Compromiso ARTÍSTICO
Carolina Alvarez-mathies tiene la VOZ para hacer que sobresalga el talento y la creación de su país, la República de El Salvador. La Embajadora en Misión Especial para Asuntos Culturales y directora de External Affairs para Creative Time habla de la fuerza transformativa del ARTE
Carolina es alguien que tiene los valores y el interés por apoyar causas sociales arraigados a su persona. “Desde niña viví rodea- da por el espíritu filantrópico de mis abuelos y la vocación de mi familia de involucrarnos para ayudar a atender las dificultades sociales de mi país. Crecer en un país donde ves a tu alrededor carencias sociales, esto te sensibiliza, te hace valorar más lo que tienes y te hace desarrollar el músculo de la solidaridad”, afirma. No podría haber mejor opción que ella para el rol que actualmen- te cumple como Embajadora en Misión Especial para Asuntos Culturales de su país. Al preguntarle cuáles son sus roles en este cargo, explica que “tiene dos grandes componentes. El primero es ayudar a fortalecer y difundir la cultura y el arte salvadoreño alre- dedor del mundo... El otro componente es elevar la visibilidad de artistas y proveer una plataforma de búsqueda de talento nuevo, y también la expansión de oportunidades para desarrollo artístico y exposición de arte. Es un enorme orgullo y a la vez un reto enor- me. Me apasiona poder ser un agente de cambio para mi país y ayudar a impulsar el gran potencial artístico. No hay nada que me llene más que el poder promover a mi país, mis raíces y sus gran- des riquezas culturales”. Con respecto a la escena cultural y artís- tica salvadoreña, la describe como “rica y diversa, pero mucho de lo que está sucediendo es todavía invisible en ciertos círculos es- tablecidos del arte. La falta de institucionalidad es problemática por razones obvias, pero ha conllevado a que los artistas lleguen a un nivel de experimentación muy interesante en su práctica”.
La salvadoreña empieza su carrera gracias a la mezcla de sus ha- bilidades naturales de comunicación, su formación en marketing y la pasión que ha tenido toda la vida por el arte. Su primer tra- bajo en Nueva York fue en moda como directora de prensa para Ángel Sánchez. De ahí, surgieron amistades y relaciones que la llevaron a formar parte del Junior Board del Museo del Barrio, donde eventualmente fue directora de comunicaciones. Durante su tiempo ahí, sus lecciones más valiosas fueron “el darme cuenta de una manera más formal de cuánto talento tenemos en Latino- américa, y el trabajo que falta por hacer para darnos a conocer... Tener la oportunidad de formar mi carrera en el mundo del arte y al mismo tiempo poder apoyar al talento latinoamericano fue muy valioso. Ahí creció mi sensibilidad por el arte y sus varios compo- nentes como el rol de las instituciones, el mercado, las galerías y la filantropía individual”. Al tratarse de las causas e iniciativas que considera que se necesitan impulsar a través del arte, explica que “siempre he creído en su poder transformativo y el del artis- ta. El arte trae humanidad, igualdad. A través de él necesitamos impulsar la justicia social, la libertad (sobretodo de expresión), el diálogo y la fraternidad humana”.