Saber Vivir (Argentina)

Los alimentos funcionale­s que frenan la diabetes

Si usted tiene diabetes, debe conocer aquellos alimentos que le ayudan a controlar la glucemia y protegen a su organismo de los efectos nocivos de esta condición.

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La diabetes es una enfermedad en la que el páncreas es incapaz de producir suficiente cantidad de la hormona insulina; o las células del cuerpo no responden con eficacia a la hormona, o ambas cosas. Como resultado, los niveles de glucosa en sangre aumentan más de lo normal, la llamada hipergluce­mia. Esto puede causar una serie de complicaci­ones, incluyendo apoplejía, enfermedad­es del corazón y daño en los nervios. Pero hay buenas noticias: Hoy se sabe con seguridad que las fibras, los ácidos grasos Omega 3 y los probiótico­s son tres aliados de oro para combatir la diabetes del adulto. Las primeras regulan la absorción de los hidratos de carbono. Los segundos protegen todo el sistema arterial y venoso y bajan la inflamació­n habitual

del organismo diabético, y los probiótico­s hacen que las bacterias buenas del intestino trabajen para revertir los niveles altos de glucosa en la sangre.

La microbiota y cómo trabaja

El intestino es el mayor órgano inmunológi­co del cuerpo humano. En él habita lo que denominamo­s la flora intestinal o microbiota, que es un conjunto de millones de bacterias y levaduras de más de 400 especies. Su actividad biológica puede contribuir de manera positiva a la salud de cada ser humano, constituye­ndo una poderosa defensa para el organismo. Y en los diabéticos adquiere una importanci­a fundamenta­l.

La flora intestinal, única para cada persona, puede cambiar a lo largo de la vida por múltiples causas como el tipo de dieta, el grado de estrés al que está sometida, la medicación que precisa, la zona geográfica donde vive, por ejemplo. Y puede mejorarse con pequeños toques

de alimentaci­ón. Los probiótico­s (que significa “pro vida”) son alimentos que contienen unas bacterias buenas que resisten a la digestión normal para llegar al intestino grueso vivas. Estas tienen efectos benéficos en la salud cuando son consumidas en las cantidades adecuadas y en forma sostenida en el tiempo. La mayoría de los probiótico­s comerciali­zados actualment­e pertenecen a los géneros Lactobacil­lus o Bifidobact­erium. Los podemos encontrar en los productos lácteos fermentado­s como yogurt, bebidas lácteas, leches cultivadas y quesos, a los que se ha agregado cultivos vivos y conocidos, como Bifidobact­erium y Lactobacil­lus. El yogur en particular es un alimento excelente para los diabéticos porque al parecer los lactobacil­lus segregan una sustancia similar al glucagón, una de las hormonas del páncreas, y ayudan a absorber más equilibrad­amente los azúcares. Hay que tener presente que el yogur debe ser en lo posible casero y sin azúcar agregada. El año pasado se presentó en Argentina un estudio que comprobó que el yogurt puede ayudar a bajar la glucemia. “Las más recientes evidencias demuestran que el consumo de yogurt se relaciona con menor riesgo de padecer enfermedad­es cardiovasc­ulares, diabetes, hipertensi­ón y, con el tiempo, menor ganancia de peso. No hay evidencias que consumir yogur o leche descremada es mejor que en su versión entera: al contrario, el yogur entero contribuir­ía a la prevención de la diabetes y de otros factores de riesgo cardiovasc­ular”, explicó Nancy Babio Sánchez, Doctora en nutrición, docente de la Universita­t Rovira i Virgili (España) profesora e investigad­ora en la Universida­d Rovira i Virgili y presidente del Colegio de Dietistas-Nutricioni­stas de Cataluña. “Los últimos metaanális­is de estudios prospectiv­os señalan que el consumo de 80g-125g por día reduce en un 14% el riesgo de desarrolla­r diabetes, comparados con quienes no consumen yogur. Es decir, que al menos consumiend­o 1 yogur 3 veces a la semana a 1 yogur al día podemos reducir el riesgo de desarrolla­r diabetes,” aseguró la experta.

Una acción muy comprobada

Los probiótico­s también incluyen a las fibras, grandes amigas de los diabéticos, Ayudan a regular el metabolism­o de los hidratos de carbono y en segundo orden, tienen acción preventiva cardiovasc­ular. Entre los primeros se destacan la fibra, que, en forma de frutas frescas, verduras, hortalizas, cereales integrales o legumbres, es muy útil y beneficios­a tanto en prevención como complement­o alimentari­o en la diabetes tipo 2. Junto con los alimentos libres de azúcares, los alimentos funcionale­s ricos en fibra, ya sean naturales o modificado­s y enriquecid­os con fibra, son sin lugar a dudas el grupo más conocido y beneficios­os para los diabéticos. El papel de la fibra y su efecto beneficios­o para la diabetes se conoce desde hace más de 40 años, cuando se demostró la relación entre el alto contenido en fibra de los alimentos y la mejoría del control de la glucemia. El principal mecanismo por el que la fibra mejora el control glucémico es porque enlentece el vaciado gástrico y permite que la acción de los jugos pancreátic­os se mantenga más tiempo, con lo que la absorción de los carbohidra­tos se endentece también. Durante años, se ha intentado modificar la alimentaci­ón de las personas con diabetes, aportando aquellos nutrientes con un menor “índice glucémico”-por ejemplo, legumbres, pasta integral, etc.- con independen­cia de su contenido de fibra. Con el tiempo se ha demostrado que este concepto era erróneo, que lo que más afecta a dicho “índice glucémico de los alimentos” es su contenido en fibra. Así, en la actualidad a Asociación Americana de Diabetes, por ejemplo, recomienda a todos los pacientes diabéticos- tanto tipo 1 como tipo 2- un consumo de fibra natural entre 20-35 g/día.

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