Huella de elegancia
Esta temporada los directores creativos de Oscar de la Renta revalidan el ADN legado por el célebre fundador de la firma a la moda
Hace un año atrás, nadie puso en duda que la mejor decisión de la casa Oscar de la Renta había sido poner al mando a los creativos Fernando García y Laura Kim. Talentosos jóvenes, conocedores del modo de operar de la firma y, sobre todo, capaces de mantener el particular legado de elegancia de la marca con un sentido de contemporaneidad sobre el que siempre debe descansar la vigencia. Este Otoño-invierno, la propuesta de la marca se traduce en outfits negros depurados, como, por ejemplo looks de pantalón estrecho y top de amplias hombreras, ceñidos por cinturones en oro rosa. Esenciales para las temperaturas más frías, están presentes los elegantes abrigos y las chaquetas con ligeras notas retro, en una paleta de colores brillantes que no discrimina al naranja, el rojo, el fucsia y el azul marino.
Símbolos de la elegancia más versátil, las impecables y siempre
acertadas blusas negras, con pantalones rectos bien cortados, y los infalibles minivestidos negros muestran la vigencia de ese eternamente socorrido LBD, que se instauró hace ya décadas en cada armario femenino. Un elemento distintivo y recurrente en muchas de las prendas es el uso del corte al bies con meticulosidad costurera.
Sin duda, en cada una de estas piezas se evidencia el tributo de los dos diseñadores al que fuera su maestro y una de las personalidades más respetadas de la industria en Latinoamérica. Y como los atuendos para la noche han estado siempre en lo más destacado de Oscar de la Renta, esta temporada no es excepción: con vestidos de falda acampanada en las más diversas interpretaciones posibles del escote palabra de honor. No falta nada en este capítulo para llevar el mensaje de que el ADN de la marca sigue en la mejor salud. Ahí están los estampados florales creando la sinergia visual entre blanco y negro, el toque —en este caso, sobriamente sensual— de la transparencia del encaje y los apliques, la construcción de corsés, y el saber cuándo y dónde son efectivos los brocados. Junto con eso, las líneas depuradas, las lentejuelas y el color block se han sumado a los recursos utilizados por García y Kim. Este ha sido solo el debut del binomio como directores creativos y, evidentemente, ha sido una alternativa consciente esta de no alejarse mucho de la estética distintiva de su casa. Es probable que el futuro depare movidas más arriesgadas, pero la senda de elevar la estatura del prêt–à–porter que tan bien supo seguir y marcar el fundador debe mantenerse incólume. — j. f.
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