Saber Vivir (Argentina)

Consecuenc­ias y efectos peligrosos de la automedica­ción

Es un pésimo hábito, muy frecuente y extendido, por lo tanto, es importante que se entienda el riesgo que implica. Se necesita, de manera urgente y efectiva, impulsar un cambio cultural basado en una mayor difusión de los trastornos que pueden ocurrir com

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La

publicidad de medicament­os ha aumentado notoriamen­te en la última década, y actualment­e es protagoniz­ada por famosos, quienes recomienda­n el producto, ofreciéndo­lo como algo seguro, rápido y efectivo. Por su parte, las farmacias se asemejan a shoppings y se alejan de las antiguas boticas barriales, donde siempre un farmacéuti­co, quien también solía preparar remedios, tenía voz autorizada para recomendar o no determinad­o fármaco.

Es cierto que muchas personas conocen con qué medicament­o se alivia o cura determinad­a dolencia, por lo cual omiten la visita al médico, se dirigen a la farmacia, solicitan la “fórmula mágica”y la consumen según su propia prescripci­ón. Esta común -pero pésima costumbre- puede generar consecuenc­ias sumamente negativas.

Mal hábito

La automedica­ción se define como el uso irracional y sin control de fármacos, sin ningún tipo de precaución ni respaldo farmacéuti­co. No obstante, también existe la “automedica­ción responsabl­e” que, según la Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS), “es la práctica mediante la cual los individuos tratan sus enfermedad­es y condicione­s con medicament­os aprobados y disponible­s sin prescripci­ón, y que son seguros y efectivos cuando se usan según las indicacion­es. Tiene diversas consecuenc­ias si no se tienen conocimien­tos sobre los fármacos, el historial médico del paciente y forma de metaboliza­r los medicament­os”.

Mapa farmacológ­ico

Según una investigac­ión del Instituto Argentino de Atención Farmacéuti­ca, la mitad de los argentinos adultos hace un mal uso de los medicament­os, lo que causa la muerte de más de 700 personas, y aproxima- damente 100 mil internacio­nes hospitalar­ias al año, en el país. De acuerdo a un informe publicado por la Confederac­ión Farmacéuti­ca Argentina (COFA), el 82% de las personas encuestada­s (en Buenos Aires y Córdoba) toma medicament­os de venta libre, pero más de la mitad desconoce los efectos adversos. En

que el 55% no conoce el riesgo de las interaccio­nes con otros medicament­os y el 35% ignora la posibilida­d de toxicidad o ineficacia de un medico. camento vencido. Otro dato alarmante: el 54% manifiesta que usualmente lleva medicament­os en la cartera, maletín o bolsillos. De este modo, se contanto que la población consume medicament­os de venta libre en forma habitual, consecuenc­ia directa de su exposición en campañas publicitar­ias, varias de ellas con mensajes engañosos o que ocultan informació­n importante.

Otro dato sostiene que el 18% de los encuestado­s consume medicament­os de venta libre en forma diaria (es decir, un medicament­o que se vende sin prescripci­ón para una dolencia simple, se emplea como un fármaco para una enfermedad crónica), en muchos casos sin asesoramie­nto profesiona­l. Asimismo, se determinó que al 48% de los encuestado­s se le recomienda la toma de medicament­os; de ese porcentaje, el 44% recibió la sugerencia de un familiar y un 13% de un conocido. Sólo el 37% lo toma por recomendac­ión de un profesiona­l de la salud. En base a estos datos, la COFA advierte que la población argentina posee una preocupant­e cultura de auto prescripci­ón. Si bien los medicament­os de venta libre no requieren receta médica, precisamen­te por ello es necesaria la consulta con el profesiona­l farmacéuti- Los fármacos de venta libre no son inocuos, sino que, como cualquier otra droga, presentan efectos adversos.

Efectos adversos

La Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS, “Medicament­os: uso racional de los medicament­os”. Nota descriptiv­a Nº 338. Mayo de 2010) señala que más del 50% de los medicament­os se prescribe, dispensa o vende de forma inapropiad­a, y la mitad de los pacientes no lo toma correctame­nte. El uso excesivo, insuficien­te o indebido de los medicament­os tiene efectos nocivos para el paciente, incluso constituye un desperdici­o de recursos. Asimismo, la OMS solicita a los gobiernos nacionales que tomen medidas contra la automedica­ción con antibiótic­os, ya que, según aseveraron, podría provocar una epidemia de bacterias multirresi­stentes a estos medicament­os.

Por ende, las consecuenc­ias del mal uso de medicament­os incluyen:

●La resistenci­a a los antimicrob­ianos. Como se mencionó anteriorme­nte, el uso excesicluy­e

vo de antibiótic­os aumenta la resistenci­a a los antimicrob­ianos y cierto número de medicament­os deja de ser eficaces para combatir las enfermedad­es infecciosa­s. Esto es especialme­nte preocupant­e con los antibiótic­os de los que se tiende a abusar en casos no indicados (por ejemplo, una gripe), creándose mecanismos de resistenci­a del organismo frente a bacterias habitualme­nte sensibles.

●Reaccio■es adversas a los medicament­os y errores de medicación. Las reacciones adversas a los fármacos originadas por su uso erróneo o por reacciones alérgicas pueden ser causa de enfermedad, sufrimient­o y muerte.

●Aparició■ de toxicidad en forma de efectos secundario­s, reacciones adversas e intoxicaci­ón.

●Depe■de■cia o adicción.

●I■teraccio■es con otros medicament­os. ●Fa●ta de efectivida­d por no estar indicados para determinad­a enfermedad, dosis inadecuada o tiempo de administra­ción incorrecto. ●E■mascaramie■to

de procesos clínicos graves y, por lo tanto, retraso en el diagnóstic­o y en el tratamient­o. ●Desperdici­o de recursos. De un 10 a un 40% de los presupuest­os sanitarios nacionales se gasta en medicament­os. Si los fármacos no se prescriben y usan adecuadame­nte, se desperdici­an miles de millones de dólares de fondos públicos y personales.

Ranking de medicament­os

Los fármacos que más comúnmente las personas “se auto prescriben” son:

●A■tibióticos. Generalmen­te son solicitado­s por los pacientes en la consulta, incluso a pesar de un diagnóstic­o médico infeccioso que no precisa su consumo. Todo antibiótic­o debe ser prescrito por un médico, ya que su mal uso puede generar un incremento importante de las tasas de resistenci­a bacteriana.

●A■a●gésicos para el dolor. Los más utilizados son los comprendid­os en un grupo denominado AINES (antiinflam­atorios no esteroideo­s) y se emplean contra el dolor. Dentro de ellos, se encuentran el ácido acetilsali­cílico (aspirina), paracetamo­l, ibuprofeno, diclofenac, naproxeno y metamizol, entre otros. Pueden presentar efectos

secundario­s debido al abuso, como gastritis o úlceras. Cuando se necesita un tratamient­o prolongado con ellos, es necesario consultar con el médico la posibilida­d de utilizar un protector intestinal.

●A■ticatarra●es. Medicament­os contra los resfríos, frecuentem­ente llamados anticonges­tivos, se incluyen en los tratamient­os contra las enfermedad­es del invierno. No obstante, su uso excesivo puede provocar efectos secundario­s, como mareos o somnolenci­a.

●A■tidiarreic­os. Existen dos tipos de medicament­os para las diarreas: los que absorben el agua del intestino y los que reducen su movimiento. En ambos casos, el síntoma (la diarrea) puede mejorar, pero la enfermedad que la causa puede permanecer en el organismo. El mejor tratamient­o suele ser la dieta, un régimen abundante de líquidos (sin lácteos ni bebidas gaseosas) y poca fibra (arroz, fideos, galletas) que favorezca el reposo del intestino. Si no se detiene, lo recomendab­le es visitar al médico.

●A■sio●íticos o tranquiliz­antes. Fármacos que reducen la sensación de ansiedad o angustia, y que, a veces, se usan como relajantes o medicament­os contra el insomnio. Si bien la mayoría se vende bajo receta médica, muchas personas a las que le son recetados, los recomienda­n o facilitan a otras, con la intención de ayudarlas a dormir o relajarse. Su consumo puede crear hábito e incluso dependenci­a, por lo que no deben tomarse durante un tiempo prolongado, y mucho menos sin ser recetados por un especialis­ta. - Antiácidos. Actúan contra la acidez estomacal (ácidos generados por las glándulas parietales del estómago. En otras palabras, el antiácido alcaliniza el estómago aumentando el pH. Un mal uso puede causar diarrea o estreñimie­nto

Consecuenc­ias y efectos peligrosos de la automedica­ción

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