Alternativas
Ambas dolencias son contracciones musculares muy dolorosas, pero sus causas y efectos son muy diferentes. Más allá de la consulta obligada con los especialistas, existen fáciles ejercicios de estiramiento para poder prevenirlas.
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Comer una banana diariamente previene los calambres
Según
varias teorías, el dolor muscular se origina por diversas causas:
Por espasmos musculares locales que reducen el flujo de sangre.
Se produce por un daño en la fibra muscular, en pequeños desgarramientos.
Ocurre en el daño de los tejidos conectivos que rodean las fibras musculares y los tendones.
Los especialistas aseguran que un correcto estiramiento contribuye a prevenir el dolor, y lo alivia cuando aparece; incluso una adecuada entrada en calor es otra medida válida para evitarlo.
¿Qué son los calambres?
Se definen como contracciones involuntarias, dolorosas, de la mayor parte de las fibras de un músculo, el cual sufre un acortamiento brusco que impide los movimientos. Es decir, el músculo se tensiona y no se relaja. Los calambres pueden comprometer todo o parte de uno o más músculos. Suelen durar durante varios minutos, y aparecer repentinamente, sin motivo aparente. Se originan por acumulación de ácido láctico (resulta de la actividad metabólica en las células musculares y se “cristaliza”, lo cual origina el dolor), alteraciones en las concentraciones de minerales (calcio, magnesio, potasio o sodio), falta de hidratación, fatiga muscular, calzado defectuoso, permanecer demasiado tiempo en una misma posición o por falta de entrada en calor, antes de realizar actividad física, entre otras causas.
Los grupos musculares más comúnmente involucrados son los ubicados en la parte posterior de la pierna/ pantorrilla, en la parte posterior del muslo (corva) o en la
parte frontal del muslo (cuádriceps). Los calambres en los pies, manos, brazos, abdomen y a lo largo de la caja torácica también son frecuentes. Las personas con mayores probabilidades de sufrirlos son los atletas, cuando se someten a intensos o prolongados entrenamientos, y los adultos mayores, debido a la pérdida normal de los músculos (atrofia), que comienza al promediar los años 40 de edad, y se acelera con la inactividad.
¿Cómo prevenirlos?
Los calambres se pueden detener al estirar el músculo afectado, el cual puede sentirse duro o abultado. En algunas ocasiones, aparecen en la noche, en la zona de las pantorrillas, pies y muslos, y pueden aliviarse -incluso prevenirsecon algunos simples estiramientos o medidas de auto cuidado como:
Beber agua u otros líquidos en cantidad suficiente (mínimo, dos litros diarios).
Antes de acostarse, estirar los músculos.
Realizar ejercicio diario, con una correcta entrada en calor y un posterior estiramiento.
Usar calzado adecuado para cada actividad.
Si bien la mejor forma de aliviar los calambres es a través de los estiramientos, existen otras medidas naturales, como una correcta alimentación. Dado que una de sus causas es la deficiencia de ciertas sustancias en el organismo (calcio o magnesio, por ejemplo), será conveniente incorporar alimentos como lácteos y sus derivados, granos enteros y semillas (especialmente aquellos ricos en magnesio), pescados y mariscos (por su aporte de proteínas y nutrientes), además de frutas y verduras (idealmente aquellas que aportan potasio, como la banana)
También pueden ponerse en práctica los siguientes remedios caseros:
Masajear la zona afectada con aceite de eucalipto, pino tomillo o romero.
Hervir 250 ml. de agua y colocar tres cucharadas de ginkgo biloba. Luego de 10 minutos, dejar entibiar, y beber una vez al día.
En 250 ml. de agua caliente colocar una cucharada de miel y otra de vinagre de manzana. Beber tibio, una vez al día.
Preparar una infusión de árnica y mojar un paño. Aplicar sobre la zona dolorida durante cinco minutos.
Preparar un licuado con 250 ml. de leche descremada, 100 ml. de yogur, una banana y el jugo de media naranja. Luego
de licuar unos minutos, beber lentamente.
Hervir 500 ml. de agua y colocar una cucharadita de semillas de comino. Luego de 10 minutos, apagar el fuego y dejar macerar durante una hora. Mojar un paño con la preparación y aplicar sobre la zona afectada.
Preparar un jugo con tres tallos de apio y el jugo de un pomelo. Beber diariamente.
Hervir 300 ml. de agua, y colocar dos cucharadas de raíz de jengibre, durante 10 minutos. Cuando esté tibia, beber antes de acostarse.
En un litro de agua, colocar una cucharadita de semillas de mostaza, y hervir durante 10 minutos. Realizar un baño de piernas con esta preparación, durante 20 minutos.
Beber un vaso de leche
tibia antes de acostarse, es una manera simple y efectiva para tratar los calambres en las piernas.
Acerca de las contracturas
Son contracciones sostenidas, de pequeñas porciones del músculo, también involuntarias y muchas veces dolorosas o molestas, generalmente producidas por la falta de irrigación sanguínea en la zona. Pueden originarse por bajas temperaturas, malos hábitos posturales, exceso de tensión nerviosa y fatiga muscular. La deshidratación, la inadecuada nutrición y realizar ejercicios a los cuales no se está acostumbrado, son otras de sus causas. Generalmente ocurren en el cuello (causadas por giros
bruscos, traumatismos o alteraciones en las articulaciones intervertebrales); la espalda (por curvaturas excesivas de la columna, que reciben el nombre de cifosis cuando son hacia delante; escoliosis, si son laterales, y lordosis si son hacia atrás); hombros, brazos y manos (son zonas muy propensas a sufrir contracturas causadas por torceduras, esguinces, artritis u otras inflamaciones articulares, posturas anómalas, cambios climáticos o exposiciones prolongadas al frío o humedad), además de piernas, caderas y rodillas (cuyas causas son artrosis, lesiones en los meniscos, esguinces, posturas forzadas o tendinitis). Además de dolor, una contractura impide desarrollar las tareas cotidianas más comunes, y puede transformarse en una contractura crónica si no se trata como corresponde. Asimismo, la inadecuada alimentación influye en su aparición, por lo cual se aconseja consumir la cantidad de proteínas necesarias para que los músculos funcionen en perfectas condiciones, además de incorporar alimentos ricos en potasio, calcio y magnesio (semillas y granos enteros). Para calmar las contracturas y acelerar la recuperación, se recomienda tomar una ducha de agua caliente, y dejar que el chorro caiga directamente sobre la zona afectada. El calor actúa como un agente calmante para estos casos. En este sentido, un buen masaje -de manos de un profesionaltambién puede resultar efectivo.
Algunos tratamientos para las contracturas son:
Preparar una infusión de lavanda y mezclarla con arcilla (utilizar la cantidad necesaria hasta obtener la consistencia de una pasta homogénea). Aplicar la preparación tibia sobre la zona y masajear durante 10 minutos.
Cortar varios rizomas de jengibre, y hervirlas durante unos minutos. Utilizarlas a modo de apósitos sobre la zona afectada. Fijar con gasas, y dejar actuar durante 15 minutos.
Beber infusión de valeriana es una excelente opción para aliviar las contracturas de cervicales, espalda o lumbares
Aplicar compresas tibias en la zona dolorida, y luego de 10 minutos realizar suaves estiramientos para aliviar la contractura.
Llenar la bañera con agua caliente. Por otro lado, en 250 grs. de sales de Epsom, colocar cinco gotas de aceite esencial de mejorana, cinco gotas de romero y otras cinco de lavanda. Agregar un poco de agua y verter en la bañera. Sumergirse durante 20 minutos
Para reducir las contracturas se aconseja realizar suaves masajes, aplicar calor y estirar suavemente la zona afectada