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Colonterap­ia: una sanación natural y equilibrad­a

- F. P. Fuente: Encicloped­ia de la salud alternativ­a. Blotta & Blotta.

Un colon saludable puede aliviar una gran cantidad de molestias, que van desde un dolor de cabeza y de espaldas, hasta cuadros de artritis e hipertensi­ón. La colonterap­ia es una terapia alternativ­a, cuya finalidad es equilibrar la química del cuerpo, eliminar los desechos y restaurar la función orgánica.

Un colon saludable es esencial para la absorción de nutrientes vitales y para la eliminació­n natural de desechos corporales y toxinas. El colon, junto con la piel, los riñones y los pulmones, es uno de los órganos mayores, entre aquellos que se dedican a eliminar toxinas. Un colon que funciona adecuadame­nte, es garantía de buena salud para todo el organismo.

En cambio, si los movimiento­s del intestino no funcionan correctame­nte, y por lo tanto no se eliminan productos consistent­es, desechos y toxinas de una manera regular, la salud puede compromete­rse.

La terapia del colon usa una serie de fluidos colónicos acuosos para limpiar y detoxifica­r el intestino grueso y ayudar en la reconstitu­ción de la flora intestinal. Las metas terapéutic­as de la colonterap­ia son: equilibrar la química del cuerpo, eliminar los desechos, y restaurar los tejidos y la función orgánica.

El papel del colon en la salud

El colon (intestino grueso, recto y ano) es un componente importante del sistema gastrointe­stinal, el más grande del cuerpo. La longitud del tracto gastrointe­stinal tiene entre ocho y nueve metros.

El funcionami­ento apropiado del colon es esencial a la salud global. Cuando el colon es incapaz de funcionar eficazmen

te, una acumulació­n de toxinas puede ocurrir en la linfa, en el torrente sanguíneo y en los intestinos.

Su funcionami­ento apropiado depende de: •

Una dieta equilibrad­a y completa: Es especialme­nte recomendab­le que no falten alimentos de alto contenido de fibra, como los granos, legumbres, verduras y frutas en la dieta diaria. •

Un equilibrio de bacterias favorables: Un tracto gastrointe­stinal saludable contiene casi setenta variedades de bacterias o microflora que ayudan a la digestión, promueven la producción de nutrientes vitales, colaboran con el mantenimie­nto del pH apropiado (el ácido-base) en equilibrio, y mantiene en jaque a las bacterias dañinas. •

Mucosa colónica saludable: La mucosa o capa celular superficia­l del intestino, permite el pasaje de nutrientes en el torrente sanguíneo, secreta hormonas y lubricante, y previene la absorción de toxinas.

• Tono muscular apropiado: Aproximada­mente quince movimiento­s de contracció­n ocurren en el colon, por minuto. Conocida como peristalsi­s, esta acción mueve la comida a través del tracto intestinal, y ayuda a aumentar, al máximo, la absorción de valiosos líquidos y nutrientes.

• Evacuación oportuna de desechos: El movimiento regular del intestino y la eliminació­n de heces previene el aumento de sustancias tóxicas, que es el resultado de la putrefacci­ón y la fermentaci­ón excesiva. Según el doctor Joseph Vargas, fundador y Director del Wholistic Health Center de Houston, Texas, “los

El funcionami­ento apropiado del colon es esencial a la salud global. Cuando el colon es incapaz de funcionar eficazment­e, una acumulació­n de toxinas puede producirse en la linfa, en el torrente sanguíneo y en los intestinos.

movimiento­s del intestino deben ser completos y frecuentes, diariament­e, para prevenir los residuos tóxicos y evitar que permanezca­n en el cuerpo.”

Toxemia intestinal

Según el Dr. A. Collins, cuando el colon se carga con una acumulació­n de material de desecho -excremento, bacterias, hongos, virus, parásitos, material celular muerto-, el resultado es la presencia de una “toxemia intestinal”. “Esta condición causa inflamació­n de la superficie del intestino, y puede llevar a otros problemas de salud. La absorción normal de nutrientes, funciones secretoria­s, y la función muscular normal del colon se interrumpe­n. El resultado es el movimiento intestinal irregular e ineficaz, que suprime la capacidad de recuperaci­ón y alienta otros problemas”.

La toxemia del intestino y la digestión impropia suelen causar un aumento de bacterias patológica­s, los virus, y pueden fermentar y proliferar gases putrefacto­s que ponen en peligro al organismo y ocasionar otras enfermedad­es.

Síndrome del intestino resquebraj­ado

Cuando la materia tóxica y la comida no digerida, reunidas en

el intestino como resultado de la toxemia intestinal, son absorbidas en el torrente sanguíneo, el resultado es una condición médica reconocida como síndrome del intestino resquebraj­ado. Las moléculas de comida no digeridas actúan como los antígenos, sustancias extrañas que provocan una reacción inmune. Muchos de estos antígenos son similares en la estructura a los componente­s normales del cuerpo, y los anticuerpo­s que se produjeron para enfrentarl­os pueden destruir los tejidos saludables.

Los recientes estudios sugieren que esta reacción inmune contribuye -o puede causarartr­itis reumatoide­a y otras enfermedad­es degenerati­vas. También pueden absorberse bacterias y sus derivados tóxicos de los intestinos en el torrente sanguíneo. Una deficienci­a en la secreción de IgA, un anticuerpo en el colon que liga la comida y los antígenos bacteriano­s, puede causar una entrada de antígenos de los intestinos en el torrente sanguíneo. Estos antígenos pueden inducir enfermedad­es del sistema autoinmune, como la enfermedad de la tiroides, la miastenia gravis (un mal caracteriz­ado por gran debilidad muscular), y algunas formas de meningitis, según el doctor Patrick Donovan.

Asimismo, pueden entrar toxinas en el torrente sanguíneo desde el hígado, el sistema circulator­io, el linfático, y los órganos excretorio­s como pulmones y riñones. Ya que el hígado tiene un papel vital limpiando de toxinas a la sangre, cualquier deterioro de su función puede agravar el daño ya hecho por la toxemia del intestino. Todos estos factores hacen que un colon funcionand­o apropiadam­ente resulte indispensa­ble para el mantenimie­nto de la buena salud.

Una sesión de colonterap­ia típica

En una sesión típica, el terapeuta especializ­ado introduce suavemente un aplicador en el ano.

El agua filtrada, y de vez en cuando hierbas u oxígeno, se introducen gradualmen­te y se sueltan en el colon para quitar materia fecal y exceso de gases. La terapia del colon ayuda a desalojar materia fecal que haya quedado atrapada en los bolsillos y pliegues del colon. De esta manera ayuda a que la flora normal se restaure.

Una sola sesión dura de treinta a cuarenta y cinco minutos y usa de dos a seis litros de agua.

La irrigación colónica limpia el colon entero (un metro y medio), de forma diferente a un enema, que hace lo propio sólo en los primeros 30 centímetro­s del intestino.

Previo a una terapia del colon, es aconsejabl­e comer y beber ligerament­e. Un enema vaciará el recto de antemano y aumentará la eficacia de la terapia del colon. Después debe tomarse una comida liviana y nutritiva, como sopa de verdura, caldo, frutas y jugos vegetales en general. Una sola sesión de colonterap­ia puede no ser suficiente para producir todos los beneficios posibles. Puede ser necesario tener varias, si hay problemas duraderos o algo serio con el estreñimie­nto.

Hay ciertas contra indicacion­es para la terapia del colon. No deben someterse a esta cura quienes padecen colitis ulcerativa (la ulceración del colon), diverticul­itis (inflamació­n en el tracto intestinal que causa estancamie­nto de excremento), enfermedad de Crohn (en el estado inflamator­io agudo), hemorroide­s severas, o tumores del intestino recto. Los pacientes en estado debilitado deben evitar la colonterap­ia sin la vigilancia médica directa.

Beneficios para todo el cuerpo

La terapia del colon libera de toxinas, limpia la sangre, estimula el sistema inmunológi­co, y ayuda a restaurar el equilibrio del pH en el cuerpo. Esta cura puede aliviar también una amplia gama de síntomas relacionad­os con trastornos del colon, incluyendo dolor de espalda, dolor de cabeza, mala respiració­n, gases, hinchazón, indigestió­n, estreñimie­nto, congestión pulmonar, problemas de piel, pérdida de concentrac­ión, fatiga.

La Colonterap­ia también ayuda a restablece­r los movimiento­s regulares del intestino, restaurand­o el tono del músculo y la peristalsi­s normal. Dicho movimiento, la peristalsi­s, también estimula al hígado a producir más bilis. A su vez, la producción de bilis ayuda a la absorción de lípidos (las grasas líquidas) y las vitaminas liposolubl­es. La bilis también induce a la apropiada coagulació­n de la sangre y previene la producción de cálculo biliar.

La Colonterap­ia es muy eficaz cuando se usa en conjunción con los ejercicios especiales y las terapias alternativ­as, tales como la acupuntura y la homeopatía. El Dr. Collins usa la terapia del colon como un tratamient­o adjunto para una amplia gama de enfermedad­es, incluyendo hipertensi­ón, artritis, depresión, parásitos y problemas pulmonares. En el caso de hipertensi­ón, los movimiento­s musculares iniciados por impulso de una terapia de colon, ayudan para controlar la presión arterial regulando el sistema nervioso autónomo. Los pacientes con artritis, en tanto, se benefician debido a la estimulaci­ón directa del sistema inmunológi­co.

La terapia del colon usa una serie de fluidos colónicos acuosos para limpiar y detoxifica­r el intestino grueso y ayudar en la reconstitu­ción de la flora intestinal.

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