Los hongos japoneses que alargan la vida.
Se conocen en Oriente desde hace miles de años. Tienen sustancias que ponen a punto el sistema inmunológico, oxigenan las células, bajan la tensión arterial y mucho más.
Una
de las claves más importantes de nuestra salud es el correcto funcionamiento del sistema inmunológico: no solo previene infecciones defendiéndonos contra bacterias, virus y otros microorganismos patógenos, sino que, además, es el encargado de detectar células cancerosas y destruirlas, impidiendo así el desarrollo de tumores en nuestro organismo.
En el mecanismo de este proceso intervienen numerosas células, como los linfocitos, los macrófagos y otros glóbulos blancos de la sangre, cuyo trabajo es primordial. Cada día, por razones genéticas, ambientales, alimentarias y de otros tipos, puede suceder que una célula decida mutar y comience así un cáncer. De nuestro sistema inmune depende que muera sin hacer daño. Hay sustancias en la naturaleza que se encargan de mejorar el funcionamiento de estas células, incrementar su producción y así proteger nuestra vida. Como suele suceder, no sirven solo para eso, sino que además mejoran nuestra circulación, bajan el colesterol y controlan la hipertensión arterial. Varias de esas sustancias se encuentran en tres hongos japoneses que desde hace miles de años se cultivan y se usan en medicina, primero en Oriente, pero ahora, en todo el mundo. Son el reishi, el shitake y el maitake.
Alargan la vida
El hongo shitake o shiitake junto con el reishi y el maitake ha sido utilizado tradicionalmente por la medicina oriental para fortalecer el sistema inmunitario y prolongar la vida. Desde la antigüedad se observó en Japón y China que quienes consumían estos hongos habitualmente en su dieta presentaban un número menor de enfermedades y vivían en promedio más años que aquellos que no los consumían. Las primeras referencias del cultivo del shitake se remontan a la dinastía Song del siglo X; en tanto, las primeras referencias medicinales son de la dinastía Ming, que gobernó entre 1368 y 1644. Los médicos de la época lo describen
como un alimento y medicina ideal para la curación de enfermedades del hígado, del aparato circulatorio y de la circulación, así como un remedio para dar energías y curar la fatiga. En la cocina oriental, el shitake se consume seco, en caldos, y fresco en mezclas con carnes y verduras. Se calcula que se debe comer un par de hongos diarios.
Para la medicina occidental, los shitake, así como los reishi y maitake, tienen propiedades adaptógenas. Los adaptógenos son sustancias que ayudan al cuerpo a adaptarse a condiciones ambientales y personales estresantes, fortaleciendo la mayoría de los sistemas corporales, entre ellos el inmunológico.
Para prevenir y en el tratamiento del cáncer
En Japón es común que los enfermos oncológicos utilicen una combinación de estos tres hongos durante sus tratamientos, y que se consuma de manera preventiva. De esta manera, pueden reducir la dosis de quimioterapia y ésta tiene menos efectos secundarios, al mismo tiempo que se protege a las células sanas del daño que causan
estas drogas.
El reishi, rey de los remedios
El ganoderma lucidum es un hongo que crece en la mayoría de los continentes, en los troncos de arces, ciruelos y robles, en zonas tropicales y templadas. Ya casi no se
puede encontrar en estado natural, se cultiva especialmente para usos medicinales, sobre todo en robles, hayas y ciruelos.
En la medicina oriental, el reishi se conoce desde hace más de 4000 años. Según el tratado de medicina tradicional de Japón, este hongo es el reme