Adquisiciones frescas en la feria
En ARCOmadrid. La semana pasada el Museo Reina Sofía compró tres obras de dos artistas argentinas exhibidas, Alicia Herrero y Ana Gallardo.
En la segunda jornada de la feria ARCOmadrid, que concluyó el 10 de marzo y contó con la presencia de diez galerías argentinas, se confirmaba que el Reina Sofía había comprado dos pinturas al óleo de la artista Alicia Herrero, pertenecientes a la serie “Huacos Eróticos”.
Esa misma tarde Segade reconfirmaba también la compra de la curiosa pieza “CV Laboral”, un audio satírico con el cual la rosarina Ana Gallardo abre su expo “Tembló aquí un delirio”, en el Centro de Arte Dos de Mayo. Ambas piezas, cuenta, “calzan a la perfección” con varias muestras que el Museo contempla de manera próxima.
1992
Las dos pinturas de Alicia Herrero –cada una de ellas, un díptico– llevan por título “Erotismos” y fueron ofrecidas por la galería porteña Herlitzka & Co.
A la derecha, un huaco erótico, esos artefactos de cerámica clásicos de la cultura incaica cuzqueña. En su origen, estas piezas explícitas no tenían una finalidad de estímulo sino de pedagogía e incluso de advertencia. Aparecen junto a unas frutillas serializadas, un motivo que Herrero ha empleado con anterioridad como insignia gráfica del deseo.
Al consultarlo sobre esta compra en nuestro diálogo, contó el director: “En Vasos comunicantes, una reciente revisión de la colección que se suspendió y que vamos a retomar, está previsto un capítulo sobre el dispositivo 1992. Fue ese año que España quiso rebobinar los cinco siglos desde la conquista de América. Precisamente, de lo que trata es de cómo, luego de los fastos de las Olimpíadas en España, realizadas en Barcelona, y de la Exposición Universal que se conmemoró en Sevilla, hubo varios espejos culturales latinoamericanos que nos vinieron a recordar que, en rigor, estábamos celebrando los 500 años de un genocidio”.
De acuerdo con Segade, la tensión en las pinturas de Alicia Herrero es perfecta; por un lado, exhibe de manera explícita el erotismo de los huacos, objeto de colección por excelencia y de gran circulación europea durante siglos, junto a la mera frutilla, metáfora perdurable del órgano sexual femenino, que los europeos consumen sin reparar en su procedencia (la fruta tiene origen alpino pero la variedad popular hoy en el mundo entero es un híbrido chilenocanadiense). La frutilla, observa además, tiene asociada una marca de exotismo. Las piezas de Herrero pertenecen a una serie mayor y fueron pintadas en 1992.
Currículum Vitae
El interés del “CV Laboral” de Gallardo es su ambigüedad, su apelación a la sorpresa y a un sentido del humor tenue, no explícito, en el que se aventura.
Primero, está ubicada no bien uno entra en la sala, donde tradicionalmente un texto curatorial da la bienvenida con el elogio del artista y sus hitos en el arte. En el CA2M, en cambio, unos lánguidos y anticuados auriculares ofrecen la voz de la artista detallando, con una irrelevante exactitud en las fechas y un tono neutro, cuándo la artista consiguió trabajo como asistente de un consultorio odontológico, cuándo logró un ascenso allí y cuándo abandonó el puesto para, por ejemplo, mejorar su posición mediante otra tarea a priori inverosímil, como el corretaje de cuero argentino destinado a México.
La pieza de Gallardo también se ofrecía en ARCO a través de un juego de auriculares en la galería Ruth Benzacar.
Segade puntualiza que el aporte del audio es el énfasis puesto por una artista en la tarea de los cuidados del otro, casi en un tono administrativo.
“En él se hace notorio no lo que cualquiera espera conocer del currículum de un artista, como los detalles biográficos y personales, sino todo lo contrario, lo que no merece ser público, literalmente lo relativo a las posibilidades de producción de una artista mujer hoy en día. Concluye: “Allí tenemos algo que casi cruza todos los relatos de la colección del Museo”.