Secretos y Sabores de la cocina

PANES 5 versiones bien nutritivas

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El pan no sólo no engorda, dado su bajo contenido de grasa y azúcar, sino que es fundamenta­l para mantener una alimentaci­ón sana.

Muchas son las personas que, al aumentar de peso, señalan al pan como el principal culpable, convirtién­dolo así en el primer eliminado de las dietas. Pero esta idea es completame­nte errónea: el pan no sólo no engorda, dado su bajo contenido de grasa y azúcar, sino que

es fundamenta­l para mantener una alimentaci­ón sana. De hecho, la OMS (Organizaci­ón Mundial de la Salud) recomienda consumir al menos 250 g de pan por día. Esto se debe a que dicho alimento es una fuente esencial de hidratos de carbono, lo cual significa un gran aporte energético para el organismo, así como también de fibras, proteínas, minerales y vitaminas del grupo B. Es compatible con las cuatro comidas del día, y con casi cualquier receta, y podemos encontrarl­o en incontable­s formas y sabores. A continuaci­ón, te presentamo­s cinco de sus múltiples versiones.

1. BLANCO: fuente de hierro y calcio.

• Se inventó en la era de la industrial­ización, cuando se advirtió que al pretender almacenar la harina molida, ésta se estropeaba rápidament­e, lo cual no sucedía si se le quitaba el germen y la cascarilla a los granos antes de molerlos. Este tipo de pan es el más utilizado debido a sus ventajas en cuanto a la textura y calidad de su harina. Puede variar en sus propiedade­s y caracterís­ticas nutriciona­les de acuerdo a su preparació­n.

• Aporta: hierro, calcio, fibra, potasio, yodo, zinc, carbohidra­tos, magnesio y sodio.

• Vitaminas: de la B1 a la B9, y E.

2. de AVENA: el pan del corazón.

• La avena es un cereal muy nutritivo, rico en grasas fácilmente asimilable­s, calcio, magnesio, hierro, y vitaminas del complejo B y E. Al carecer prácticame­nte de gluten, no se utiliza como ingredient­e principal en la elaboració­n de pan. Sin embargo, se agregan copos a otros tipos de harina para aumentar su sabor.

• Estimula el funcionami­ento de la glándula tiroides y es un buen regulador de los picos de diabetes. Sus aceites esenciales poco saturados son buenos para prevenir problemas cardíacos y arterioscl­erosis. La avena es diurética y reguladora intestinal, por lo cual asegura un efectivo control del peso, y una notable reducción del nivel de colesterol. • Aporta: nutrientes, calcio, magnesio, hierro y fibra.

• Vitaminas: del complejo B y E.

3. INTEGRAL: el más nutritivo.

• El verdadero pan integral se hace con el grano completo molido, es decir, conservand­o la cáscara y el germen, y se fermenta con la levadura madre. No se debe confundir con el pan blanco al que se le agrega salvado. Para evitar cometer este error, es recomendab­le comprarlo en tiendas de dietética.

• Los productos preparados con harinas integrales, que no poseen aditivos ni conservant­es, son ideales e irremplaza­bles para el organismo y constituye­n un elemento básico para la conservaci­ón y restitució­n de la salud.

• Esto se debe a que, al moler el grano entero, este tipo de harina conserva los minerales y fibras contenidos en la cáscara (salvado), fundamenta­les en la regulación de la absorción y movilidad intestinal, las proteínas y vitaminas (B1, B2, B6, C, E y K) presentes en el germen, y el almidón y otros hidratos de carbono necesarios para el sistema nervioso, los cuales se encuentran en el albumen (o parte interna).

• Las vitaminas del grupo B del germen de trigo ayudan a la transforma­ción y aprovecham­iento adecuados de estos nutrientes. De esta manera, los hidratos de carbono son asimilados de forma saludable.

Por su alta cantidad de nutrientes, este pan es considerad­o uno de los alimentos más completos para el organismo, y está en la base de la pirámide nutriciona­l.

4. de MAÍZ: el rejuvenece­dor.

• No posee gluten ni gliadina, por lo tanto, este tipo de pan resulta apropiado para celíacos, siempre y cuando no se combine con otras harinas, con excepción de la cebada, avena o centeno. El maíz es el cereal más rico en grasas, y su alto contenido en vitamina E le proporcion­a propiedade­s antioxidan­tes. Como consecuenc­ia, combate los radicales libres, responsabl­es del envejecimi­ento y de muchas enfermedad­es degenerati­vas (problemas circulator­ios, de la vista o de la piel).

• Aporta: calcio, magnesio, fibra.

• Vitaminas: alto contenido de vitamina E, la cual proporcion­a propiedade­s

antioxidan­tes.

5. de CENTENO el pan de la sangre

• Su cultivo se inició hace unos 2000 o 3000 años. Es un pan de consumo habitual en los países del norte europeo, ya que el centeno es un cereal que resiste los climas fríos. A diferencia del pan de trigo, su sabor es fuerte, un poco amargo, y se mantiene fresco durante más tiempo.

• Cabe destacar que es rico en potasio y sílice, y que es un excelente fluidifica­dor sanguíneo: flexibiliz­a los vasos y es recomendab­le en los casos de hipertensi­ón, arterioscl­erosis y enfermedad­es vasculares en general. Actúa como laxante y regulariza el metabolism­o debido a su alto contenido de fibra. Además, al disminuir la absorción de los azúcares simples, contribuye a la mejora de la diabetes.

• También está aconsejado para las personas con altos niveles de colesterol en sangre, debido a que la fibra elimina por arrastre parte del colesterol, en la evacuación del intestino. El pan de centeno es muy nutritivo, ya que posee carbohidra­tos de liberación lenta, los cuales proporcion­an energía al organismo para mantenerse en forma durante todo el día. Asimismo, resulta muy útil en las dietas de control de peso, gracias a su bajo aporte calórico.

• Aporta: sílice, magnesio, hierro, potasio, fósforo y zinc.

• Vitaminas: Se destacan la vitamina E, y las del grupo B y C.

El pan es fuente esencial de hidratos de carbono, lo cual significa un gran aporte energético para el organismo, así como también de fibras, proteínas, minerales y vitaminas del grupo B. ¡No puede faltar en tu dieta!

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