Brillos, elfas y sirenas para dar el sí
Performance. La dupla Galaxia & Mar celebró con una fiesta en el Museo Campo de Cañuelas su Boda Metafísica de Arte, oficiada por Delia Cancela.
En un marco bucólico rodeados de arte, coleccionistas y artistas, la pareja Galaxia & Mar celebró su Boda Metafísica de Arte el sábado 11 de marzo en el Museo Campo Cañuelas. Y con la ceremonia se vitalizó este predio de 35 hectáreas que concentra la colección privada de la Fundación Tres Pinos dedicada al arte moderno y contemporáneo, en los que suma un recorrido de dos kilómetros a cielo abierto con esculturas de artistas de la talla de Luis Felipe Noé, León Ferrari, Líbero Badi, Bastón Diaz, Alexis Minkiewicz, Gabriel Chaile, José Luis Landet y Andrés Paredes.
Junto al Museo Marco de La Boca y al Museo de la Ilustración Gráfica próximo a inaugurarse, ambos en La Boca, la Fundación creó este otro punto de encuentro, ya fuera de Buenos Aires, que combina naturaleza, cultura y esparcimiento, donde se puede ver también la obra de Carola Zech, Juan Stoppani/Jean Yves Legavre, Daniel Papaleo, Héctor Tassino, DOMA, Jano Sicura, Javier Bernasconi y Rafael Parra Toro, entre otros.
A pocos metros de la rotonda de Cañuelas, provincia de Buenos Aires y en medio de una jornada calurosa, el dúo formado en 2019 por Galaxia (Argentina) y Mar (Venezuela), con su cuota de glamour para lograr un conjunto de una belleza singular, se unieron en una ceremonia muy alegre. Con la fantasía que demuestran en cada una de sus obras o presentaciones que unen arte, moldería, bordado y textiles a un mundo de elfas, sirenas, ángeles y hadas. Galaxia es actor y actriz, y Mar, abogado y experta en el arte de coser, se conocen desde 2012 y vienen sumando un recorrido intenso, que incluye su paso por la muestra colectiva Todo Cuerpo es Político, en el Centro Cultural Borges o ser fotografiadas por reconocido Mario Testino en su visita a Buenos Aires en 2022. Tanto como el ser parte del proyecto en línea La vida en común, una extensión para bucear en la vida de parejas del arte que se creó en torno a la exposición Yente-Del Prete. Vida venturosa, curada por María Amalia García en el Malba el año pasado.
La tarjeta de invitación sugería llevar un código de vestimenta acorde a la imaginación de cada quien porque como bien lo expresaron en el papel: “Nuestra obra es una celebración a la libertad, al amor a nuestro vínculo y a los saberes ancestrales. Creemos en el arte como la clave para impulsar cambios sociales e incluir en ellos visibilizando otras formas de trabajo y nuestra visión propia e íntima del mundo”. Los invitados a la boda fueron llegando en grupos, conformando una concurrencia donde destacaban muchos diseñadores de moda circular y sin género, haciendo que el entorno humano fuera tan potente como la pareja.
Fueron distintos momentos que marcaron un recorrido. Comenzó con una performance de Galaxia, con sus ayudantes ataviadas con un diminuto y vaporoso enterizo con plumas blancas, quienes la vistieron mientras transcurría la música en el edificio donde funcionan las residencias para artistas del Museo Campo. Ya lista, la acompañaron al sector de pileta para que ocupara el lugar privilegiado donde había un sillón decorado, mientras dos sirenas esperaban en el agua. La irrupción de Mar generó otra energía con su performance alrededor de la piscina, bailando y saludando a los presentes, luego las sirenas la introdujeron en el agua donde la vistieron con un enterizo matelaseado iridiscente.
El grupo de invitados que seguía cada momento de la ceremonia vio con asombro cuando ambos se sumergieron en el agua y se declararon en voz alta su intención de unirse. Caminaron a un espacio contiguo donde se cubrieron con túnicas blancas muy amplias con visos dorados en las mangas, todo en silencio y con gestos acordes a la ocasión. Así preparadas se encaminaron debajo de la arboleda, donde los esperaba la oficiante de la boda, una artista argentina muy ligada al glamour y la moda desde los años 60. De blanco níveo y con su melena rojiza, así estaba Delia Cancela preparada para bendecir la unión.
El dúo asistió en silencio a su alocución celebratoria, cada uno dijo unas palabras en voz alta, diferentes entre sí guardando la idea de un poema y sustituyeron los anillos por unas largas cadenas doradas a modo de compromiso. Fueron dos padrinos, Amalia Amoedo y Gustavo Bruzzone, ambos coleccionistas, quienes les colocaron las cadenas con la misma emoción que el resto del grupo. Apenas sellada la unión, ya sin las túnicas y con sus cabezas coronadas por bellísimos penachos coloridos de gran altura, pasaron a otro momento de la intensa noche.
La fiesta siguió con música en vivo, intervenciones de DJs y alegría hasta entrada la madrugada. Celebrar el amor es posible y darle un marco creativo, una imperiosa necesidad.