Aprender a respirar con la ayuda de las Flores de Bach
Conocido es que los estados emocionales alterados repercuten de manera directa en lo que vulgarmente se manifiesta como “falta de aire”. En los casos en que no existe ninguna patología extra, sólo se trata de un aprendizaje sobre cómo manejar el proceso de oxigenación del organismo. Y es allí donde la relajación juega un rol fundamental.
Cuando
aprendemos su significado simbólico, el simple y descontado acto de respirar toma una importancia universal. Cada uno de nosotros inhala lo que los demás exhalan, y luego exhala lo que otros inhalarán. Es el acto de vida por excelencia. Y lo damos por sentado, desde el mismísimo momento que respiramos por primera vez al nacer. Pero, aunque lo veamos como un acto sencillo, respirar es un poderoso reflejo inconsciente que podemos modificar conscientemente y con esto, nuestras emociones, procesos metabólicos y hasta la química de nuestro organismo. Un buen ejercicio podría ser acompañar la lectura de esta nota con respiraciones conscientes, más lentas y profundas, conteniendo el aire por unos segundos en el pecho, antes de exhalar, volviendo a inspirar profundamente.
Respiraciones emotivas
Este eterno intercambio de la materia vital por excelencia, sin la cual podríamos vivir unos diez minutos como máximo, representa, entre otras cosas, la libertad que reclamamos y otorgamos, la capacidad de dar y recibir, nuestra relación con la pena, pero también con la prosperidad, y también nuestra fuerza vital.
Nuestras emociones afectan en forma profunda nuestra capacidad de respirar, y en nuestro lenguaje psicosomático existen innumerables ejemplos: "Me cortó la respiración", "no me deja respirar", "dale un poco de aire", "si no está cerca no puedo respirar", o "me falta el aire".
Y aunque podemos estudiar a las emociones en forma separada, no están realmente disociadas de la respiración, al menos no hasta que la volvemos consciente y adquirimos la capacidad de modificarla.
Estados emocionales
Mientras se observa la respiración bajo esa perspectiva, veamos algunos ejemplos de la respiración simbólica y su relación con las flores de Bach a través de los estados emocionales que representan.
● Cuando nos anclamos en el rencor, la exhalación se vuelve más corta, el pecho se contrae y el corazón pierde espacio. La Flor de Bach para aplicar en estos casos podría ser Willow. Este tipo de comportamiento suele suceder a quienes tienen personalidades que encuentran difícil liberar el resentimiento y la amargura.
● Sensación de angustia profunda, con una pena que parece separar el alma del cuerpo, en
una disociación que nos enfrenta con la inmensidad de un dolor que parece ser demasiado grande. Se producen entonces respiraciones entrecortadas por el llanto. Esta situación, muy estresante por cierto, representaría un corte en el flujo de la vida o de la energía vital, y la Flor de Bach a aplicar es Star of Bethlehem. Es la esencia para quienes quedan paralizados por un trauma o una noticia muy shockeante.
Si sentimos la angustia que nos aprieta el corazón, como si fuera un puño que lo encierra, no ingresa nuevo aire al respirar. Puede relacionarse o no con el asma. Sólo podemos ver por delante desolación, destrucción. La Flor de Bach asociada es Sweet
Chestnut. El doctor Bach la recomendaba asociada a estos estados y para "momentos en que la mente o el cuerpo sienten como si hubiesen llegado al límite extremo de su resistencia".
Otro estado interesante de reconocer es cuando sentimos los hombros como si tuvieran un gran peso. Nos cuesta tomar aire, como si estuviéramos jadeando por el esfuerzo excesivo. Sentimos que lo que tenemos que hacer es superior a nuestras fuerzas. La flor elegida es Elm (el olmo), la flor de Bach para cuando nuestra responsabilidad es excesiva y no delegamos adecuadamente lo que no nos toca.
Otras respiraciones
Además de las interdependencias emocionales y simbólicas, la respiración cumple literalmente funciones de limpieza y de nutrición, ya que contribuye a eliminar toxinas y gases. Las células necesitan oxígeno que toman del aire y devuelven al ambiente dióxido de carbono. El oxígeno estaría ejerciendo la nutrición (inhalación) y el dióxido de carbono sería desechado (exhalación). En ese sentido, cuando sentimos que no estamos dejando ir toxinas emocionales acumuladas (lo cual bien puede observarse externamente en la acumulación de objetos durante muchísimo tiempo), nos ayudaría la realización de ejercicios de respiración profunda. Como complemento, la flor de Bach recomendada es
Crab Apple, que según el propio Doctor Bach "es el remedio de la purificación".
Un poco de historia
Las Flores de Bach se utilizan para tratar estados emocionales, partiendo de la idea de “tratar al individuo en vez de a la enfermedad”, solucionar el problema emocional para resolver la enfermedad física.
Esta terapia floral fue descubierta por el investigador, médico y homeópata Dr. Edward Bach entre los años 1926 y 1934. Su sistema consta de 38 esencias florales elaboradas a base de flores de árboles, arbustos y plantas silvestres, que se pueden clasifican en 7 grupos que engloban los distintos estados emocionales: miedos, incertidumbre, desinterés, soledad, facilidad para ser influenciados por los demás, desesperación y preocupación en exceso por los demás. Para hacer la mezcla de flores de Bach podemos acudir a terapeutas especializados en la terapia floral, que nos ayudará a seleccionar las esencias más adecuadas o elaborar personalmente la mezcla, teniendo en cuenta nuestra situación, personalidad o estado emocional.
El doctor Bach, además del sistema floral basado en una mezcla adaptada a cada individuo, elaboró una mezcla denominada Rescue Remedy para situaciones de emergencia. La información de este artículo sobre las flores de Bach es meramente informativo. En todos los casos le recomendamos visitar a su médico especialista en salud ■
Las Flores de Bach son preparados líquidos a base de flores silvestres de la región de Gales (Reino Unido), que son utilizadas para ayudar en la moderación de estados emocionales negativos, buscando un equilibrio espiritual que nos ayude a vivir en armonía con el todo.