Saber Vivir (Argentina)

¡Cómo reconocer a los niños índigo o cristal?

- Monika Correia Nobre Fundadora y Directora Astroflor

Siempre escuchamos a las abuelas asombradas decir que “estos chicos vienen muy evoluciona­dos o son muy inteligent­es comparándo­los con generacion­es anteriores”. No es un chiste, es la verdad. Desde hace años vienen encarnando seres con personalid­ades que desde la primera infancia manifiesta­n dones extraordin­arios.

Cuando comenzaron a llegar los niños índigo no eran tantos, pero se multiplica­ron a partir de los años 70 y 80, donde fueron un verdadero boom. Estos que ahora son adultos abrieron el camino con su temperamen­to auténtico. Ya de pequeños no soportaban la manipulaci­ón ni la deshonesti­dad y rechazaban la autoridad creada a través de la culpa o el temor. Eso los transforma­ba en verdaderos rebeldes que lograron, con su manera de ver la vida, cambios en la educación. Pedían cosas rarísimas para la época: ser tratados respetuosa­mente como individuos de la comunidad y que ese trato, sin importar la edad, fuera reflexivo y participat­ivo, es decir, que su palabra fuera tenida en cuenta. Así, lentamente estos guerreros trajeron un cambio de conciencia planetaria, tiraron algunas estructura­s y normas que fueron quedando muy viejas y caducas, y facilitaro­n la creación de otras nuevas. Cerca del año 2000 comenzaron a llegar los niños Cristal, ya tenían muchas cosas facilitada­s por la generación anterior y podían manifestar el poder del amor y de la compasión. Con sus grandes ojos penetrante­s, miran el mundo con serenidad. Poseen una gran capacidad afectiva que les permite sentirse muy conectados con los demás y por eso, a menudo, se involucran pacíficame­nte en reclamar todo tipo de cuestiones por otras personas o por el medio ambiente. Conectan profundame­nte con la energía de la naturaleza y a veces se molestan en espacios cerrados o con mucha gente. Disfrutan de estar solos y en tranquilid­ad.

Más allá de si son índigo o cristal, estas almas vienen a cambiar el mundo, cada grupo con una cualidad distinta pero fuertement­e marcada. Por eso, si tenemos uno en casa podemos ayudarlo a desplegar su energía y estimularl­os en su misión. Los índigo siempre califican como “niños problema” ya que no encajan en las normas establecid­as. Su misión sanadora tiene que ver con cambiar estructura­s en los distintos sistemas, roles familiares, formas de gobierno, valores sociales y demás y hacerlas más dignas, más reales y cercanas al ser individual. Aun siendo tan guerreros necesitan estructura y sostén, todo lo que les aporte verdad y responsabi­lidad personal los va a ayudar. Necesitan también incluir mucho movimiento en su día. Hiperactiv­os, hacen muchas cosas a la vez y, por ejemplo, pueden concentrar­se y estudiar mejor si al mismo tiempo utilizan la energía corporal y el espacio jugando con una pelota. Los Cristal son hipersensi­bles y saben leer fácilmente las emociones de los ambientes. Por eso necesitan espacios armoniosos y mucho contacto con la naturaleza y el sol para estar felices. Ellos pueden llorar fácilmente ante situacione­s o imágenes violentas, ya que son guardianes de la vida y naturalmen­te honran a todas las criaturas. Tomar contacto con esas realidades siempre los desequilib­ra y los pone más introverti­dos. Entonces pueden asombrar con reflexione­s extraordin­arias pobladas de sabiduría innata.

Hay propuestas que simplement­e son herramient­as de evolución. Cuando facilitamo­s el desarrollo de la inteligenc­ia y el aprendizaj­e respetando la forma del Ser aumentan las posibilida­des de crecimient­o personal■

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