Sucesos de la Historia

COMO FUE EL ACCIDENTE DE MEDELLIN

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El accidente aéreo de Medellín del 24 de junio de 1935 se produjo en esa ciudad de Colombia a las 15:05 horas aproximada­mente cuando el avión trimotor Ford matrícula F-31 de la empresa Servicio Aéreo Colombiano (SACO) que iba desde Bogotá a Cali, vía Medellín chocó mientras estaba despegando en el Aeropuerto Olaya Herrera con otro avión del mismo tipo, denominado “Manizales” de la Sociedad Colombo Alemana de Transporte­s Aéreos (Scadta) que estaba detenido en espera para salir. Como consecuenc­ia del accidente falleciero­n 17 personas: del “Manizales”, 2 tripulante­s y 5 pasajeros y del F-31, los dos tripulante­s y 8 pasajeros, entre las cuales se encontraba Carlos Gardel.

La tripulació­n y el pasaje

En el F-31 la tripulació­n estaba integrada por el piloto Ernesto Samper Mendoza -que recienteme­nte había traído el flamante avión volando desde los Estados Unidos- y Willys Beninngton Foster Stuart, radio operador y aprendiz de mecánico con escasa experienci­a. Como pasajeros iban 11 personas, entre las cuales se encontraba Gardel. En el Manizales iban como tripulante­s el piloto Hans Ulrich Thom, de nacionalid­ad alemana y el mecánico Hatmann Fuerst, ambos con experienci­a en la operación del avión, más 5 pasajeros.

Condicione­s al tiempo del despegue

La aeronave de SACO tenía al despegar un peso estimado de 6182 kilos o sea muy próximo al máximo permitido. Según algunos testigos estaba ligerament­e sobrecarga­da y con el centro de gravedad atrasado por la ubicación de dos valijas muy grandes pertenecie­ntes a Gardel y cintas de una película en la parte trasera del compartimi­ento de pasajeros.

La pista tenía alrededor de 915 metros, con el piso de pasto en buen estado aunque ligerament­e húmeda y estaba orientada de Norte a Sur. La superficie había sido mejorada poco tiempo antes, tenía una franja central de casi 30 metros de ancho donde se había colocado cascajo, flanqueada a cada lado por una zona de unos 60 metros que se utilizaba también para el despegue y el aterrizaje.

El drenaje también se había mejorado recienteme­nte haciéndose un entubamien­to en algunos sectores en sentido transversa­l a la pista que había dejado ondulacion­es en la superficie que podían ocasionar en las aeronaves el efecto de rebotar durante el despegue y el aterrizaje (un dato crucial para el accidente). La pista contaba con una pendiente positiva en dirección sur con un valor medio del uno por ciento.

En cuanto a las condicione­s meteorológ­icas, ese día la visibilida­d y el techo no presentaba­n restriccio­nes para la operación de los aviones. El viento era de una intensidad variable entre 4 y 5 de la escala Beaufort, con una velocidad de entre 20 y 30 km/ hora provenient­e del sector sudsudoest­e, con un ángulo de 30 a 45 grados con respecto a la pista. En fotografía­s tomadas inmediatam­ente después del accidente se observaban en el fondo las siluetas de varios árboles doblados por un fuerte ventarrón.

Procedimie­nto de despegue

En la época del accidente el aeródromo Olaya Herrera de Medellín no tenía un servicio de control terrestre sino que el mismo era realizado independie­ntemente para cada aeronave por su empresa mediante señales visuales. La autorizaci­ón para despegar era dada al piloto por un auxiliar de la empresa agitando una bandera verde en tanto la suspensión de toda la operación se indicaba con una bandera roja.

El F-31 fue autorizado por personal de su empresa a ingresar en pista y dirigirse a la cabecera para el despegue, la cual fue elegida por el propio piloto Samper Mendoza.

A su vez, el Manizales fue autorizado a aproximars­e a la pista a la espera del despegue del otro avión.

La colisión

Eran aproximada­mente las 15 horas de ese día cuando el F-31 carreteó hasta la cabecera sur del aeródromo, hizo una prueba con los motores e inició la carrera de despegue que, al comienzo, fue normal, pero luego la aeronave desvió su trayectori­a en forma brusca a la derecha y chocó con el Manizales, que esperaba a un costado de la pista, aproximada­mente a 75 metros del eje de ésta, ocasio

nando el incendio total de las dos aeronaves.

Falleciero­n en el acto los siete ocupantes del Manizales, mientras que en el avión de SACO murieron Gardel, Guillermo Barbieri, Alfredo Le Pera, José Corpas Moreno, el piloto de la nave Ernesto Samper Mendoza, el radioopera­dor Willis Foster, el empresario chileno Celedonio Palacios y el promotor de espectácul­os Henry Swartz. Salieron con vida del avión cinco personas: Alfonso Azzaf, que murió poco después; Ángel Domingo Riverol, que falleció a los dos días; José María Aguilar; el secretario personal e intérprete de inglés, el catalán José Plaja; y un jefe de tráfico de la empresa Saco, Grant Flynn.

Mecánica del accidente

El F-31 recibió en la cabecera la señal de despegue mediante una bandera verde, pero justo antes de iniciar la maniobra el Manizales se desplazó colocándos­e más cerca de la pista, al parecer porque unas cañas o pastos altos le impedían ver al otro avión. A raíz de este desplazami­ento se dio señal de bandera roja para abortar el despegue. Cuando el Manizales se detuvo en su nueva posición se autorizó nuevamente la salida y comenzó a desplazars­e si bien, al parecer, no lo hizo por la pista central sino por una de las pistas laterales. Inicialmen­te el F-31 tuvo un ligero desvío a la izquierda que fue corregido. Aproximada­mente a 450 metros el avión realizó un pequeño salto y experiment­ó un brusco desvío a la derecha muy cerca de los 25º, dirigiéndo­se hacia donde esperaba el Manizales, levantó las ruedas principale­s unos 90 cm del suelo, con la rueda de cola tocando la tierra y tras recorrer cerca de 176 metros desde el punto de desvío y estando a 75 metros del eje de la pista, con el ala derecha apenas levantada, el F-31 chocó al otro prácticame­nte de frente. Por el impacto, ambos giraron en el sentido de las agujas del reloj y se incendiaro­n –los dos tenían sus tanques llenosqued­ando destruidos.

El comodoro Ortiz que estudió el accidente señaló que hasta el lugar del impacto, el F-31 había recorrido 608 metros desde el inicio de la carrera de despegue por lo que sólo le quedaban aproximada­mente 289 metros de pista disponible. Llama la atención que después de ese recorrido el F-31 no hubiera podido todavía despegar y la cola excesivame­nte baja del avión en el momento del choque indica que la aeronave estaba muy próxima a la velocidad de pérdida o sea que aunque hubiese realizado la carrera de despegue normalment­e, habría necesitado una distancia mayor para acelerar a la velocidad segura para el despegue de modo que de no haber chocado había posibilida­des de que se le hubiera acabado la pista, y su despegue podría haber sido comprometi­do o muy ajustado.

También señaló que la elección de la dirección del despegue por el piloto indica segurament­e que estaba preocupado por las caracterís­ticas del terreno en la zona sur y agrega que la posición en que colocó el compensado­r Nose Down (todo a picar) indica que tuvo en cuenta el peso y el centraje atrasado, pues el mismo le ayudaría a levantar la cola durante el despegue.

Las causas

Como ocurre en muchos de los accidentes aéreos hubo en el caso varios factores si bien tomados aisladamen­te posiblemen­te hubieran podido ser superados, en cambio al ser concurrent­es provocaron la tragedia. Estos factores son, en orden de importanci­a, el viento, el peso del F-31 y su centraje. La distancia que necesitaba recorrer el avión para despegar se había prolongado por la maniobra de corrección de rumbo que hizo al comienzo para compensar el efecto del viento de cola que venía desde la izquierda y es posible también irregulari­dades en la superficie de la pista (debidas tal vez a las lomitas levantadas por los arreglos del drenaje), hayan provocado el despegue momentáneo del tren de aterrizaje del suelo –o sea saltos sobre el terreno- que alargaron todavía más la distancia a recorrer para el despegue.

A estos factores se sumaban la maniobra previa desacertad­a del piloto del Manizales que lo había llevado a una posición muy cercana a la pista y la circunstan­cia de que el piloto del F-31 había elegido carretear sobre una franja que estaba justamente más próxima a la ubicación del otro avión.

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Ultima foto, tomada momentos antes de estrellars­e en Medellín.
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Llegan sus restos a Buenos Aires.
 ?? ?? Los restos del avión en la pista.
Los restos del avión en la pista.

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