El ícono, ¡sigue vivo!
Hablar de Frida Kahlo es sumergirse en el universo de una mujer que, más allá de su obra, legó un código de estilo que apela al presente
Kahlo, un apellido que difícilmente pasa desapercibido. . . Así como la mujer que lo hizo célebre por ostentar un estilo inequívoco. Si aún queda duda, hablamos de Frida Kahlo, aquella princesa azteca —título acuñado por Carlos Fuentes— quien con el tintineo de sus joyas tehuanas paralizaba la escena en la ópera de París. Esa ocurrente artista, que se trasladó en su cama a la única exposición que tuvo en México, no deja de estar vigente, porque “en el caso de ella, no estamos hablando de una pintora o solamente una artista. Estamos hablando de una personalidad en la que confluyen: la raza, el carácter, el amor, el querer... Ella no tenía salud, pero tuvo mucha pasión”, contesta en exclusiva para Vogue, Susana Vidal, autora del libro Frida Kahlo, Fashion as the Art of Being, publicado por la editorial Assouline.
Frida es un ejemplo para las mujeres y los hombres”, dice Vidal. “Este libro es un homenaje a la fuerza y la personalidad de un ser que sigue siendo un ícono de fuerza, arrojo y poder. Ella concilió dos mundos eternamente confrontados: la feminidad y el feminismo”, añade. De esa pugna, surge una llama que arde en el imaginario colectivo de la moda. De Chanel a Balenciaga, Frida es “esa mujer que quieren que siga viva, que busca decirle al mundo que todo es actitud y carácter... El mensaje que hace que ella no muera”, finaliza la autora. —E. T. M.