Adicción a la comida: saber reconocerla para poder tratarla
En líneas generales, los desórdenes adictivos relacionados a la comida se agrupan en tres tipos básicos: bulimia, anorexia nerviosa y comedor compulsivo. En todos se presentan rasgos de obsesión y descontrol típicos de las adicciones, pero cada variante p
Antes de hablar de adicción a la comida, es necesario aclarar en qué consiste la “adicción”. Básicamente existen dos tipos: químicas (drogas, alcohol, tabaco) y no químicas (juego, compras, trabajo, sexo, deporte o comida). Algunas de las conductas que producen placer y ayudan a evadir, física o mentalmente, situaciones molestas o dolorosas, pueden convertirse en una adicción. Por lo tanto, la línea que divide una conducta placentera de una adicción suele ser muy delgada y fácil de cruzar. Una adicción se caracteriza por:
●Se■sació■ de no tener fuerza de voluntad necesaria para poder controlarla o eliminarla.
●Forma parte importante de la vida de la persona, a pesar de los problemas que pueda causarle.
●Se depende de ella para sentirse mejor.
●Ocupa una parte importante de los pensamientos y tiempo de la persona.
●Se deja de hacer otras actividades para planearla o llevarla a cabo.
●Afecta al organismo de la persona, como así también sus relaciones, trabajo o forma de vida.
●Causa angustia cuando se decide terminar con ella.
Problemas con la comida
La anorexia nerviosa es un desorden donde la obsesión por la abstinencia alimenticia es el síntoma principal. El anoréxico participa compulsivamente en regímenes dietéticos severos y autoimpuestos con el fin de “bajar de peso”, aunque muchas veces está muy por debajo del
peso ideal, debido a la propia patología. La percepción de la autoimagen está distorsionada, y es común el uso inapropiado de laxantes y diuréticos. La muerte puede sobrevenir por desnutrición y desequilibrio electrolítico. Por su parte, la bulimia es un desorden donde ocurren ciclos alternos de comer compulsivamente y de “purga”, donde se inducen vómitos o se establecen regímenes severos de dietas acompañados de ejercicios o laxantes para inducir la pérdida de peso luego de la compulsión. Finalmente, el comedor compulsivo sufre de ciclos alternantes de compulsión por comer y síntomas depresivos acompañados de vergüenza, culpa y remordimiento. Básicamente emplea la comida para lidiar con sus sentimientos. La obesidad y todos los problemas relativos al sobrepeso son consecuencias de este desorden.
Cerebro
La raíz del problema de la adicción a la comida no se encuentra en lo que se come, sino en la causa que lo origina. Los científicos han demostrado que la actividad eléctrica que se genera en determinadas zonas del cerebro es la responsable de que, ante determinadas experiencias, se sienta dolor o placer. Quienes las padecen buscan con las conductas adictivas un cambio autoinducido: repiten actuaciones concretas para provocar con ellas que las células nerviosas del cerebro produzcan una actividad generadora de un sentimiento específico. Cada persona desarrolla una forma particular de enfrentarse al miedo, la ansiedad, el estrés, el dolor o la culpa. Mientras algunas son capaces de tratar directamente el problema, muchas recurren a la bebida, las drogas, la comida o el exceso de trabajo. Asimismo, hay quienes somatizan y manifiestan dolores de cabeza, estómago o espalda. La adicción a la comida es un término usado para describir un trastorno patológico: el deseo compulsivo excesivo por comer y el consumo de comida. Esta condición no sólo se manifiesta por el consumo anormal de comida, sino por el consumo y deseo de alimentos que son, por sí mismos, dañinos. Cuando cualquier sustancia es ingerida por el cuerpo sin importar su potencial daño o el exceso de necesidad que el cuerpo tiene por ella, se dice que esa sustancia es “abusada”. Los individuos que abusan de estas sustancias, por lo tanto, son adictos. Estas personas se vuelven psicológica y mentalmente dependientes de ciertas sustancias, en este caso, de la comida. Los comedores compulsivos son tanto hombres como mujeres, de todas las edades y clases sociales. Algunos lo son periódicamente, otros se atiborran de comida diariamente, mientras hay quienes no se dan “atracones”, pero que no dejan de comer durante todo el día. Para comprobar si una persona es adicta a la comida, basta con responder las siguientes preguntas: ●¿Comes cuando no tienes hambre o cuando te sientes triste o deprimido?
●¿Comes en secreto o comes de manera diferente cuando estás solo, que cuando estás frente a otros? ●¿Co■sumes cantidades inusuales de comida, y luego te purgas con vómitos o laxantes para deshacerte del exceso?
●¿Hay alimentos que son dañinos para ti, pero los comes de todas formas?
●¿Te sientes culpable luego de haber comido?
Si las respuestas son afirmativas, es muy probable que sea adicto a la comida.
Posibles causas y soluciones
Entre las principales causas de la adicción a la comida se encuentran: ●Poca tolerancia a la frustración. ●Pocas habilidades para resolver problemas. ●U■ mal equilibrio emocional. ●Impu●sividad. ●U■a vida insatisfactoria o sin sentido. La mayoría de la gente que padece este tipo de adicción, no puede superarlo porque se enfoca en lo que come, pero no en la causa real. En consecuencia, la solución está en enfocarse en las causas, y no sólo en lo que se consume. Para ello, el paciente deberá trabajar con la autoestima, los conflictos emocionales no resueltos, las ideas erróneas, el control de la impulsividad y la adquisición de nuevas herramientas para solucionar los problemas. El primer paso para la recuperación de esta adicción es la concientización y aceptación del problema. Médicamente, los individuos deben identificar cuáles alimentos -los “detonadores”son los que provocan los síntomas y deseos. No existe un modo sencillo de combatir la adicción a la comida, por lo que será necesaria una intensa disciplina para modificar los patrones alimenticios y el estilo de vida. Un programa de ejercicios -junto con los cambios en la dieta- es un camino probable.
Exitoso plan
Luego de tomar conciencia de la adicción a la comida y comenzar a plantearse la posibilidad de superar el problema, la persona deberá tener en cuenta el siguiente plan, que consta de cuatro niveles: ●Nive● físico: la conducta. Se aconseja escribir a diario los “episodios de atracón” y puntuarlos por su intensidad, según una escala del 1 al 10. ●Nive● emocional: los sentimientos. Con cada una de las anotaciones, hay que preguntarse qué hay en nuestras vidas que merezca una puntuación como la que se le acaba de otorgar al atracón. ●Nive● cognitivo: los pensamientos y las creencias. Como no se ha encontrado nada que merezca esta puntuación, hay que analizar qué pensamos sobre nosotros después del “atracón” y por qué creemos que lo actuamos así. ●Nive● transpersonal: la recuperación del poder. Es necesario dejar de sentirse víctima y buscar las medidas para lograrlo ■