¿Cuántas horas hay que dormir?
Tanto la falta de sueño como el exceso de descanso resultan nocivos para la salud. En este sentido, acorde a cada edad, existen diferentes recomendaciones orientadas a mejorar la calidad de vida.
Dormir es una necesidad tan básica como alimentarse por lo cual respetar la cantidad de horas de descanso es fundamental para gozar de una buena calidad de vida. Mientras algunas personas no logran dormir las ocho horas recomendadas, otras se exceden de dicho tiempo. A ello se suman estimulantes como el café, el alcohol y las gaseosas, el uso de dispositivos móviles antes de acostarse o una cena abundante que alteran aún más el buen descanso. En este sentido, los especialistas aseguran que dormir mucho o poco podría generar diferentes consecuencias para la salud, y expresan las siguientes recomendaciones en función de la necesidad de horas diarias acorde a cada etapa de la vida:
● Recién nacidos (0-3 meses): lo ideal es que duerman entre 14-17 horas diariamente, aunque también es aceptable que lo hagan entre 11 y 13 horas. Lo que no se recomienda es que duerman más de 18 horas.
●Bebés (4-11 meses): se sugiere que duerman entre 12-15 horas. También es aceptable que descansen entre 11 y 13 horas, pero nunca más de 16 o 18 horas.
●Niños pequeños (1-2 años): no es recomendable que duerman menos de 9 horas y más de 15 o 16. Lo que se aconseja es que descansen entre 11 y 14 horas.
●Niños en edad preescolar (3-5 años): entre 10-13 horas sería lo adecuado. Los expertos consideran que menos que 7 y más de 12 no sería aconsejable.
●Niños en edad escolar (6-13 años): lo recomendable sería entre 9 y 11 horas.
●Adolescentes (14-17): el rango de sueño se ubica en unas 10 horas.
●Adultos jóvenes (18 a 25): entre 7-9 horas al día, y no menos de 6 ni más de 10-11.
●Adultos (26-64): lo ideal sería dormir entre 7 y 9 horas, aunque no siempre se logra.
●Adultos mayores (de 65 años): lo saludable es descansar entre 7 y 8 horas al día.
¿Cuánto se necesita dormir en realidad?
Más allá de las recomendaciones citadas, y más aún en la vida adulta, es muy improbable que se respete la cantidad de horas de descanso ya sea por el exceso de trabajo, las responsabilidades familiares, incluso por un mal uso de los dispositivos tecnológicos que muchas personas usan antes de acostarse para trabajar o entretenerse. Para dar respuesta a cuánto debe dormirse en realidad, se realizó un experimento con tres grupos de personas y a cada uno se le asignó una cantidad fija de horas de sueño por noche: 4, 6 u 8. Los resultados señalaron que quienes dormían 8 horas cada noche exhibían mejores resultados en cuanto a productividad, capacidad de concentración y rendimiento; los que descansaron sólo 6 horas presentaban deficiencias cognitivas que aumentaron con el paso de
días, mientras que el grupo que descansó sólo 4 horas mostró los peores resultados y era incapaz de mantenerse despierto durante el día. Los resultados de la carencia de sueño se acrecentaron día a día, lo que demuestra que quienes duermen poco de forma crónica sufren peores consecuencias en su calidad de vida.
Ni poco ni mucho
El mal dormir provoca un bajo rendimiento durante el día que afecta a cualquier persona. Por este motivo los especialistas señalan un promedio de 8 horas para la edad adulta. Ahora bien, ¿qué ocurre si una persona duerme menos o más de esa cantidad recomendada?
Dormir poco
La falta de sueño daña los niveles superiores de razonamiento, de resolución de problemas y de atención a los detalles, incluso las personas que están cansadas tienden a ser menos productivas en el trabajo. Asimismo, tienen más posibilidades de sufrir accidentes de tránsito. Otras consecuencias de la falta de sueño son:
●Mal humor durante el día que afecta las relaciones sociales.
●Con el tiempo el déficit de sueño puede incrementar el riesgo de sufrir depresión.
●Durante la noche la frecuencia cardíaca, de la respiración y la presión arterial suben y bajan, un proceso que influye en la salud cardiovascular.
●Mientras una persona duerme el cuerpo libera hormonas que reparan las células y controlan el uso de la energía que hace el cuerpo. Estos cambios hormonales pueden afectar el peso corporal.
●Al dormir el cerebro reduce su actividad, sin embargo, no descansa completamente, por lo cual es indispensable que reciba las señales correctas para conciliar el sueño.
Dormir mucho
●Aumenta el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 por el aumento de la glucosa en sangre.
●Quienes duermen más de 8 horas diarias presentan un 46% más de posibilidades de sufrir un infarto cerebral.
●El exceso de sueño también se asocia a obesidad porque cuanto más se duerlos me menos energía se tiene y más cuesta moverse.
●Dormir muchas horas altera la segregación de serotonina, lo cual puede provocar mal humor y también dolores de cabeza.
●Cuanto más se duerme, más expuesto se está posiciones corporales que tensionen los músculos y provoquen intensos dolores de espalda.
●Paradójicamente se experimenta una mayor sensación de cansancio.
●Dormir de más aumenta la posibilidad de presentar depresión en algún momento de la vida.
●Cuantas más horas se duerman, las reacciones se volverán lentas e imprecisas.
Descanso saludable
Como todo en la vida, el equilibrio es la mejor opción y, por ende, para gozar de buena salud lo aconsejable es dormir lo justo y necesario que, según los especialistas, serían 8 horas diarias. Respetar esta franja de tiempo brindará saludables beneficios como:
●Aumento de la creatividad y agilidad mental.
●Mejor fijación de los conocimientos.
●La memoria se optimiza al mejorar las conexiones neuronales.
●Beneficia la pérdida de peso.
●Fortalece el sistema inmune.
●Previene enfermedades cardíacas.
●Existe menor riesgo de padecer depresión y mejora el ánimo para afrontar la jornada.
●El cuerpo se repara física y mentalmente en su totalidad, y gana energía ■