La víctima como persona
El 15 de febrero de 1988 el país quedó atónito ante una imagen: el cuerpo de una mujer tendido en el piso, las piernas quebradas, la cara tapada por un remolino rubio. En ese entonces no se hablaba de femicidio. Pero en este caso ni siquiera se mencionó la hipótesis de un crimen. Carlos Monzón había asesinado a su ex mujer y los diarios decidieron apelar a las peores metáforas. “A trompadas con el amor”, “Una fiera acorralada” fueron algunos de los títulos que empaparon las tapas al día siguiente. Como especialista en temas de infancia, género y diversidad, Larralde fue convocada para participar del guión de la biopic del boxeador. La pieza ya despierta numerosas inquietudes: cómo será retratada su vida en tiempos de ebullición de género y revisión de la cultura patriarcal. Larralde anticipa una clave: “Con los guionistas Francisco Varone, Leandro Custo y Gabriel Nicoli buscamos retratar a una Alicia Muñiz que no fuera necesariamente angelical. Teníamos tiempo de hacerlo, dedicamos un capítulo a retratarla más allá de que estuviera en toda la serie. Planteamos una víctima que es una mujer con deseos y contradicciones. Nos pareció fundamental que se pueda entender lo mismo que dice Rita Segato cuando plantea que ‘la víctima no necesita ser buena y pura para ser comprendida como víctima, sólo necesita ser persona’”.