Hvar, Croacia,
En este paraíso del mar Adriático han sido felices desde emperadores romanos, hasta personajes de la jet set internacional. La llamada isla perfumada es también un Patrimonio de la Humanidad por sus sembradíos de lavanda.
Entre las islas de Brac y Korcula, se encuentra el enclave veraniego croata por excelencia. Su pasado renacentista, aunado a sus playas de aguas cristalinas y campos de lavanda, lo convierten en un auténtico edén entre los VIAJEROS más experimentados
La travesía se inicia en ferry desde la ciudad croata de Split, o en Italia, saliendo de Ancona o Pescara. El encanto de Hvar comienza con la mezcla de edificios de estilo gótico y renacentista que lucen sus calles llenas de piedra color marfil. Su casco histórico está lleno de maravillosos monumentos y restaurantes que tienen epicentro en la plaza de San Esteban. La conexión con este destino continúa al escalar el punto más alto de la isla, donde se encuentra la Fortaleza Española desde la cual se puede apreciar la mejor vista de la ciudad y del puerto, también del espectacular archipiélago de Pakleni, veinte islas llamadas curiosamente como “las diabólicas”.
Hvar es hoy uno de los parajes preferidos de la jet set internacional. En sus aguas han sido muy dichosos desde emperadores romanos hasta celebridades, como Beyoncé. Sus visitantes se declaran amantes de la navegación como de los campos de lavanda que perfuman la isla. La meseta del poblado contiguo de Stari Grad fue declarada Patrimonio de la Humanidad, y a lo largo de la carretera vieja, entre los pueblos de Velo Grablje y Brusje, se encuentran los mayores sembradíos de esta planta. Esta isla paradisíaca también posee hoteles de lujo como el Hotel & Spa Adriana y playas de ensueño como Bonj que la convierten en uno de los mejores destinos de Europa. JOSÉ LUIS ÁVILA