Psicología
Este estado no sólo implica perder a la pareja, también supone el desmoronamiento de la vida que se llevó hasta el momento. El desafío de superar la pérdida y construir una nueva rutina sin la compañía del otro
Claves para transitar la viudez.
Nunca es fácil superar la pérdida de un ser querido, pero afrontar la muerte de la pareja es una de las situaciones más difíciles que a veces la vida pone en el camino. Años de convivencia, proyectos compartidos, discusiones, reconciliaciones, viajes, salidas y gustos en común, de un momento a otro se desvanecen por la partida del compañero/a. La viudez es una circunstancia muy complicada no sólo para quienes se han quedado solos ya entrados en la adultez mayor, sino lo es también para quienes pierden a su pareja en la juventud, incluso a veces con el agregado de criar a sus hijos pequeños en soledad.
Intenso dolor para ambos
Una casa, una cama y una silla vacías son algunos de los objetos que recuerdan a cada instante que el ser querido no está, y más aún la falta de la cotidianidad que ambos transitaban codo a codo. Por ello, la viudez no sólo implica perder a la pareja o al ser amado, sino también supone el desmoronamiento de la forma de vida que se llevó hasta ese momento. Es decir, no sólo se pierde a la persona sino el vínculo construido, además de las expectativas compartidas y los proyectos en común. En este sentido la viudez marca el inicio de una etapa de reformulación del tiempo vivido en medio de un proceso doloroso que demanda tiempo para acostumbrarse a la nueva situación y superar la sensación de ausencia. Para hacerlo es clave lidiar con la soledad y volver a construir un proyecto individual.
Este momento es difícil tanto para los hombres como para las mujeres, aunque en varias ocasiones para ellos se presenta el agravante que al no saber manejarse solos en la casa (porque generalmente no se encargan de las tareas domésticas) es más factible que tiendan a buscar rápidamente una nueva pareja. Por el contrario las mujeres generalmente saben quedarse solas pero es lógico y natural que a ambos sexos los afecte la depresión emocional con la misma intensidad.
En este sentido no existe un medidor emocional para determinar quién sufre más la viudez porque son procesos emocionales personalísimos pero los especialistas establecen ciertos patrones: