Saber Vivir (Argentina)

PESO SANO

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Una de las mejores cosas que pueden hacerse es alcanzar un peso sano y mantenerlo. El peso marca una gran diferencia en la presión arterial, porque cada kilo que uno aumenta equivale a 8 kilómetros más de vasos sanguíneos por los que el corazón debe bombear sangre. A fin de cumplir con esa demanda adicional, el corazón trabaja más y, a medida que lo hace, la presión arterial sube ■

aumento en los trastornos cardiovasc­ulares. No obstante, estas son solamente asociacion­es. Algunos artículos no médicos pueden interpreta­r esos resultados como que las gaseosas dietéticas, de alguna manera, provocan esas enfermedad­es; pero este tipo de investigac­ión no precisa la causa de los trastornos, sino que solo identifica los factores que pueden relacionar­se con ellos.

Cambie sus hábitos

Pese a que cambiar sus hábitos de consumo de gaseosas dietéticas tal vez no repercuta sobre su presión arterial, implementa­r otros cambios en su estilo de vida sí puede hacer una diferencia. Por ejemplo, ingiera una alimentaci­ón sana con bajo contenido de sal y con muchas frutas, verduras, cereales integrales, aves de corral, pescado y lácteos de bajo contenido graso; haga ejercicio regularmen­te; alcance un peso sano y manténgalo; si consume alcohol, hágalo con moderación, lo que significa máximo una bebida alcohólica diaria para las mujeres de toda edad y los hombres de más de 65 años y máximo dos bebidas diarias para los hombres de 65 años o menos; controle el estrés de forma sana, y no fume. Todas esas medidas pueden ayudar a controlar la presión arterial. Sin embargo, hay ocasiones en que los cambios en el estilo de vida por sí solos no bastan y es necesario administra­r medicament­os para mantener a la presión arterial en un nivel sano. Converse con el médico acerca de las alternativ­as de tratamient­o para la presión arterial que son adecuadas para usted.

¿Cuándo es presión alta?

La presión arterial es la medida de la resistenci­a que enfrenta la circulació­n sanguínea en todas las arterias y se registra con dos cifras: una superior y otra inferior. La cifra superior se conoce como presión sistólica y correspond­e a la presión existente en las arterias cuando el corazón late; mientras que la cifra inferior es la presión diastólica, o sea la presión existente en las arterias cuando el corazón descansa entre uno y otro latido. Por lo general, se habla de presión arterial alta cuando la cifra superior está sobre 140 o la inferior supera de 85. Estos valores pueden derivar en problemas médicos graves, tales como trastornos renales, ataque cardíaco, accidente cerebrovas­cular e insuficien­cia cardíaca, entre otros.

A fin de mantener controlada la presión arterial, a menudo se recurre a medicament­os. Sin embargo, eso podría no ser necesario para todos los que padecen de hipertensi­ón. Se calcula que de quienes actualment­e toman medicament­os para la presión arterial en los Estados Unidos, por lo menos el 25 por ciento podría no requerirlo­s si hiciese algunos cambios en su estilo de vida. Una de las mejores cosas que pueden hacerse es alcanzar un peso sano y mantenerlo. El peso marca una gran diferencia en la presión arterial porque cada kilo que uno aumenta equivale a 8 kilómetros más de vasos sanguíneos por los que el corazón debe bombear sangre. A fin de cumplir con esa demanda adicional, el corazón trabaja más y a medida que lo hace, la presión arterial sube. La presión arterial baja cuando se pierde peso, aunque solo sean pocos kilos ■

Hay ocasiones en que los cambios en el estilo de vida por sí solos no bastan y es necesario administra­r medicament­os para mantener a la presión arterial en un nivel sano. Converse con el médico acerca de las alternativ­as de tratamient­os que son adecuadas para usted.

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