Sinusitis bajo control
Con la llegada de la primavera y los primeros cambios de temperatura, bajan las defensas y aparecen los resfríos. Si no se los trata adecuadamente, la infección se propaga a los senos nasales, dando lugar a la Sinusitis. En esta nota le contamos qué es, cómo prevenirla y tratarla.
La sinusitis es la inflamación de la mucosa que reviste los senos paranasales, cavidades ubicadas en el cráneo (existen también senos maxilares, etmoidales frontales y esfenoidal). La vía de infección más frecuente para una sinusitis aguda es la nasal, porque a partir de la rinitis (resfrío), la infección se propaga a los senos.
Si bien hay ciertas condiciones hereditarias, como la alergia o una enfermedad llamada síndrome de Kartagener, la sinusitis no suele ser una enfermedad congénita o genética y es más común que la contraigan personas propensas al resfrío, ya que quien se resfría con facilidad, también tiene tendencia a sufrir mayor cantidad de episodios de infección de los senos paranasales, es decir sinusitis.
Cómo aparece
Durante el resfriado, el recubrimiento de las paredes internas de la nariz y las cavidades nasales se inflama y produce más fluido de lo usual. Ésta es la razón por la cual la nariz se congestiona y “chorrea”. La mayoría de las veces la inflamación desaparece por sí sola al cabo de cinco días aproximadamente. Sin embargo, si la inflamación persiste, las aberturas que normalmente permiten a los senos paranasales drenar su contenido hacia la parte posterior de la nariz se ven bloqueadas y la cavidad de los senos se llena de fluido. Debido a este bloqueo y la imposibilidad de un drenaje adecuado, las bacterias son atrapadas en el interior y crecen allí, dando lugar a una sinusitis bacteriana.
Diferentes tipos
Existen dos grandes grupos de sinusitis: los cuadros agudos (días de evolución) y subagudos (meses) y la sinusitis crónica (años de evolución). En los casos de sinusitis aguda, habitualmente hay una infección bacteriana que suele dar dolor, cefalea, rinorrea (moco), dolor ocular, cambios en el olfato y a veces fiebre y decaimiento. Para ello se deben tomar antibióticos. Por su parte, la sinusitis crónica suele ser reiterativa, requiere de otros tratamientos y en casos importantes se realiza una pequeña cirugía. Ésta es una enfermedad que predomina en invierno, ya que las bajas temperaturas facilitan la infección de la mucosa respiratoria y se puede contagiar a través de las secreciones, ya que tanto el virus como las bacterias son contagiosas, por lo tanto, en el caso de los niños, no deben concurrir a clases, y siempre se deben ventilar bien los ambientes. Es difícil evitar el contagio vía útiles o manos ya que los niños tocan todo habitualmente, por eso se recomienda quedarse en casa hasta que la infección esté controlada. Es importante utilizar pañuelos descartables y para prevenirla se recomienda tratar los cuadros virales y alérgicos, así como consultar al médico cuando un resfriado común dura más tiempo del habitual.
Signos para detectar
Con respecto a los síntomas, en los niños se asocia a cuadros virales y es frecuente que se presente asociada a otitis o faringitis. En los jóvenes y adultos puede presentarse de forma aislada; cefalea, secreción nasal, feo aliento o feo gusto, nariz tapada y molestias oculares, son algunos de los síntomas más comunes.
Tratamientos menos invasivos
Hoy en día, existen estudios como la Tomografía Computada que facilitan el diagnóstico de la sinusitis. Y para aquellos que requieren una resolución quirúrgica, también tienen soluciones y procedimientos simples, gracias al uso de endoscopios que simplifican la cirugía. En algunos casos, el uso de procedimientos menores en consultorio con radiofrecuencia, puede solucionar la enfermedad. La radiofrecuencia bipolar controlada se utiliza desde el 2001 en USA (aprobada por la FDA). Se utiliza para reducir tejidos y endurecerlos. En el caso de la sinusitis, puede ser beneficioso para reducir el tamaño de los cornetes nasales o pólipos. En general, la radiofrecuencia consta de tratamientos ambulatorios con anestesia local, es su gran ventaja y son indoloros. Puede requerir una sola sesión o a veces su repetición según cada paciente. Es una técnica que se utiliza solo en adultos. En el caso de los niños se realiza una microcirugía de adenoides con anestesia general
tiempo transcurrido. El más común son los anticoagulantes y antiplaquetarios y su efectividad depende de que sean aplicados dentro de las tres primeras horas de presentados los síntomas, tratando de disolver el coágulo o controlando la hemorragia. Luego, se requiere rehabilitación para superar las secuelas causadas por el derrame.
Cómo evitar un segundo evento
De acuerdo con la doctora El Haj, los pacientes que han sufrido un ACV deben tratarse con todas las estrategias de reducción de riesgo disponibles, las cuales incluyen medidas como:
●Reducción de la presión arterial.
●Terapia con estatinas (ayucación dan a reducir los niveles de colesterol).
●Terapia antitrombótica (para evitar la formación de coágulos).
●Control de la glucosa.
●Angunos pacientes pueden beneficiarse con la colode un stent. También es necesario adoptar algunas modificaciones en el estilo de vida que pueda ayudar a reducir el riesgo de un segundo ACV, como dejar de fumar, limitar el consumo de alcohol, bajar de peso, realizar actividad física aeróbica regular, llevar una dieta mediterránea y restringir el uso de sal. Finalmente, para prevenir el desarrollo de un segundo evento se recomienda la realización anual de un chequeo general que incluya pruebas de laboratorio, electrocardiograma y estudios de diagnóstico por imágenes, con el objetivo de identificar factores de riesgo modificables