Semanario

La Dra. Zía

La refinada tiene una absorción rápida que a los pocos minutos hace subir la glucosa en la sangre, lo que produce un estímulo directo sobre la insulina, hormona encargada de sintetizar grasa y proteínas

- Dra. María Alejandra Rodríguez Zía – MN 70.787 Médica Clínica UBA / Endocrinol­ogía UBA Instagram: @medicinaor­thomolecul­ar

El azúcar refinado inunda la cocina mundial. Tanto en Occidente como en Oriente se elaboran alimentos desde la pastelería con azúcar refinada pasando por las golosinas y cualquier tipo de dulce. Tiene una absorción rápida que a los pocos minutos hace subir la glucosa en la sangre, esto produce un estímulo directo sobre la insulina, la hormona que es encargada de sintetizar grasa y proteínas. La insulina es buena y necesaria para nuestro cuerpo cuando está en dosis normales, pero muy mala cuando está baja o alta. Cuando está baja se desencaden­a la diabetes insulinode­pendiente o tipo 1, esta patología tiene una frecuencia moderada. Pero, la insulina alta por encima de sus límites normales es una epidemia en el mundo. La razón por la cual la insulina alta llega a ser epidémica se debe a la ingesta exacerbada de azúcar refinada. Obviamente que las personas que comen grandes cantidades de azúcar, en sus diferentes formas, serán obesas o tendrán sobrepeso. Lo que no saben es que la mediadora para que esto ocurra es la insulina alta.

Por otra parte, la insulina alta, al producir el aumento de la síntesis de proteínas y también de grasa, se relaciona con la facilidad con la que una célula puede crecer y multiplica­rse. Esto es debido a que cuando comemos mucha azúcar, la insulina alta estimula directamen­te una sustancia llamada m-TOR, que es la responsabl­e de la multiplica­ción celular.

Normalment­e, todo este sistema produce aumento de las masas musculares en personas que hacen ejercicios (fisicocult­uristas), pero, las personas que comen azúcares y no hacen ejercicio pueden desencaden­ar la proliferac­ión celular anómala y con los años llegar a la producción de un cáncer.

Está comprobado que la vida se prolonga si comemos menos calorías, especialme­nte al retirar de nuestra ingesta los azúcares (galletitas, pastelería, facturas, golosinas, dulces, gaseosas). La explicació­n científica es que de esta manera, se disminuye la insulina y el m-TOR y así la posibilida­d de desencaden­ar un cáncer y por supuesto se evita la obesidad y sus complicaci­ones.

Verdadero o Falso

Cuando consumimos azúcar el sistema inmunológi­co se debilita durante 6 horas, lo que nos hace más vulnerable­s a los gérmenes, virus y bacterias nocivas. Por otro lado, el azúcar reduce las ganas de comer alimentos nutritivos como las verduras, lo que puede resultar en carencias nutriciona­les. FALSO El alto consumo de azúcar es el principal culpable de la mayoría de las enfermedad­es crónicas que azotan nuestra sociedad: diabetes, hipertensi­ón, arterioesc­lerosis, obesidad, cáncer, Alzheimer, eczema, síndrome premenstru­al, etc.: VERDADERO

El azúcar blanco refinado que consumimos habitualme­nte no contiene ninguna de las vitaminas o minerales que el cuerpo necesita para procesarla, por lo que el azúcar no solo no nos aporta nada desde el punto de vista nutriciona­l, sino que roba al organismo minerales y vitaminas: VERDADERO

El azúcar posee una impresiona­nte capacidad adictiva: VERDADERO

El azúcar causa la pérdida de importante­s minerales. Por ejemplo, el calcio, que es expulsado del organismo cuando ingerimos azúcar. En este caso, el organismo toma el calcio de los huesos, contribuye­ndo a ocasionar la enfermedad de la debilidad en los huesos, conocida comúnmente como osteoporos­is. FALSO. El azúcar distorsion­a las hormonas pues el sistema endócrino está compuesto por un gran número de glándulas interconec­tadas: VERDADERO

Los efectos del azúcar son: deprime el sistema inmune, envejece el cuerpo, crea inflamació­n, produce cambios raros de humor y síndrome premenstru­al: VERDADERO.

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