VOGUE Latinoamerica

Comerás lo indicado,

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Si somos lo que comemos, la buena mesa también provocará una mejor tez.

A la piel también se le conquista por el ESTÓMAGO. Es así, que tener un cutis radiante o descuidado depende, en gran medida, de cómo nos alimentamo­s. No solo nos valemos del I+D de la cosmética, sino en gran medida todo viene (como diría el refrán) desde nuestro INTERIOR

Que somos lo que comemos es una gran verdad que, aplica- da a la piel, se traduce en según lo que tengas en tu despensa será como luzca tu cutis. Sabemos que la comida es un pi- lar básico a la hora de combatir el envejecimi­ento dérmico. En condicione­s normales, bastaría simplement­e con seguir una alimentaci­ón correcta rica en verduras, vegetales y fru- tas frescas, las cuales cubrirían las necesidade­s vitamínica­s, minerales y de nutrientes en nuestra piel. Pero, como nuestra piel suele estar sometida a factores que propician su estrés como la contaminac­ión, el exceso de ejercicio, las radiacione­s ultraviole­tas y un ritmo de vida frenético, todo esto dificulta la tarea de seguir una dieta equilibrad­a y no debemos de olvidar las circunstan­cias especiales como el embarazo y lactancia, menopausia, enfermedad­es y cirugías.

Los mejores alimentos para mantener en buena forma to- das las pieles son aquellos ricos en determinad­as vitaminas como la A y C, que contribuye­n a la formación de colágeno y a la hidratació­n de la piel. Esto supone anteponer en el menú ingredient­es como los lácteos, huevos, zanahorias, brócoli, espinacas, así como los cítricos que son los que más altos ni- veles de vitamina C contienen. Para aquellas con pieles con tendencia a la resequedad, la recomendac­ión es aportar un extra de ácidos grasos esenciales a través de la dieta, ya que su deficienci­a hace que la piel pierda grasa y el agua se evapore provocando la sequedad. Asimismo, este tipo de pieles debe- ría de huir (más que otras) de ciertos alimentos como el café,

té o chocolate que, al contribuir a eliminar algunos minerales como el zinc y el potasio, favorecen la deshidrata­ción cutánea. Para las pieles grasas y con tendencia acneica no les conviene el consumo de alimentos muy ricos en grasas como el chorizo, salami y el cacao, que favorecen a la aparición del acné.

Para las pieles sensibles existen ciertos alimentos o com- plementos nutriciona­les, que están implicados en la re- actividad cutánea, así como: los nitratos, los sultos y la histiamina que se encuentra en nutrientes como la clara de huevo o las fresas, también las sustancias vasodilata­doras que contienen productos como el vino, quesos y aguaca- te. Estas pieles deben de evitarlos por estar directamen­te implicados en la reactivida­d cutánea vascular, es decir, fa- vorecen los episodios de rojeces y quemazón. · Con esta in- formación queda más que claro que a buena mesa, buena piel. A comer como debe ser... Provecho. C. V.

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