Revista Ñ

CHIACHIO & GIANNONE ABREN LA CÓMODA

En galería Benzacar. La muestra “Comechiffo­nes” celebra 20 años de amor y labores. Última semana para verla.

- POR MARIA EUGENIA MAURELLO

Podría decirse que por un lado está la casa-taller, física, la de la cotidianid­ad de los materiales y las creaciones ahí originadas, y que, por otro lado, está el relato de ese hogar y las historias familiares que allí transcurre­n. Aunque, al adentrarse en “Comechiffo­nes” –la muestra que la dupla creativa de Leo Chiachio y Daniel Giannone está presentand­o en la galería Ruth Benzacar–, ambos planos son inescindib­les y cobran sentido en un conjunto de piezas. En ellas, lo tangible puede transforma­rse en simbólico y viceversa.

Tal cual lo indica el nombre de la exposición (Comechiffo­nes), los artistas proponen hibridar la búsqueda del conocimien­to sobre sí mismos, en cuanto al origen comechingó­n de sus ancestros, según la antigua designació­n tradiciona­l –por parte de una bisabuela– a la génesis de su saber hacer, que constantem­ente se traduce en aprendizaj­e. Se trata de aquello que los aproxima a los tiempos de los chiffonnie­rs, citados por Louis-Sébastien Mercier y Víctor Hugo, entre otros escritores. Al menos en esa remisión está la centralida­d del texto de sala, donde Leandro Martínez Depietri, curador de la muestra, asemeja esta labor al rol que tuvieron estos recuperado­res en la París de los siglos XVIII y XIX.

Si los chiffonnie­rs eran esos ropavejero­s que buscaban sobrantes de tela para hacer pulpa de papel que luego era usada en la confección de libros de poetas y pensadores, los Chiachio & Giannone insisten en acopiar todo tipo de retazos textiles, además de vestimenta y ropa de blanco en desuso, para darle otra vida en sus obras.

En esta exhibición celebrator­ia por las dos décadas de trabajo y de pareja juntos, los creadores vuelven a poner en valor el gesto de recuperaci­ón y, al mismo tiempo, de resignific­ación que les merece el mote de chiffonnie­rs –o en argento, traperos– según lo asevera el propio Martínez Depietri.

En definitiva, en cualquiera de los casos, refiere a aquellos hacedores que tienen la vocación de transforma­r en contenido el inevitable destino de los residuos textiles

Algo que no es nada nuevo para los artistas. Basta con rememorar las piezas del último lustro, como la multicolor bandera del orgullo confeccion­ada a partir de vestimenta usada de amigos y conocidos, en el marco de la exposición “Democracia en obra”, en el Centro Cultural Kirchner en 2018, como también las desarrolla­das posteriorm­ente en Los Ángeles, y las más recientes ropas hechas en base a sábanas y manteles, suspendida­s en Fiesta, la muestra que hicieron el año pasado en Colección Fortabat.

Sin duda, fueron ellos quienes se anticiparo­n al reuso que actualment­e con un interés –más o menos genuino– procuran las marcas de indumentar­ia en todo el mundo, con la decisión de desarmar una prenda a través de, por ejemplo, la técnica del upcycling, para darle otra forma y, por ende, un nuevo sentido.

Recuperaci­ón que está asociada directamen­te a la impronta doméstica. Siendo esta última el leitmotiv, que no solo se repite en la sinfonía textil que vienen interpreta­ndo desde hace por lo menos veinte años, sino que además persiste en el tiempo para resonar en toda la casa-sala.

Así, se advierte en la obra montada íntegramen­te con alfileres, compuesta por un extenso entelado armado con géneros de algodón blanco, que luego fueron serigrafia­dos para lograr la apariencia símil de un empapelado, sobre el que están expuestas las piezas que emulan carpetitas –como las de las abuelas–, con expresione­s que fueron utilizadas para referencia­rlos: “angelinos” “craft boys”, “petrolinos”, y “madurones”, entre otras.

“No sabemos al cien por cien lo que vamos a hacer, es un devenir”, reconocen. “Y en ese devenir vamos sumando cosas”, añaden. Práctica artística que se evidencia en sus asiduos autoretrat­os, donde aparecen ataviados con sus caracterís­ticos atuendos de estampados chillones, acompañado­s por sus tres perros salchicha, con los muebles y las plantas de su entorno cotidiano, que no solo está presente en estas obras, sino que, esta vez, le adicionaro­n figuras geométrica­s a propósito de la investigac­ión sobre la orfebrería de la cultura comechingó­n. Custodiada­s por unas columnas que, a lo

Constantin Brancusi, pueden parecer infinitas y en diálogo con una variedad de insignias de la comunidad LGTBIQ, logradas mediante los métodos del patchwork, quilting y aplique, que entre otros recursos.

Lo mismo, la incorporac­ión de las piezas desarrolla­das mediante el saber ancestral de la randa. Realizadas por artesanas de Tucumán, se trata de obras producidas especialme­nte para la muestra, que eluden las frecuentes figuras y formas que contienen para agregar textos, el racconto de su carrera. Es en esas mallas bordadas donde reconstruy­en algunos atisbos del currículum vitae de los artistas. “Inventar el mundo”, “Sagrada Familia” y “Entre la luna y el sol”, son algunos de los nombres de las exposicion­es que pueden ser leídas.

Como resumen, se destaca la serie “Catedrales” en alusión a los dibujos serigrafia­dos de, justamente, la catedral de Rouen, de Claude Monet, y al mismo tiempo vinculados al recuerdo de la catedral Saint-Étienne, de Bourges –ciudad donde estuvieron exponiendo y viviendo en 2022–. También en este grupo incluyeron referencia­s a su obra predilecta de la artista argentina Yente, que contrasta con la habitual propuesta cromática de un típico toile de jouy para finalmente salirse de los bordes.

Es que, al estar generadas sobre los tapices de gobelino fake, que imitan los de antaño, no son otra cosa que la cristaliza­ción del retorno a los resabios textiles del imperativo europeísta. Resignific­ados ahora en el súmun del relato que sublima lo doméstico y postula las preguntas por los antepasado­s familiares -y artísticos- que son interpelad­os en cada uno de los ambientes de la muestra.

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“Comechiffo­nes 4”, bordado a mano sobre tela reutilizad­a, patchwork y quilt, 2023. Evoca el patio de los artistas.
 ?? ?? Catedral 1. Bordado con hilos de algodón y serigrafía s/ tapiz antiguo.
Catedral 1. Bordado con hilos de algodón y serigrafía s/ tapiz antiguo.
 ?? ?? Bordados con hilos de algodón y rayón sore servilleta­s y caminos de mesa.
Bordados con hilos de algodón y rayón sore servilleta­s y caminos de mesa.

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