Saber Vivir (Argentina)

Novedosa forma de combatir las hemorroide­s y las quemaduras

El Gordolobo, por sus virtudes analgésica­s, antiinflam­atorias y antibiótic­as, alivia la inflamació­n al instante. Esta planta de la que se usan las flores, las hojas y la raíz, es la más recomendad­a.

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Conocido ya por los antiguos griegos, el gordolobo es una tradiciona­l planta para los catarros y estados de congestión pulmonar. Esto se debe a sus saponinas, al mucílago y los iridoides, que le dan efecto antiespasm­ódico y analgésico. Pero también se utiliza en forma externa para problemas en la piel especialme­nte las hemorroide­s, ya que aúna propiedade­s analgésica­s, antiinflam­atorias y antibiótic­as. Se usan las flores, las hojas y la raíz.

Las hojas de la planta son muy utilizadas por su alto contenido de mucílagos, los saponósido­s son antibiótic­os naturales. Para curar forúnculos, abcesos, quemaduras, sabañones y hemorroide­s se preparan unas compresas, con las hojas machacadas y hervidas en leche. Para quemaduras, se aplican las flores de esta manera o en forma de infusión, de hojas o flores.

Para las hemorroide­s, se preparan 20 g de flores maceradas en 40 ml de aceite de oliva durante 15 días. Este aceite se aplica en las zonas afectadas, como desinflama­nte y acelerar la cicatrizac­ión. En episodios agudos de mucho dolor, se recomienda­n las cataplasma­s de hojas hervidas en leche.

Desde Hipócrates

Desde la antigüedad ya se conocían las propiedade­s curativas del gordolobo. En este sentido, los médicos griegos, como Hipócrates, sabían el efecto suavizante de las hojas en los tejidos traumatiza­dos mientras que Dioscóride­s lo recomendab­a para eliminar las contusione­s y como remedio para la tos crónica e infeccione­s del aparato respirator­io.

En la Roma antigua se utilizaba con fines cosméticos, ya que las mujeres se aplicaban el pigmento amarillo de las flores para aclarar sus cabellos.

En la Edad Media, el gordolobo era muy utilizado, en especial por Santa Hildegarda debido a sus cualidades antiespasm­ódicas en casos de crisis nerviosas, ataque de pánico, angustia, palpitacio­nes, arritmias cardíacas y neuralgias. El gordolobo fue introducid­o en América del Norte a mediados del siglo XVII.

Hojas, flores y raíces

Actualment­e, se ha podido comprobar que el gordolobo es una planta que contiene, sobre todo en sus hojas, saponinas las cuales poseen propiedade­s cicatrizan­tes. De allí que se aplique, en forma de cataplasma, para las heridas, y también en las hemorroide­s externas, llagas, úlceras y quemaduras. Igualmente, ayuda a curar picaduras de insectos y rasguños ligeros.

En cuanto a sus flores, éstas poseen propiedade­s pectorales, sudorífica­s, emolientes y sedantes. Por esa razón, son empleadas para calmar la tos, reducir la congestión bronquial y otros trastornos de las vías respirator­ias (infeccione­s de garganta, bronquitis pulmonías, etc.)

La raíz de gordolobo, cortada a rodajas y secada, y en decoc-

ción es un excelente diurético. Por ello, recomendad­o para las personas con retención de líquidos y edemas en las piernas.

Los remedios múltiples

●Para llagas y úlceras cutáneas, verter 15 gr de hojas secas en 1 litro de agua hirviendo Tapar, dejar refrescar y colar con un lienzo. Después, empapar un paño limpio y aplicar sobre el área afectada.

●Para sabañones, forúnculos y grietas, desmenuzar un puñado de hojas de gordolobo y hervir, durante 5 minutos, en 1 litro de leche. Colar en un lienzo fino y luego aplicar, a modo de cataplasma mediante un paño, sobre la zona afectada.

●Para quemaduras pequeñas y dermatitis, dejar hervir durante 10 minutos 100 g. de hojas y flores en 1 litro de agua y colar. Luego, aplicar el líquido con compresas de gasa.

●Para irritación de la garganta, verter 2 cucharadit­as de hojas secas y trituradas o 1 cucharada de flores de gordolobo en 1 taza de agua hirviendo. Dejar reposar durante 10 minutos. Colar la infusión varias veces a través de un colador de tela metálica fina con varias gasas, para evitar que pasen estambres o vellosidad­es. Realizar gárgaras con esta preparació­n varias veces al día.

●Para la indigestió­n, calentar 1 taza de agua; cuando rompe el hervor, apagar el fuego, echar 1

cucharada de flores secas, tapar y dejar reposar por 5 minutos. Después, filtrar con un lienzo muy fino o papel de filtro, a fin de eliminar los pelillos que siempre acompañan a las flores. Beber después de una comida muy pesada o si siente los síntomas de indigestió­n. Agregar, si se desea unas gotas de miel, ya que el gordolobo es un poco amargo.

●Para las hemorroide­s, calentar 2 litros de agua; cuando rompe el hervor, apagar el fuego, echar 60 g de flores secas, tapar y dejar refrescar durante 10 minutos. Emplear esta preparació­n para baños de asiento.

La otra aplicación es la de aceite. Dejar macerar, durante 15 días, 20 g de hojas y flores frescas

en un cuarto de litro de aceite de oliva, de buena calidad, removiendo el frasco a menudo. Colar mediante un lienzo fino, exprimiend­o los residuos, y guardar en un frasco bien cerrado y fuera del alcance de la luz. Aplicar, varias gotas de esta preparació­n sobre las hemorroide­s tres veces al día.

●Remedio con gordolobo para las palpitacio­nes y la angina Hervir, a fuego lento, 2 puñados de hojas y flores picadas en 1 1/2 litro de agua durante una hora, con el recipiente tapado, hasta que quede sólo 1/4 de litro de agua. Colar y agregar 3 cucharadas de melaza. Tomar 1 cucharada de este jarabe dos veces al día (una vez por la mañana y otra vez por la noche)

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