Puntadas perpetuas
Trajes con un diseño atemporal, confeccionados con técnicas centenarias llevan la firma de una mujer talentosa y comprometida con sus raíces
Descendiente de tejedores, Alejandra Alonso Rojas lleva la tradición familiar a otras fronteras y a una nueva generación para la cual el croché es sinónimo de vintage. Las creaciones de esta diseñadora nacida en Madrid, que visita frecuentemente a sus padres en México, no se suman a tendencias, son piezas de toda la vida para la eternidad. Los pilares que conforman su marca son: el cuero, el trabajo a mano y la sastrería, oficio que aprendió de un maestro costurero en la capital española y que pone en práctica hoy en día en los cortes impecables que arman sus finas creaciones. Alonso es conocida, también, por experimentar con diferentes técnicas de tejido para dar vida a prendas únicas y por crear sus propios lienzos. Tal fue el caso del encaje que utilizó en su colección Primavera-verano 2018, el cual fue cosido en uno de los telares más antiguos de Francia. Su principal fuente de inspiración son las mujeres emprendedoras que tuvieron un rol protagónico en su infancia. Esta gran influencia la ha llevado a luchar por la preservación de la herencia familiar que posee.
No hay temporada que se resista a sus diseños. Para eso fueron creadas cada una de sus prendas y ese es, sin duda, el valor más representativo de la empresa que hoy lleva su nombre. Antes de aventurarse con este proyecto homónimo, Alejandra llevó adelante À Moi, una marca de ropa para mujer con aires más juveniles y con una clara influencia del mundo del arte. Hoy, con esta nueva propuesta que lleva poco más de un año, la española busca vestir a una mujer más madura y sofisticada. Su estilo habla mucho de otras épocas y eso es gracias a su constante revisión de viejas fotos familiares en busca de referencias, así como tam- bién a su amor confeso por la Alta Costura vintage. Su más reciente presentación en la ciudad de Nueva York fue un claro ejemplo de esto, trajes ligeros entre los que predominó el ganchillo y los motivos florales colmaron la propuesta de un aura romántica con añoranza de un pasado que no conoció; no obstante, lo tiene muy presente. Ese diálogo entre ayer y hoy, la están ayudando a construirse un futuro prometedor dentro de una industria que constantemente está cambiando, pero que no es indiferente a lo que, sencillamente, es bueno. —Amira Saim