Democratizar el acceso al saber
El objetivo es facilitar el tránsito de estudiantes ciegos o con visión reducida y eliminar los obstáculos que enfrentan.
La Universidad Nacional de Rosario desarrolla un programa para garantizar el acceso, la permanencia y la finalización de los distintos trayectos educativos para las personas con discapacidad visual.
El Programa de Accesibilidad Académica de la Universidad Nacional de Rosario tiene el objetivo de facilitar el tránsito por la institución para los estudiantes ciegos o con visión reducida. Esta iniciativa de la dirección Inclusión y Accesibilidad de la UNR, dependiente del Area de Derechos Humanos, busca retomar toda la tarea que desde las distintas facultades y cátedras se venía realizando en torno a la problemática.
“Hace años que la Universidad viene trabajando distintos programas de accesibilidad académica, lo que hicimos desde la dirección fue organizar la tarea, fortaleciendo los equipos que ya están armados, e incentivando y motivando a otros que no lo hacen”, señala Miriam Bidyeran, directora de Inclusión y Accesibilidad de la UNR, y una de las coordinadora académica del Programa junto a Paula Contino.
Bidyeran sostiene que hay diversos factores relevantes a la hora de pensar una universidad inclusiva: los aspectos edilicios, la comunicación, la posibilidad de resolver cuestiones burocráticas y académicas necesarias para el tránsito por la institución, y el acceso al material de estudio y bibliografía. “Nosotros, como institución, tenemos que cambiar de paradigma, dejar de pensar que es el estudiante el que tiene el problema y poner el foco en los límites que la institución le impone. Tenemos que adoptar el paradigma de los derechos humanos, desde una mirada social, porque cuando la institución se hace cargo de sus limitaciones es que puede empezar a pensar en políticas públicas y de
“Tenemos que dejar de pensar que el estudiante tiene el problema y poner el foco en los límites que impone la institución.”
inclusión”, señala.
El programa está asentado en la idea de que todas las personas tienen derecho a acceder a la educación “Por eso es necesario ser creativos para seguir construyendo una universidad donde puedan convivir todas las diversidades. Asumir la diversidad, requiere concebir a la educación como una búsqueda constante de nuevas formas, que promuevan el aprendizaje de todos los estudiantes, para lo cual es necesario que todos los actores de la comunidad educativa puedan ofrecer y orientar sus tareas a respuestas diversificadas, flexibles y que puedan ser ajustadas a la población de estudiantes con discapacidad”.
Uno de los principales obstáculos que deben enfrentar los estudiantes con discapacidad visual cuando ingresan en la educación superior es el acceso a materiales de estudio, limitación que incide directamente en su desarrollo académico y personal.
Muchas veces el acceso al material de estudio queda supeditado a la buena voluntad de cátedras, docentes y autoridades, a la cooperación de algunos alumnos y fundamentalmente a la persistencia, sobreesfuerzo y suerte de los propios estudiantes y sus familias.
Como una búsqueda de respuesta a esta situación, y para brindar una posibilidad equitativa a todos los alumnos, el Programa de Accesibilidad Académica produce, edita, difunde y almacena objetos de aprendizaje accesibles en diversos formatos. Principalmente el material académico circula en formato de texto y en audio, atendiendo a las demandas singulares que cada estudiante requiere y solicita.
Del programa participan estudiantes y docentes de las facultades de Psicología, Ciencia Política, Humanidades y Artes, Derecho, Ciencias Económicas, Ciencias Agrarias, Veterinarias, Arquitectura y Ciencias Bioquímicas, que son las unidades académicas que tienen alumnas y alumnos con discapacidad visual.
Quienes participan como voluntarias y voluntarios del proyecto, se capacitan tanto en aspectos técnicos, ya sea en la lectura de textos como en su transcripción para volverlos accesibles, así como en las principales categorías en torno a los actuales paradigmas de la discapacidad en perspectiva de derechos humanos.
“Los equipos están compuestos por dos estudiantes de cada facultad participante que se encargan de a los producción de los objetos de aprendizaje accesibles, que son los materiales y apuntes de estudio. El hecho de que los voluntarios pertenezcan a la misma área del conocimiento que los objetos que están produciendo, facilita la elaboración de los mismos, su comprensión y mejor desarrollo de la tarea”, explica Bidyeran.
Uno de los puntos que destacan quienes forman parte del programa es que la producción de los textos no se hace de manera autónoma del estudiante que lo requiere o de la cátedra que aporta esa bibliografía, se trata de un trabajo coordinado y colaborativo, que tiene su cierre cuando el estudiante accede al texto y le hace su propia lectura.
“Cada trabajo es singular y los criterios dependen de cada texto, sin embargo hay algunos generales. En primer lugar pasamos del formato papel al formato digital, si ya está en formato digital lo hacemos compatible con el lector de pantalla que se usa en la computadora. Usamos siempre la misma tipografía, sin serif, del mismo tamaño, no se usan columnas, ni cuadros de texto, ni cuadros sinópticos, los números romanos a veces van, a veces no y si hay una imagen hay que describirla de la manera más clara posible, las referencias y bibliografías van al final. Estos criterios son los que nos igualan pero cada facultad tiene sus propias particularidades”, detalla la coordinadora.
Durante la pandemia se trabajó no sólo con los textos que forman parte de cada programa de estudio, sino también con los contenidos que los docentes subían a las aulas virtuales.
Todas estas producciones que se generan en el marco del programa, sean textos o audios, son alojadas en una biblioteca accesible que se encuentra en el Campus Virtual de la UNR, y son conservadas para que los estudiantes, de manera autónoma, puedan buscar su propia bibliografía.
“Nosotros permanentemente nos comunicamos con las y los estudiantes que van usando estas producciones, inclusive ellos mismos, una vez que terminan de leer el texto, nos los mandan con alguna modificación. Es importante que sean las y los estudiantes que tienen discapacidad visual quienes nos digan cómo hacer cada uno de los textos y es ese texto final, leído por el estudiante, el que guardamos en la biblioteca”, destaca la directora de Inclusión y Accesibilidad.
Toda la tarea realizada desde la implementación del Programa en el 2020, ha permitido un proceso de construcción de una Biblioteca
“Es importante que sean las y los estudiantes con discapacidad visual quienes nos digan cómo hacer cada uno de los textos.”
Digital que cuenta con 6000 títulos, entre libros, artículos, capítulos de libros, revistas científicas y producciones de cátedra que se encuentran en permanente expansión.
El acompañamiento a los estudiantes con discapacidad visual en su tránsito por la vida universitaria ha permitido que los 57 estudiantes ciegos y de baja visión que ingresaron a la UNR en los últimos tres años, continúen con sus estudios y avancen en su carrera.