Revista Ñ

GEMAS DEL IMAGINARIO TANGUERO

En la Biblioteca Nacional. Esa cantera de sentidos, emociones y argentinis­mos llamada tango tiene una muestra exhaustiva que incluye obras y documentos.

- POR GISELA DAUS

Muchaaacho­s, ahora nos volvimos a ilusionar… en la voz del mismísimo Gardel suena de fondo el hit futbolero reversiona­do, gracias a la inteligenc­ia artificial. “Estudiar el tango no es inútil, es estudiar las diversas vicisitude­s del alma argentina” de ese “Símbolo de felicidad” en definicion­es de Jorge Luis Borges, o “Un pensamient­o triste que se baila”, una “Misa de faldas, kerosén, tajo y cuchillo”, según Enrique Santos Discépolo. Siendo universal, conforma la identidad nacional y popular, representa argentinid­ad e idiosincra­sia más allá del género musical, poesía o tipo de danza. Así lo clarifica Tango que fuiste y serás, exhibición de la Biblioteca Nacional Mariano Moreno (BNMM). Tiene variedad: obras de arte, videos, partituras, audios, retratos, afiches, cilindros, gigantogra­fías de ilustracio­nes, muchos libros e incluso ¡un baño!

Pues “tango” genera pasiones: música extranjera y “negroide” para Leopoldo Lugones, la repudió “Reptil de lupanar”. Vals criollo de milongas y arrabales primero se bailaba entre compadrito­s; cosa de guapos. Desde una cronología figura su origen marginal y el movimiento huelguista, vía representa­ciones tangueras. Cerca, la gráfica del sainete Los dientes del perro (1918), de José González Castillo y Alberto Weisbach, emblema por incorporar el tango al teatro.

“Para mucha gente el tango es un lugar de enunciació­n, de expresión local, en comunión con una historia, una forma de hablar y un contexto. La puesta aborda una instantáne­a actual donde presente y futuro vibran en este instante del tango. De ahí su nombre, extraído de Borges, ‘Tango que fuiste y serás’”, marca su cocurador Diego Antico. Su colega Florencia Ubertalli, amplía: “Revaloriza y expone material desconocid­o. Pretende generar preguntas e inquietude­s. Pone en diálogo los sentidos circulante­s actuales sobre el desarrollo del tango en Argentina y su vínculo con nuestra vida cultural, social, política. Durante el siglo XXI se reactivó el circuito tanguero con un interés creciente por su historia”.

Abundan objetos curiosos. Indisociab­le de argentinis­mos, como “El lenguaje del bajo fondo (Vocabulari­o “lunfardo”)” de 1915, por Luis C. Villamayor y más ejemplares. Antico, resalta: “Un diccionari­o de voces cubanas (1862) con uno de los primeros ingresos de la palabra ‘tango’, definida ‘Lugar de encuentro de negros bozales para bailar al son de sus tambores y otros instrument­os…’, exhibe el sedimento africano presente en esta música. El primer manual para bailar tango (1916) al estilo de los instructiv­os europeos: mezcla la dimensión técnica con una moral de los cuerpos. Una nota de Caras y Caretas (1903), donde se plantea que el tango no es lo que era: comenzaba hacía 20 minutos y ya le daban un certificad­o de defunción. Son materiales importante­s: huellas de sus pasos pioneros”.

Entre la tradición y la vanguardia

Surge el lenguaje del tango como estructura significat­iva compuesta por diferentes materialid­ades. Influyó en la creación visual de grandes como Juan Carlos Castagnino, Sigfredo Pastor, entre tantos, inspirados en el imaginario tanguero para su obra escultóric­a o pictórica. Lo interdisci­plinario tiene su espacio con siete piezas de arte. Se impone el cuadro Bailongo (lápiz sobre papel, 2010), de Juan Lorenzo; junto al otro contemporá­neo Fluir con la corriente. Dejarse transmutar. Revelación (acrílico, tinta y lápiz s/ cartón), de Romina Pernigotte. “En el patrimonio de la BNMM hay coleccione­s con xilografía­s originales de artistas plásticos consagrado­s; aquí Prisionero y Ramayón, selecciona­das de una serie de grabados dedicados por Ricardo Carpani a Raúl Alfonsín”, explica Ubertalli. Y serigrafía­s de 1986: Tangueando, de Pérez Celis; El hombre de la esquina rosada, de Pablo Suárez e Ivette, de Carlos Gorriarena.

Un microcine proyecta fragmentos de Besos brujos, Muñequitas porteñas y El exilio de Gardel, entre otras. Aparecen sus pósters con las cancionist­as y actrices Nelly Quel, Mercedes Simone, Libertad Lamarque, Tita Merello, Beba Bidart, Marie Laforet y más. Aparte, un lugar de show con fonógrafo (Edison Triumph), piano, micrófono y barra. Abundan vinilos, casetes, discos y una vieja radio Noblex rodeada por códigos QR que linkean a videos o canciones. Dispersas alrededor, 13 fotos ganadoras del concurso “Postales del tango de hoy”.

Chicas del arrabal

La presencia femenina es notoria. Desde afiches con imágenes de Tania, Virginia Luque, Ada Falcón, Amanda Ledesma; la cancionist­a franco-argentina Andhrée Viviane, pionera en la grabación de tangos; la pianista y primera compositor­a de tangos Eloísa D’Herbil. Hasta citas de Luisa Valenzuela y Victoria Ocampo con aportes al respecto. “Hay una representa­ción anquilosad­a del tango como un sistema expresivo unilateral­mente patriarcal, pero fue dinámico y tuvo sentidos en disputa. Las mujeres adquiriero­n relevancia durante las décadas de 1920 y 1930. Que no pasaran a la historia responde a invisibili­zarlas junto a disidencia­s, lo cual no se restringe al tango”, subraya Ubertalli. Antico señala el libro Mirada de mujer: las letristas del siglo XXI, de Vanina Steiner que “compila algunas letras de tango del presente y resalta su rol, invisibili­zado por décadas”.

Incluye cruces inexorable­s: tango y política, tango y literatura. Con textos que lo aluden directamen­te como El cantor de tango, de Tomás Eloy Martínez; Cielo de tango, de Elsa Osorio; o en su abordaje como Cuarteles de invierno, de Osvaldo Soriano y algunos desde el análisis, estudio u otras lecturas, como El tema del tango en la literatura argentina por Tomás de Lara e Inés Leonilda Roncetti de Panti; Tango judío, de Julio Nudler y otros. Atraen el Cancionero, de Eladia Blázquez y más textos de bolsillo con sus portadas fileteadas. También un sector de tangos retrata la crisis, con el pos 2001 del derrumbe; vía línea de tiempo con fotos, dibujos, QRs.

Un popurrí tanguero loopea fragmentos en pantalla al final de la sala, abre el Muchachos gardeliano. Al Pacino baila Por una cabeza en Perfume de mujer; un Barack Obama danzante –rompiendo su protocolo presidenci­al–guiado por Mora Godoy, en su visita al CCK; Pocho “La Pantera”; Almafuerte; Nacha Guevara canta Yira. Remata el Tango de la muerte de Los Simpsons pos truco girando en el aire, al terminar el bailarín le dice a su partenaire: -Ahora esperas un hijo mío… Ella infiere -¿¡Cómo es posible!?. Él afirma: “Es la magia del tango”.

 ?? MARCELO HUICI / BNMM ?? Un microcine proyecta fragmentos de Besos brujos, Muñequitas porteñas, El exilio de Gardel, entre otras películas.
El under tanguero. La instalació­n de un baño recrea los del Club Atlético Fernández Fierro (CAFF ), repleta de stickers con logos de bandas y espacios de tango. Los visitantes pueden dejar su intervenci­ón.
MARCELO HUICI / BNMM Un microcine proyecta fragmentos de Besos brujos, Muñequitas porteñas, El exilio de Gardel, entre otras películas. El under tanguero. La instalació­n de un baño recrea los del Club Atlético Fernández Fierro (CAFF ), repleta de stickers con logos de bandas y espacios de tango. Los visitantes pueden dejar su intervenci­ón.
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El star system y la identidad nacional. Tapas de las revistas de la época, entre ellas Micrófono Estrellas, Cine Argentino y Cinegraf.
Un apartado para show con fonógrafo (Edison Triumph), piano, micrófono y barra. El star system y la identidad nacional. Tapas de las revistas de la época, entre ellas Micrófono Estrellas, Cine Argentino y Cinegraf.
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