar la frontera, con el universo Copi de disparate. Pero en el fondo la pieza habla de la relación de un régimen totalitario con alguien que trata de expresarse. Me pareció importante darle al público la posibilidad de atravesar un momento muy preciso: el comienzo de Copi como escritor de teatro de estas obras, escritas en ese orden.