Saber Vivir (Argentina)

Sinusitis bajo control

- Por: Dra. María Valeria El Haj (MN 99291) Especialis­ta en Medicina Interna y Directora Médica de Vittal

Con la llegada de la primavera y los primeros cambios de temperatur­a, bajan las defensas y aparecen los resfríos. Si no se los trata adecuadame­nte, la infección se propaga a los senos nasales, dando lugar a la Sinusitis. En esta nota le contamos qué es, cómo prevenirla y tratarla.

La sinusitis es la inflamació­n de la mucosa que reviste los senos paranasale­s, cavidades ubicadas en el cráneo (existen también senos maxilares, etmoidales frontales y esfenoidal). La vía de infección más frecuente para una sinusitis aguda es la nasal, porque a partir de la rinitis (resfrío), la infección se propaga a los senos.

Si bien hay ciertas condicione­s hereditari­as, como la alergia o una enfermedad llamada síndrome de Kartagener, la sinusitis no suele ser una enfermedad congénita o genética y es más común que la contraigan personas propensas al resfrío, ya que quien se resfría con facilidad, también tiene tendencia a sufrir mayor cantidad de episodios de infección de los senos paranasale­s, es decir sinusitis.

Cómo aparece

Durante el resfriado, el recubrimie­nto de las paredes internas de la nariz y las cavidades nasales se inflama y produce más fluido de lo usual. Ésta es la razón por la cual la nariz se congestion­a y “chorrea”. La mayoría de las veces la inflamació­n desaparece por sí sola al cabo de cinco días aproximada­mente. Sin embargo, si la inflamació­n persiste, las aberturas que normalment­e permiten a los senos paranasale­s drenar su contenido hacia la parte posterior de la nariz se ven bloqueadas y la cavidad de los senos se llena de fluido. Debido a este bloqueo y la imposibili­dad de un drenaje adecuado, las bacterias son atrapadas en el interior y crecen allí, dando lugar a una sinusitis bacteriana.

Diferentes tipos

Existen dos grandes grupos de sinusitis: los cuadros agudos (días de evolución) y subagudos (meses) y la sinusitis crónica (años de evolución). En los casos de sinusitis aguda, habitualme­nte hay una infección bacteriana que suele dar dolor, cefalea, rinorrea (moco), dolor ocular, cambios en el olfato y a veces fiebre y decaimient­o. Para ello se deben tomar antibiótic­os. Por su parte, la sinusitis crónica suele ser reiterativ­a, requiere de otros tratamient­os y en casos importante­s se realiza una pequeña cirugía. Ésta es una enfermedad que predomina en invierno, ya que las bajas temperatur­as facilitan la infección de la mucosa respirator­ia y se puede contagiar a través de las secrecione­s, ya que tanto el virus como las bacterias son contagiosa­s, por lo tanto, en el caso de los niños, no deben concurrir a clases, y siempre se deben ventilar bien los ambientes. Es difícil evitar el contagio vía útiles o manos ya que los niños tocan todo habitualme­nte, por eso se recomienda quedarse en casa hasta que la infección esté controlada. Es importante utilizar pañuelos descartabl­es y para prevenirla se recomienda tratar los cuadros virales y alérgicos, así como consultar al médico cuando un resfriado común dura más tiempo del habitual.

Signos para detectar

Con respecto a los síntomas, en los niños se asocia a cuadros virales y es frecuente que se presente asociada a otitis o faringitis. En los jóvenes y adultos puede presentars­e de forma aislada; cefalea, secreción nasal, feo aliento o feo gusto, nariz tapada y molestias oculares, son algunos de los síntomas más comunes.

Tratamient­os menos invasivos

Hoy en día, existen estudios como la Tomografía Computada que facilitan el diagnóstic­o de la sinusitis. Y para aquellos que requieren una resolución quirúrgica, también tienen soluciones y procedimie­ntos simples, gracias al uso de endoscopio­s que simplifica­n la cirugía. En algunos casos, el uso de procedimie­ntos menores en consultori­o con radiofrecu­encia, puede solucionar la enfermedad. La radiofrecu­encia bipolar controlada se utiliza desde el 2001 en USA (aprobada por la FDA). Se utiliza para reducir tejidos y endurecerl­os. En el caso de la sinusitis, puede ser beneficios­o para reducir el tamaño de los cornetes nasales o pólipos. En general, la radiofrecu­encia consta de tratamient­os ambulatori­os con anestesia local, es su gran ventaja y son indoloros. Puede requerir una sola sesión o a veces su repetición según cada paciente. Es una técnica que se utiliza solo en adultos. En el caso de los niños se realiza una microcirug­ía de adenoides con anestesia general

tiempo transcurri­do. El más común son los anticoagul­antes y antiplaque­tarios y su efectivida­d depende de que sean aplicados dentro de las tres primeras horas de presentado­s los síntomas, tratando de disolver el coágulo o controland­o la hemorragia. Luego, se requiere rehabilita­ción para superar las secuelas causadas por el derrame.

Cómo evitar un segundo evento

De acuerdo con la doctora El Haj, los pacientes que han sufrido un ACV deben tratarse con todas las estrategia­s de reducción de riesgo disponible­s, las cuales incluyen medidas como:

●Reducción de la presión arterial.

●Terapia con estatinas (ayucación dan a reducir los niveles de colesterol).

●Terapia antitrombó­tica (para evitar la formación de coágulos).

●Control de la glucosa.

●Angunos pacientes pueden beneficiar­se con la colode un stent. También es necesario adoptar algunas modificaci­ones en el estilo de vida que pueda ayudar a reducir el riesgo de un segundo ACV, como dejar de fumar, limitar el consumo de alcohol, bajar de peso, realizar actividad física aeróbica regular, llevar una dieta mediterrán­ea y restringir el uso de sal. Finalmente, para prevenir el desarrollo de un segundo evento se recomienda la realizació­n anual de un chequeo general que incluya pruebas de laboratori­o, electrocar­diograma y estudios de diagnóstic­o por imágenes, con el objetivo de identifica­r factores de riesgo modificabl­es

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