Preservar el potencial
Las altas temperaturas y las actividades que planeamos durante el verano aumentan la vulnerabilidad de nuestra melena. Te desvelamos lo que debes de hacer para cuidarla
El cálido clima aumenta los riesgos que corre nuestra melena... ¿O no?
Una verdad es que cuando llega el verano nos enfocamos en una devoción absoluta a nuestra dermis y olvidamos en parte, o por completo, el cuidado de nuestro cabello. Además de los daños que sufre día a día nuestra melena —a través de factores como el calor, el medio ambiente y los procesos químicos— durante esta época se suman a la lista algunos responsables que aumentan los estragos: los rayos del sol, la oxidación por medio del cloro de la piscina, el salitre del mar, los peinados estrechos, lavados y secados en exceso, entre otros. Para no dejar en segundo plano el destino de nuestro cabello, podemos cumplir pasos sencillos para prevenir y remediar los agravios. Como recomendación, debemos cortar las puntas antes y después de las vacaciones para así mantener la fibra capilar en buen estado; además de tratar de disminuir cualquier tinte que aclare nuestro cabello, ya que todo lo que conlleva esta estación hace que se clarifique por si solo. Uno de los mejores rituales para devolver la hidratación al cabello, además de las mascarillas reconstructivas, es olvidarnos de las herramientas de styling y dejarlo secar al aire libre, de esta forma se evita emplear el calor que daña la fibra capilar y también hace que este adquiera un look veraniego. Los expertos recomiendan usar un protector solar capilar para crear una barrera ante la exposición a los rayos del sol, así se evita la resequedad, y en caso de tener algún tinte, se mantiene el color y el brillo. Para finalizar, si lo necesario es disciplinar el cabello rebelde, la mejor opción es usar un aceite, el cual estiliza, nutre y repara las puntas abiertas. —Pía González-franco Hubard