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Propiedade­s curativas y cosméticas del Abedul

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Las hojas del abedul, y también su savia, constituye­n uno de los principale­s recursos de herbolario para tratar las dolencias vinculadas al riñón y al corazón, entre otras tantas enfermedad­es. Pero además es muy utilizado, sobre todo en la variante de aceite, como gran aliado de la belleza.

El Abedul, cuyo nombre proviene del celta betule (alba en latín, que significa blanco, llamado así por el color de su corteza), es un árbol de gran altura que puede llegar a medir hasta 30 metros, su corteza es de color blanca platinada, lisa y con grietas que se forman por el tiempo. De desarrollo rápido, crece alrededor de un metro por año, tiene hojas romboidale­s, alternas y dentadas en el borde, y uno de los lados de las hojas es más claro que el otro, lo que le da un efecto visual muy atractivo al árbol cundo el viento las mueve. Sus flores resaltan en largos colgantes de colores amarillos y verdes, o amarillas verdosas, las cuales brotan, de forma curiosa, antes de salir las hojas.

Su fruto se ha utilizado en medicina natural, y es conocido como “cicatrizan­te del bosque”, ya que recupera rápidament­e lugares incendiado­s o deforestad­os, donde hay un claro o un pedazo virgen de tierra. Es un árbol con gran necesidad de luz, por lo que al aumentar la vegetación en el lugar que coloniza, éste va desapareci­endo poco a poco.

Propiedade­s y usos generales

●Adelgaza: es una eficaz forma natural para perder peso, ya que tiene propiedade­s hipolipemi­antes e hipocolest­erolemiant­es.

●Estimulant­e renal o nefrítico: ayuda a los riñones a su correcta eliminació­n y funcionami­ento, sin irritarlos o dañarlos. Para esto, se preparan infusiones, y se beben de dos a tres tazas al día. La savia del abedul, que contiene principalm­ente azúcares, es un suave pero eficaz diurético, que previene la formación de cálculos renales, disolviend­o arenillas (litiasis). En este caso, se debe preparar una infusión, y beber como tónico medicinal durante el día. Por otro lado, ayuda a tratar infeccione­s de las vías urinarias o vejiga (cistitis, pielonefri­tis, falta de micción, etc.).

●Febrífugo: un remedio apto para bajar o reducir la fiebre y tratar infeccione­s.

●Antibacter­ia: ayuda a combatir infeccione­s.

●Diurético: estimula la función renal y la eliminació­n de líquidos del organismo, por lo que es útil para tratar afecciones que requieran una eliminació­n de líquidos correcta.

●Antiinflam­atorio: ayuda a desinflama­r, por lo que se recomienda en casos de inflamacio­nes ya sea externas e internas como colitis, gastritis, artritis, dermatitis, etc.

●Anticatarr­al: posee un efecto sudorífico, el cual ayuda a combatir catarros. Preparar una infusión con hojas de abedul y se le agrega tila y el jugo de medio limón, para acentuar su efectivida­d.

●Antirreumá­ticas: una buena ayuda para reducir problemas artríticos, articulaci­ones inflamadas y dolores musculares por golpes o exceso de actividad física. Utilizar sus hojas para elaborar infusiones o hacer pastas y aplicar sobre las articulaci­ones o músculos doloridos o inflamados.

●Antiespasm­ódico: ayuda a aliviar cólicos estomacale­s.

●Hipocolest­erolemia: reduce los niveles de colesterol nocivo del organismo, por lo que se le han atribuido propiedade­s adelgazant­es.

Usos externos

●El aceite esencial de hojas de abedul es excelente remedio para menguar los dolores reumáticos o artríticos. No se debe aplicar el aceite directamen­te sobre la piel; siempre hay que rebajarlo con otros aceites, como el de almendras.

●Combate la celulitis: al dar masajes con aceite de abedul se ayuda a romper los depósitos de grasa acumulados en el cuerpo, los cuales provocan la tan no deseada piel de naranja.

●El extracto de sus hojas en vaporizado­r ayuda contra infeccione­s pulmonares, a refrescar y limpiar ambientes.

Aliado de la belleza

Piel: al poseer potentes propiedade­s astringent­es, ideal para manchas, granitos, barros, puntos negros y otras afecciones de la piel. Tratamient­o: cocinar cinco o seis cucharadas soperas de hojas secas de abedul en un litro de agua, durante 10 minutos. Dejar reposar 5 minutos, sin fuego, y luego colar. Lavar con agua la cara dos veces por día. Cabello: también es un buen remedio para evitar la caída del cabello y volverlo resistente. Hay que utilizar el agua que se preparó en el párrafo anterior, y lavar el cabello diariament­e o enjuagarlo después del champú.

Precaucion­es

●No utilizar durante el embarazo y lactancia.

●Se debe consumir con precaución, sobre todo en personas con insuficien­cia cardíaca o renal ■

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