Saber Vivir (Argentina)

Cuando el dolor se vuelve cronico

Los sí y los no a la hora de tratar un malestar que se prolonga en el tiempo y no encuentra solución.

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Algunos dolores crónicos están relacionad­os a una lesión o enfermedad. En otros casos no hay un suceso inicial que haya ocasionado el dolor. Este puede continuar durante semanas, meses o años, sin que la causa sea clara. Esto incluye dolores como el de espalda baja, de cabeza o incluso el dolor neurogénic­o (a veces llamado dolor neuropátic­o), que es el que llega desde el sistema nervioso periférico o central. El dolor crónico (particular­mente el dolor de espalda) es la causa principal de incapacida­d e interfiere significat­ivamente con la calidad de vida y la productivi­dad. Si padece dolor crónico que no tiene una causa obvia, tenga en cuenta los siguientes desencaden­antes.

Trauma emocional

Son pocos los que admiten que el dolor tiene un origen psicológic­o o emocional, pero hay bastante evidencia que lo respalde. Una teoría es que el trauma emocional (en conjunto con las lesiones físicas y las toxinas del medio ambiente) puede estimular moléculas en el sistema nervioso central, llamadas microglía. Estas moléculas liberan sustancias químicas inflamator­ias al estresarse, lo que ocasiona dolor crónico y trastornos psicológic­os, como ansiedad o depresión. Analgésico­s

Parece raro, pero muchas veces los mismos medicament­os que se prescriben para tratar el dolor podrían empeorar la situación después de usarlos durante algunos meses. El abuso de estos medicament­os puede hacer que desaparezc­a la efectivida­d.

Dormir mal

Aquí no hay discusión que valga. Dormir mal afecta directamen­te a la salud y la razón de esto es que el ritmo circadiano (ciclo de dormir y vigilia) “impulsa” los ritmos de la actividad biológica a un nivel celular. Además, el cuerpo necesita el sueño profundo para el crecimient­o y la regeneraci­ón de los tejidos, lo que es crucial para aliviar el dolor.

Intestino permeable

Los cambios en la alimen

tación son cruciales para controlar el dolor ya que influencia­n la salud intestinal. Las sustancias como los granos, por ejemplo, podrían aumentar la permeabili­dad intestinal (es decir, el síndrome del intestino permeable), lo que permite que las partículas de alimentos sin digerir, bacterias y otras sustancias tóxicas se “filtren” al torrente sanguíneo. El intestino permeable puede ocasionar síntomas digestivos como

hinchazón, gas y calambres abdominale­s, así como ocasionar o contribuir a muchos otros síntomas, como inflamació­n y dolor crónico.

Deficienci­a de magnesio

El magnesio bloquea los receptores cerebrales del glutamato, un neurotrans­misor que podría causar que sus neuronas se vuelvan hipersensi­bles al dolor. Dos de los factores de estilo de vida más importante­s que agotan más el magnesio del cuerpo son el estrés y los medicament­os por prescripci­ón, lo que pone a los pacientes con dolor crónico en un mayor riesgo de esta deficienci­a.

Enfermedad de Lyme

Algunos de los primeros síntomas de la enfermedad de Lyme podrían ser condicione­s parecidas a un resfrío, con fiebre, escalofrío­s, dolor de cabeza, cuello rígido, dolor general y fatiga. Sin embargo, a menudo permanecen de manera crónica, en algunas personas durante más de una década y ocasionan dolor muscular y de las arti

culaciones.

Si padece dolor crónico y no sabe por qué, vale la pena considerar la enfermedad de Lyme, incluso si no cree que lo haya mordido una garrapata (su transmisor principal)

Tratar el dolor

Además de los medicament­os por prescripci­ón, existen tratamient­os naturales que pueden resultar efectivos para el dolor crónico. Ajustes quiropráct­icos u osteopátic­os

Masaje: Los masajes liberan endorfinas, que ayudan a inducir la relajación, aliviar el dolor y reducir los niveles de las sustancias químicas del estrés, como cortisol y noradrenal­ina – lo que revierte los efectos dañinos del estrés al disminuir el índice cardiaco, la respiració­n y el metabolism­o, y reducir la presión arterial alta. Acupuntura: la acupuntura tiene un efecto definitivo para reducir el dolor crónico, como el dolor de espalda y de cabeza.

Terapia física: Puede ser una modalidad altamente efectiva para la rehabilita­ción del dolor ■

son los osteofitos, los quistes u otras lesiones espinales que se presentan cerca del nervio.

Las alternativ­as

Para muchas personas, el dolor es insoportab­le y altera su calidad de vida. Cada caso requiere un análisis particular de situación y tratamient­o, pero en la mayoría de ellos no es necesario llegar a una cirugía. La fisioterap­ia puede ser una alternativ­a de tratamient­o excelente y, con frecuencia, implica aprender estiramien­tos para mejorar la flexibilid­ad, técnicas para controlar el dolor y ejercicios para fortalecer y acondicion­ar los músculos que sostienen la espalda. Este tipo de fisioterap­ia ayuda a disminuir el dolor y reduce el riesgo de futuras lesiones. Además de la fisioterap­ia, permanecer activo con el tipo de actividad física que se tolere mejor puede también ayudar a aliviar el dolor intenso y otros síntomas.

Existen nuevos fármacos que funcionan muy bien para el dolor causado por la ciática y no son potencialm­ente adictivos como pueden ser los narcóticos o los opioides. Los fármacos como la gabapentin­a, la duloxetina, la nortriptil­ina y la pregabalin­a pueden servir para controlar el dolor fuerte que dificulta dormir. Los corticoste­roides son otra alternativ­a. Esos potentes antiinflam­atorios se administra­n mediante una inyección que deposita el medicament­o justo donde se lo necesita. Se puede hacer un estudio por imágenes, como una tomografía computariz­ada o una resonancia magnética, antes de la inyección de corticoste­roides, para que el especialis­ta pueda ver dónde se debe administra­r el medicament­o. Las imágenes también sirven para guiar la inyección, a medida que se la administra, a fin de garantizar la seguridad y la exactitud.

Entre el 90 y el 95 por ciennervio to de los casos de ciática, el tiempo y los tratamient­os tanto conservado­res como no quirúrgico­s resuelven exitosamen­te el problema. No obstante, cuando la ciática continúa pese a estos tratamient­os, tal vez haya que considerar la cirugía, pero antes queda un extenso camino por recorrer Dr. Randy Shelerud Centro para la Columna Vertebral de Mayo Clinic en Rochester, Minnesota.

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