El reino de la necesidad no conoce moral
Con una obra modesta –que incluyó canciones a las que les pusieron música Piazzolla y Waldo de los Ríos– fue una de las figuras más singulares de la poesía argentina del siglo XX.
Hablemos del lobo
Solidario en la nieve olfatea Perseguidor de huellas y tufos
La víctima comparece
Salto
Dentellada
Sangre sobre la nieve
Breve pasión que otro verdugo Desde lejos
Abolirá de un balazo
El reino de la necesidad no conoce moral.
Apuntes para una crítica de la razón poética
Digamos, por ejemplo: por un punto dado fuera de la luna sólo podrá trazarse a dicha luna una perpendicular y sólo una.
O también: llámase barroco a todo aquel para quien la distancia menor entre dos puntos es la curva.
Proposición: pasar de la poética de la moral a la moral poética.
Ejemplo: de dos peligros debe cuidarse el hombre nuevo: de la derecha cuando es diestra de la izquierda cuando es siniestra.
En resumen: más vale ser cabeza de león que cola de ratón.
El mejor modo de esperar es ir al encuentro.
Abajo las máscaras
Hablando de Musil, Broch recordaba que para Hofmannsthal el mejor escondite de la profundidad es la superficie.
Rimbaud ejerció durante tres años su sarampión poético. La poesía no se repuso, todavía.
Gallois expulsó su ecuación la noche previa a su muerte en un duelo.
Tenía veinte años. La ecuación persiste.
Hokusai pedía ciento diez años de vida para que todo el mar cupiese en un punto de su pincel de marta sibilina.
Para J.B., la vida duraba menos que un balazo. Jane Bowles: qué angustia elegir en un menú, cuando hay tan poco tiempo!
Atención. El primer suicida fracasó. En una noche que aún olía a dientes de sable, la rama no resistió a su peso. Pero el gesto perdura. Descubrió la cultura profunda, la que dice no desde una superficie que nos enceguece.
Avancemos, espada en alto, entre esta selva de antifaces.
Solicitud de clemencia
Yo sólo pido perdón por haber besado las playas del Mar Rojo haber visto las luces de Aqaba en el amanecer verde haber tomado mate entre el humo de los asesinos haber temblado ante el incesto de pez piedra con las piedras del sol con la belleza de mis sueños con la realidad
Yo sólo pido perdón por haber inventado las montañas de Arabia Saudita