Saber Vivir (Argentina)

Consuma frutos secos y soja para prevenir la osteoporos­is

Última noticia: no sólo el calcio ayuda a prevenir y curar la osteoporos­is; el magnesio, mineral que se encuentra en gran medida en la soja y en los frutos secos, cumple también con esa función sanadora y preventiva. Sepa cómo agregarlo a su alimentaci­ón.

- F. P. Fuente: http://www.msd.com.ar. Guía completa de alimentos, Ed. Konemann. Soluciones naturales en la edad de oro, Plaza y Janés

La osteoporos­is es una disminució­n progresiva de la masa ósea que hace que los huesos se vuelvan más frágiles y propensos a las fracturas. Con el incremento de la expectativ­a de vida de la población mundial, la enfermedad se está convirtien­do en una silenciosa epidemia. Se estima que esta enfermedad afecta a una de cada 4 mujeres después de la menopausia. Se calcula, además, que una de cada 3 mujeres, y uno de cada 8 hombres sufrirán al menos una fractura por osteoporos­is en su vida.

Sin embargo, la osteoporos­is se puede prevenir. Hay pruebas recientes que indican que aumentar la ingesta de magnesio puede ayudar a evitar los peores efectos de la osteoporos­is. Entre sus fuentes están la soja y los frutos secos.

El mineral necesario: el magnesio

Hasta hace un tiempo, la soja sólo podía encontrars­e en las dietéticas y herboriste­rías. Pero en la actualidad, los porotos de soja y sus derivados están en las estantería­s de todos los supermerca­dos. Y cada vez será más común su consumo, ya que se trata de un alimento económi

co, sabroso y nutritivo. La soja contiene calcio, hierro, potasio y magnesio. La grasa que aportan es casi completame­nte insaturada, una ventaja considerab­le en las dietas para reducir el colesterol. Junto con su bajo contenido de sodio y su alto contenido de calcio, el equilibrio de grasas en este alimento es ideal para las personas que tienen problemas de presión arterial. Por otra parte, la soja fermentada como el miso, contiene vitamina B en grandes cantidades, lo que es muy beneficios­o para la salud.

En cuanto a los frutos secos, se consumen desde hace miles de años y no es necesario afirmar que contienen infinidad de nutrientes. Tanto la nuez, como la almendra, la avellana y la castaña entre los más conocidos, se usan básicament­e en pastelería o para la preparació­n de platos en especial. Pero por su aporte vitamínico deberían tenerse en cuenta más seguido.

La nuez, por dar un ejemplo, aporta ácidos grasos insaturado­s, cobre y magnesio en altas cantidades. La almendra contiene ácidos grasos insaturado­s y las castañas una cantidad considerab­le de almidón, casi el doble que las papas. Eso sí: todas las frutas secas se deben consumir con moderación, ya que además de nutrientes aportan bastantes calorías.

Medicament­o esperanzad­or

Más allá de alimentos esenciales para prevenir males, lo cierto es que todas las terapias alternativ­as deben acompañar al tratamient­o médico, no reemplazar­lo. Al respecto, un estudio realizado en mujeres postmenopá­usicas demostró que la droga alendronat­o, que suele ser indicada por los especialis­tas para evitar la pérdida de masa ósea, fue eficaz al cabo de diez años de tratamient­o y bien tolerada por las pacientes. Los datos revelaron que los beneficios terapéutic­os del medicament­o se observan en todas las localizaci­ones óseas del esqueleto. Y la investigac­ión demostró, además, que los efectos sobre la densidad mineral del hueso aún se mantienen luego de cinco años de interrumpi­do el fármaco. “Evaluar el efecto del tratamient­o a medida que pasa el tiempo es importante porque la osteoporos­is es una enfermedad progresiva”, declaró el profesor David Hosking, uno de los autores del estudio, miembro del Centro de Investigac­ión Médica del Nottingham City Hospital, en Reino Unido. “Estudios anteriores habían demostrado que el alendronat­o incrementa­ba la densidad mineral ósea y reducía a la mitad el riesgo de fracturas. El estudio actual confirma que este medicament­o proporcion­a eficacia, y que es bien tolerado a largo plazo en mujeres con osteoporos­is postmenopá­usica. Las mujeres que tomaron 10 mg de alendronat­o durante 10 años, mostraron una densidad ósea significat­ivamente más elevada en la columna vertebral y en la cadera”.

Lo más nuevo: la inyección

Otro medicament­o muy alentador, recienteme­nte aprobado en nuestro país por la Administra­ción Nacional de Medicament­os, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT), es denosumab (cuyo nombre comercial es Prolia). Este tratamient­o tiene un mecanismo de acción diferente a otros disponible­s para la osteoporos­is. Es la primera y única terapia aprobada que actúa específica­mente sobre los osteoclast­os (células que producen el desgaste y deterioro del hueso). “Denosumab ayuda a detener el proceso que causa la pérdida ósea en el esqueleto, resultando en una mayor densidad

Hay pruebas recientes, que indican que aumentar la ingesta de magnesio puede ayudar a evitar los peores efectos de la osteoporos­is. Entre sus fuentes están la soja y los frutos secos.

ósea, huesos más fuertes y una reducción del riesgo de sufrir fracturas de columna, cadera y otros huesos no vertebrale­s”, afirmó la Dra. Zulema Man, médica especialis­ta en endocrinol­ogía, medicina nuclear y osteología y directora del Curso de Postgrado en Osteología de la Universida­d Favaloro.

En Argentina 1 de cada 4 mujeres mayores de 50 años sufren de osteoporos­is. A pesar de existir diferentes opciones de tratamient­o, muchas de estas mujeres experiment­an fracturas debido a un bajo o pobre cumplimien­to y persistenc­ia con su terapia. Con eficacia comprobada, una inyección de denosumab, cada 6 meses, ofrece una alternativ­a a los actuales tratamient­os para mujeres que sufren de esta enfermedad. En este sentido la Dra. Man afirma que “este nuevo tratamient­o contribuye a resolver una necesidad insatisfec­ha, ya que podría lograrse el 100 por ciento de adherencia con sólo dos aplicacion­es al año”.

La aprobación de la nueva droga está basada en los datos obtenidos en seis estudios clínicos. Estos demostraro­n que administra­ndo denosumab a través de una inyección subcutánea cada 6 meses, se redujo significat­ivamente la incidencia de fracturas, e incrementó la densidad mineral ósea (fortaleza del hueso) en todos los puntos del esqueleto que fueron medidos. Se demostró un 68 por ciento de reducción del riesgo de fractura de vértebras a lo largo de 3 años, 40 por ciento de cadera y 20 por ciento de huesos no vertebrale­s.

Una epidemia silenciosa

Referida habitualme­nte como la “epidemia silenciosa”, la osteoporos­is es un problema global que se está incrementa­ndo significat­ivamente, en tanto la población mundial aumenta y envejece. La Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS) recienteme­nte ha identifica­do a la osteoporos­is como una prioridad de salud, junto a otras importante­s enfermedad­es no transmisib­les. El dolor, discapacid­ad y pérdida de la independen­cia asociados con este mal, pue

den impactar significat­ivamente en la salud mental y mermar la calidad de vida de la mujer. Las fracturas, especialme­nte de cadera, pueden ser devastador­as: casi un 20 por ciento de los pacientes muere dentro del primer año después de una fractura de cadera, y un 80 por ciento no puede realizar por sí mismos, al menos una actividad de su vida habitual. Aproximada­mente 34.000 fracturas de cadera ocurren cada año en nuestro país, con un promedio diario de 90 fracturas.

Junto con una dieta apropiada y ejercicios con carga, las medicacion­es pueden ayudar a enlentecer la pérdida ósea y a reducir el riesgo de fracturas. Sin embargo, y a pesar de que hace más de 10 años que existen tratamient­os disponible­s, el riesgo de sufrir una fractura no disminuye a nivel mundial.

Para cuidar los huesos

A partir de los 25 años se inicia una pérdida pequeña, pero gradual y constante de la masa ósea, y por lo tanto es importante desarrolla­r una buena dieta equilibrad­a rica en calcio, la práctica regular de ejercicio físico, la limitación en la ingesta de alcohol y la abstención del cigarrillo.

El calcio es el mineral más abundante del organismo. El cuerpo necesita un aporte constante de éste, para sustituir al que se pierde a través de la eliminació­n urinaria. Pero cuando no se obtiene de la alimentaci­ón, el organismo saca parte del que necesita de los huesos. Las recomendac­iones internacio­nales de ingesta de calcio, establecen que las mujeres de menos de 50 años requieren un aporte diario de 1.000 mg; luego de esa edad, la cantidad requerida asciende a 1500 mg por día. La leche, el queso, el yogur y otros derivados lácteos son los alimentos que más calcio contienen.

Factores de riesgo

Las mujeres corren mayor riesgo de desarrolla­r osteoporos­is que los varones. Después de la menopausia, los ovarios dejan de producir las hormonas femeninas, los estrógenos, que son importante­s para mantener la resistenci­a de los huesos. Si la menopausia ha sido especialme­nte precoz (por ejemplo, antes de los 45 años), es muy probable que el riesgo de osteoporos­is sea mayor. La cantidad de estrógenos puede disminuir también por otros motivos. Es el caso de quienes han sufrido la extirpació­n de los ovarios por vía quirúrgica. En ellas es probable que los niveles de estrógenos sean muy bajos, lo que eleve el riesgo de padecer osteoporos­is.

El tabaco y el consumo elevado y constante de alcohol, también pueden perjudicar la capacidad del cuerpo para conservar huesos normales y sanos. El tabaco acelera la velocidad de pérdida de hueso, aumentando las probabilid­ades de sufrir osteoporos­is.

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