PARAÍSO EN
LA SELVA Un refugio escondido en la densidad de la vida silvestre al sudeste de Perú, nos invita a conocer su lado más sofisticado La cocina es también un punto clave que convierte este viaje en una travesía sin igual
Más allá de un glorioso paseo por la selva, el hotel Inkaterra Reserva Amazónica, ubicado en la provincia de Tambopata, en Madre de Dios, ofrece una lujosa estadía para sentirse en un verdadero paraíso terrenal. La empresa Inkaterra se fundó en 1975 con el propósito de promover el ecoturismo y desarrollo sostenible en el país, y hoy, 42 años después, cuentan con seis hoteles ubicados en puntos estratégicos del país y un centro de entrenamiento para guías. Entre senderos en el corazón de la Amazonía peruana, en las montañas y las calles de piedra de Cusco están ubicadas las propiedades en las cuales se realizan estudios de flora y fauna gracias a los que se han descubierto 28 especies nuevas en la extensión de los espacios: 19 orquídeas, cinco anfibios, una mariposa, dos bromelias y una liana tropical. En la Reserva Amazónica en Tambopata hay actualmente treinta y cinco cabañas, que para mimetizarse grácilmente con el entorno han sido construidas con nobles materiales y se ha tomado como referencia la estética del pueblo indígena Ese Eja. Repartidas en un espacio cubierto por vegetación, en donde la música de fondo es el canto de las 540 especies de aves que rodean el lugar, estas habitaciones frente al río Madre de Dios son la ventana ideal para apreciar los más increíbles paisajes y
son el primer paso antes de empezar grandes aventuras. Entre las excursiones que el lugar ofrece hay un paseo por el Canopy Walkway: un sistema de puentes colgantes y plataformas de observación de vida silvestre suspendido a 30 metros sobre el suelo, lo cual permite caminar a la altura de la copa de los árboles, donde se pueden avistar tucanes, pájaros carpinteros, trogones, y con suerte aves rapaces, monos y osos perezosos. También hay, para los más aventureros, caminatas nocturnas por la selva; paseos guiados en canoa motorizada por el río durante los cuales se puede apreciar el cambio de tonalidades que el cielo adopta al atardecer; una visita al Lago Sandoval, el cual está habitado por nutrias gigantes, monos aulladores, caimanes negros, tortugas cuello de serpiente y demás. Por otro lado, también se puede hacer una visita al Jardín Amazónico, un espacio creado por gente local hace más de una década, que exhibe distintas especies de plantas nativas, árboles y orquídeas, y hay varias excursiones más que pueden ser de un cuarto de día, medio día o un día completo. La gastronomía es también un punto clave que convierte este viaje en una travesía de lujo gracias a la cocina contemporánea que se revela en los platos. Inspirados en los sabores de la región amazónica, estos son preparados con los más frescos insumos locales, desde frutos y vegetales hasta pescados, como uno de sus protagonistas: el paiche. Finalmente, para cerrar con broche de oro esta increíble experiencia, el hotel pone a disposición de los invitados un spa para relajarse al término de las largas caminatas. La Reserva Amazónica de Tambopata es un edén al sudeste del Perú: cubierto por un denso follaje verde y acompañado por el apasionado sonido de la selva es el lugar idóneo para desconectarse del ruido de la ciudad. —Romina Guiulfo