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La artista visual Olivia Steele, una implacable wanderluster, nos cuenta sobre su conexión con el arte contemporáneo y la moda que rige su vida
Vivir del arte y para el arte, así es la vida de Olivia Steele. “Esta es una forma de comunicarme conmigo misma y con el resto del mundo: es acercar a la gente a momentos o estados de ánimo de inesperada belleza”, confiesa Olivia. Poder causar un impacto positivo en alguien sin conocerse es tal vez una de las cosas que más atrae a esta artista. A su vez, viajar se ha convertido en uno de sus grandes placeres, ya que a través de su trabajo ha llegado a conocer paisajes inspiradores e impactantes que le han permitido relacionarse con gente realmente especial. “Desde los desiertos de Nevada, hasta las colinas de Beirut, y de las bucólicas playas de Mumbai a Las Coloradas en Yucatán... A veces me pregunto: ¿Qué pasa si todo esto es real? Me siento sumamente afortunada de poder ejercer una profesión que me apasiona en todo sentido”, asegura. Su trabajo con la luz nace de una profunda conexión con esta como elemento espiritual, “la luz es el lenguaje de los dioses. La razón por la cual utilizo esta y el lenguaje como mi principal medio de comunicación proviene de un lugar profundamente personal, casi sentimental”, dice. Su decisión de plasmar palabras en su trabajo, nace de la necesidad de transmitir pensamientos que lleguen a sus seguidores con fuerza, “Mientras por un lado el material es delicado físicamente, los mensajes que trato de transmitir con este son implacables y convincentes”, asegura. Así también, la moda es un componente
Dimportante en la vida de Steele, ya que es una manera más de expresar una opinión o una sensación. “Considero que mi estilo es único y atemporal, diría que soy una trendsetter más que una seguidora. El contraste juega un papel importante en mi armario, suelo combinar prendas Topshop con Balmain, o sneakers con un tuxedo por ejemplo”, comenta a Vogue. entro de la lista de musthaves, la artista confiesa que lo más importante es tener independencia y confianza en uno mismo, “estos son rasgos sumamente importantes y toda mujer debería tenerlos; crean una base sólida y juegan un rol importante en el desarrollo del estilo personal y la manera en que uno se presenta ante el mundo”, explica. En su armario encontramos piezas coloridas, hechas a mano y con una esencia étnica, pequeños hallazgos de sus travesías y periplos. “Me fascinan los textiles Hmong de Tailandia, la técnica de teñido Ikat de Turquía y los textiles Otomi de México”, detalla. ¿Su color ideal? Últimamente, las tonalidades de verde, asegura. ¿Una pieza clave en su guardarropa? Sin duda, su blazer de Balmain y sus faldas Steele The Show. ¿Un consejo? “Como Coco Chanel diría, don’t be like the rest of them, darling!
Me fascinan los textiles Hmong de Tailandia, la técnica de teñido Ikat de Turquía y los lienzos otomíes de México