Yoga para niños
Resulta una alternativa ideal porque, además de relajarse, los pequeños obtendrán una fortificada musculatura, una correcta postura, e incluso gozarán de un estado de ánimo más sereno y equilibrado.
Se sabe que el yoga es una disciplina psicofísica que aporta tranquilidad, flexibilidad, autoconocimiento y paz interior. Todos estos beneficios también pueden disfrutarlos los más pequeños dado se trata de una actividad que puede adaptarse a cualquier edad: la madre o el padre pueden empezar a practicarlo con el bebé y poco a poco evolucionar juntos a medida que crece. Asimismo, los expertos indican que a partir de los 4 años los pequeños ya están preparados para practicar yoga porque a esa edad ya tienen un mayor control sobre su cuerpo, lo que les permite asumir determinadas posturas y realizar los diferentes movimientos de esta disciplina.
Yoga infantil
Las posturas del yoga se inspiran en los elementos de la naturaleza como animales, plantas y formas, que permiten a quien las practica entrar en sintonía con el propio cuerpo y, también como reflejo, con las manifestaciones energéticas que estas posturas implican. El secreto de su práctica se encuentra en la respiración y hacerlo desde temprana edad permite que el niño aprenda a respirar de forma correcta y profunda, con la nariz y no con la boca abierta, con el estómago y no sólo con el tórax. Esta técnica mejora el funcionamiento del aparato respiratorio y calma la mente, porque cuanto más tranquila y regular es la respiración, más se aplacan los pensamientos.
Cabe aclarar que, para captar su atención, el yoga infantil no es el mismo que se practica en las clases para adultos. Para ellos las clases son más diver- tidas dado que las diferentes posturas se convierten en un juego. Según las edades las características de las clases son: ●De 3 a 7 años: el niño aprende a concentrarse en su cuerpo y a no perder su flexibilidad innata. El cerebro necesita juego y movimiento para desarrollar plenamente el intelecto. En estas clases se explican cuentos mediante los cuales los pequeños se convierten en animales
y símbolos de la naturaleza, de este modo se les enseña a respirar y relajarse.
●De 8 a 12 años: en esta etapa adquieren mayor capacidad de concentración y el yoga los ayuda a equilibrar el sistema hormonal y aplacar el mal humor. En estas clases se hacen posturas para que el niño adopte una correcta postural corporal, al tiempo que se realizan ejercicios de respiración y relajación. También se trabaja la concentración para fomentar el silencio interior y estimular su creatividad, aportándole seguridad y autoestima. Los expertos afirman que un niño que practica yoga transitará una adolescencia más equilibrada.
Aunque existen muchas variantes del yoga y cada profesional establece su práctica en función de su filosofía y forma- ción, en general en las clases se trabaja:
●Asanas (posturas). Con las cuales se reforzará su nivel de concentración, su memoria y su conciencia corporal.
●Juegos de yoga. A través de diferentes juegos estructurados según la edad del niño se desarrollará su creatividad, imaginación y autoestima.
●Técnicas de respiración y relajación. Mediante estas técnicas lo que se busca es calmar su sistema nervioso y liberar estados de ansiedad, tensión y estrés.
Enormes beneficios
El yoga es una actividad recomendada para todos los niños y niñas. La búsqueda del equilibrio y la armonía constituye una buena base para que, en el futuro, los pequeños disfruten de una vida adulta alegre y saludable. Entre sus ventajas se destacan:
●Mediante el yoga se fomentan los buenos hábitos para sentarse, caminar o al momento de estudiar o practicar deporte.
●Gracias a su flexibilidad y sentido del equilibrio, les resulta muy fácil adoptar las distintas posturas. Los niños son capaces de abstraerse totalmente del mundo que los rodea y concentrarse totalmente en el juego.
●Con su práctica cotidiana aumentan la fuerza y resistencia, se fortalecen los músculos y mejora la coordinación.
●Resulta una disciplina ideal para los niños con trastorno por déficit de atención e hiperactividad porque les enseña a automatizar ciertas de las conductas, incluso mejorará el conocimiento de su cuerpo y se potenciará la organización de su cerebro. A su vez disminuirá la hiperactividad, mejorará su concentración, se reducirá su inquietud y desarrollará la coordinación.
●Su práctica demanda concentración, por lo que el niño aprenderá a no distraerse al realizar esta actividad y podrá utilizar esa habilidad a la hora de estudiar, por ejemplo.
●La diversión no puede faltar, por ende, cada postura se asocia a un animal o a un elemento natural para que se entretengan en cada clase.
●El conocimiento de uno mismo que el yoga proporciona mejora la autoestima del niño, quien aprenderá a apreciar sus defectos y virtudes.
●El control de la respiración y notar cómo el aire pasa por el cuerpo son formas de aportar calma y serenidad.
●Le enriquece la capacidad de tolerancia frente a la frustración.
●El yoga abre a los niños una nueva dimensión del lenguaje corporal; les permite imaginar, moverse, respirar, trabajar en grupo, jugar y desarrollarse de manera creativa todo su potencial.
●Es una herramienta natural para canalizar su energía, reducir el estrés y la ansiedad.
●Desarrolla una relación íntima con el mundo natural que los rodea y una gran autoconfianza. De este modo, fomenta el compañerismo y la amistad, incluso promueve el respeto hacia el medio ambiente, la paz y el amor.
●A diferencia de otras disciplinas, el yoga brinda un espacio en el cual los niños pueden relacionarse de forma no competitiva. Así aprenden a trabajar en equipo y respetar a sus compañeros.
●Los motiva a mantenerse físicamente activos y saludables al practicar yoga como estilo de vida.
¡A practicar asanas!
Junto a sus padres, los niños pueden realizar las siguientes
Los niños son yoguis naturales. Su confianza innata en los demás, combinada con su falta de inhibiciones les permite recibir las enseñanzas del yoga y crecer de forma inspiradora.