EL AMOR Y LA FOBIA A LA HÍPER CONEXIÓN
Estar siempre comunicados ha sido un deseo obsesivo en el desarrollo electrónico de los últimos 50 años. Gran parte de ese sueño global se ha cumplido pero hoy muchos vuelven sobre sus pasos, reivindican el diálogo cara a cara y rechazan la dependencia del celular y las redes sociales. Una pregunta inquieta: ¿es posible elegir vivir sin Internet y no aislarse del mundo?