Al Reina, tres para regodearse
Parte del programa. El director del Museo comparte las razones para las muestras de argentinos: Marta Minujín, Alberto Greco y el batacazo de Fernanda Laguna.
El Museo Reina Sofía tendrá en los próximos años tres grandes muestras dedicadas a artistas argentinos: dos de ellos, mujeres activas en la actualidad.
Habrá una retrospectiva de Marta Minujín, una figura fundamental de esa revolución de los años 60 cara a Segade. Se trata de parte del programa anterior del director Manuel Borja-Villel, con la que él está encantado. El Museo tiene varias obras suyas en su colección. En 2021, cuando se reconfiguró el acervo permanente del Reina con criterios “descolonizantes”, se presentó “Resistencias en América Latina”, que incluía obra de Minujín, Sara Facio y Roberto Jacoby, entre otros.
También prepara una gran expo sobre el artista Alberto Greco. Su obra es una de las más difíciles de reunir debido a su propio decurso vital, entre varias ciudades y siempre asediado –y estimulado– por su propio desorden.
Greco, quien tuvo una muestra pequeña pero montada con creatividad en el Museo Moderno de Buenos Aires, fue una figura clave en el arte conceptual y de los comienzos de la performance en España. De hecho, una de sus piezas más acabadas se desarrolló en el pueblito de Piedralaves, cerca de Ávila, donde involucró en la obra a toda la población por un día entero. El artista, quien comenzó su camino en el informalismo, junto a Luis Felipe Yuyo Noé, entre otros artistas, pasó la última etapa de su vida en España. Murió en Barcelona, con apenas 34 años.
El curador Fernando Davis lleva años trabajando en ella. Cuenta Segade que por razones administrativas se vieron forzados a retrasarla varias veces, una de ellas, en la pandemia. “La relación de Greco con España es fundamental –subraya–; es una figura que ha empujado la transformación hacia lo contemporáneo. Lo identificaría también como una figura española.”
Sin embargo, la noticia más impactante, hace apenas diez semanas, ha sido que el Reina trabaja ya en una gran muestra de Fernanda Laguna, una artista en la mitad de su carrera, además autora, editora y activista en prácticas de inclusión artística, a quien la consagración le ha llegado en los últimos años desde el exterior.
Aunque obras suyas han sido adquiridas por importantes museos, como el MoMA, de Nueva York, y está presente en colecciones internacionales, el reconocimiento en nuestro país le ha sido algo esquivo. Una obra suya está incluida en “El Tercer Ojo”, la expo que despliega la colección personal de Eduardo Costantini, dispuesta junto a obras de Lucio Dorr y Jorge Gumier Maier (actualmente aún vigente). Explica María Amalia García, directora artística del Malba, que Laguna es “clave para abordar el marco recortado de las obras, una forma característica de la vanguardia invencionista rioplantense”. Observa la historiadora: “Lo interesante es que el quiebre del típico marco rectangular en formas inéditas aparece desde los años 40 (en artista como Juan Melé, Carmelo Arden Quin y Martín Blaszko) y continúa en las revisiones de los artistas de los años 90, en relecturas críticas ligadas a lo decorativo y lo queer”.
La belleza de Villa Fiorito
Para Segade y el curador Miguel López, que le consagrarán diez salas del Reina Sofía, no es solo la obra plástica de Fernanda Laguna, que se inscribe en el surrealismo y el pop, lo que reviste interés, sino también sus prácticas al frente de la galería under Belleza & Felicidad, en una esquina de Almagro en los años 90. Gestada como otra estribación del Centro Cultural Rojas, ofrecía un espacio a artistas emergentes muy jóvenes, imposilitados de acceder al gran circuito de las galerías consolidadas, en momentos en que no existía un circuito off, como sí lo hay en la actualidad, y en medio del contexto económico de recesión. Belleza albergaba también un “entrenós” cómplice del arte. La propuesta, además, entroncaba con una fuerte presencia de mujeres y diversidad de géneros.
El curador valora, asimismo, la iniciativa de inclusión artística de Laguna en Villa Fiorito, junto a la artista Mariela Scafatti. “Será muy interesante para el público español, que conoce menos esos contextos del arte argentino –piensa Segade en voz alta–. Esa tradición autogestiva que para ustedes es de lo más normal compone todo un mapa que aquí se desconoce”.