Cuidar la salud venosa después de los 50
Un especialista responde todas las preguntas acerca de la salud de las venas y las arterias en hombres y mujeres de más de 50 años. Cómo influyen las dolencias crónicas como hipertensión o diabetes en la aparición de várices. Consejos y datos útiles.
Cuidar las venas de las piernas requiere conductas que se suman a las que se recomiendan para la salud arterial. Responde todas nuestras dudas el Dr. Miguel Ángel Gramajo Booth, flebólogo universitario, miembro del American College of Phlebology, investigador pionero en sistemas de reparación venosa sin extirpación.
• ¿El mejor ejercicio para la circulación venosa es caminar? ¿Qué otros se pueden recomendar? Son recomendables todos los ejercicios que impliquen traslación, como el jogging, el trote, la caminata y la bicicleta, sea fija o móvil. Todos ellos favorecen el retorno venoso.
Hay varios mecanismos que el organismo usa para llevar la sangre desde los pies hacia arriba durante la marcha.
Uno es estimular el “corazón plantar”, la suela venosa de Lejars, una red de venas en la planta del pie, que por compresión ayuda a que la sangre suba por las venas desde los pies hacia la ingle.
El otro mecanismo con el que se ayuda al retorno venoso es cuando utilizamos lo que se llama “el corazón periférico”, esto es el conjunto de músculos de la pantorrilla o soleo-gemelar.
Al contraerse y distenderse, estos músculos hacen un efecto de bombeo que genera más presión.
Enfermedades crónicas
• ¿Cómo influyen las enfermedades como diabetes, hipertensión, colesterol, etc., en la salud de las venas y las piernas? Lo que es malo para las arterias, no siempre lo es para las venas. Pero si nos mantenemos con mejores valores de glucemia, colesterol y tensión arterial y no tenemos sobrepeso, vamos a sentirnos mejor. El exceso de colesterol y el cigarrillo no están entre los factores de riesgo de las várices, aunque sí lo sean para enfermedades muy graves de las arterias de
las piernas, como las patologías que obstruyen con placas de ateroma. Igualmente, los que más deben tener cuidado de no sumar factores de riesgo para las várices, son ciertas personas que tienen una tendencia de orden genético, a que su tejido conectivo sea laxo, se “estire” o se afloje. Estas personas tienen mayor propensión a tener pie plano, hemorroides, prolapsos, hernias y várices. No hay un tratamiento para eso, solo corrección y tratamiento sintomático, a veces quirúrgico.
• ¿Cómo interviene la menopausia en la salud venosa? Muchas mujeres relacionan la menopausia con la aparición de más arañitas o várices, pero no está comprobado. Hay una teoría que relaciona las alteraciones neurovegetativas del sistema nervioso de la postmenopausia, con la fragilidad venosa, y se puede suponer que el desbalance hormonal genera tendencia a derrames. Los cambios de niveles hormonales de la mujer sí producen riesgo de várices en el embarazo, y hay una relación directa entre los derrames venosos y el consumo de anticonceptivos. Ninguna mujer
que toma anticonceptivos debe fumar, porque aumenta su riesgo de sufrir trombosis y tromboflebitis. Lo mismo vale para las terapias de reemplazo hormonal.
Otro mecanismo con el que se ayuda al retorno venoso es cuando utilizamos lo que se llama “el corazón periférico”, esto es el conjunto de músculos de la pantorrilla o soleo-gemelar.
Son recomendables todos los ejercicios que impliquen traslación, como el jogging, el trote, la caminata y la bicicleta, sea fija o móvil. Todos ellos favorecen el retorno venoso.
Calor y sobrepeso
• ¿Es cierto que el estreñimiento es perjudicial para las venas de las piernas? Sí, lo mismo que el levantamiento de pesas o cualquier actividad que
implique una fuerte compresión del abdomen, ya que este interviene en la circulación de retorno en esa zona. La dieta rica en fibras por otra parte, al mejorar el tránsito intestinal, favorece que la evacuación no requiera fuerza y alivia esa presión que es perjudicial.
• ¿El calor y el sobrepeso son las causas de la hinchazón de las piernas en la época estival? Debido el calor y la baja presión atmosférica, el verano provoca que se produzca una reacción inflamatoria en el cuerpo, pesadez, edemas y dolor en las piernas. El sobrepeso dificulta el retorno venoso por la compresión que la misma grasa produce a nivel intraabdominal y porque además, la grasa almacena estrógenos, que son causantes directos de fragilidad venosa, sobre todo a nivel periférico. Si se juntan los dos factores es probable que las molestias sean mayores, claro que uno es evitable.