Esperanza

Para la La ambición del artista colombiano Iván Argote es promover a través de sus obras la promesa de un mundo más perceptivo

Bien podría decirse que La venganza del amor se trata de una telenovela mexicana. Pero no, es el nombre de la nueva exposición del colombiano Iván Argote, con la que la galería Perrotin inaugura su espacio internacional más grande en el Lower East Side de Nueva York a finales del próximo mes de abril. ¿A qué se debe el honor de que un joven artista colombiano de 33 años haya sido el elegido para estrenar el nuevo espacio de una galería tan reputada? Según cuenta Iván, “me parece un gesto osado que una galería francesa abra en Nueva York con un artista latinoamericano. Aunque la decisión fue tomada con anterioridad, ahora con las tensiones políticas y sociales que se viven en el continente americano, esta iniciativa cobra aún más sentido y resulta interesante estrenar con un artista colombiano”.

El “chico colombiano del momento” en lo que se refiere al arte contemporáneo, nació en Bogotá en el seno de una familia con gran influencia política (su padre es parlamentario), y decidió mudarse a París para estudiar Bellas Artes, después de una maestría en diseño grafico. Rápidamente empezó a abrirse un hueco en la escena de jóvenes artistas parisinos y el reconocido galerista Emmanuel Perrotin, entusiasmado por su trabajo, lo acogió desde 2009 en su galería. Desde entonces parece ser que todo ha sonreído a Iván. Tanto en lo profesional como en lo personal. Al día de hoy, su trayectoria artística está plagada de exposiciones de éxito y con este nuevo solo show en la Gran Manzana, pretende afianzar su trabajo artístico. La venganza del amor trata en general de eventos importantes en la historia mundial desde

perspectivas lejanas de los centros de poder. Para escenificar esta idea, Iván presentará un documental en el que dos ciudades antípodas, exactamente opuestas geográficamente, una en Colombia y otra en Indonesia, a la vez se asimilan y se contraponen en cuanto a la percepción de la historia global desde la perspectiva de estos dos lugares en apariencia sin interés. Los denominadores comunes del experimento son por un lado la fecha de la caída del muro de Berlín, y por el otro, el equipo de baloncesto de cada ciudad. A Argote le interesa relativizar acontecimientos históricos en el mundo que normalmente sí tendrían influencia en la vida personal de cada uno. Otra de las obras a señalar que se mostrarán durante la exhibición es una instalación con concretos que simboliza una especie de muros que ahora cobran efectivamente mucho sentido con las tensiones existentes en Estados Unidos. ¿Y el amor en todo esto? El artista lo explica como el prisma a través del cual él se acerca a todos estos movimientos históricos. Su propuesta “política” es aquella de repensarla a través de una metafórica “venganza” más cariñosa, es decir, uniendo sentimientos de amor, ternura e incluso de humor. Iván Argote es un buen representante del auge e interés actual por los artistas latinoamericanos: su recorrido mixto al haber trabajado entre París, Colombia y Latinoamérica ofrece un contenido y una apertura distintas tanto para la capital de Francia como para el país que le vio nacer. Según Iván, existe una escena común en la que los artistas se conocen entre ellos, hay más cercanía entre los artistas centro y sudamericanos que lo que se observa entre los artistas europeos. ¿Qué le depara el futuro a Argote? A diferencia de otros artistas, él E siempre tiene planes a corto y largo plazo. l arte es para él un lugar idóneo donde poder reflexionar y transmitir sus ideas en acciones, con exposiciones donde prima la versatilidad: le gusta “jugar” con obras de arte, instalaciones, filmes, e incluso explorar otras vías como los talleres. En este momento su concentración está igualmente dirigida hacia los talleres de protesta infantil que lleva a cabo tanto en Colombia, como en otras partes del mundo como Ucrania. Se siente en este artista una necesidad imperiosa de involucrarse en proyectos que van más allá de uno mismo. La venganza del amor es un título que impacta, pero a la vez es delicado, una promesa de dar esperanza al visitante de la exposición: volver a nuestros sentimientos más tiernos y positivos para encontrar alternativas frente al clima mundial actual. ¿Una utopía? Tal vez no… —Lorena Vergani