PERFIL, Logo con calma,
El monograma que identifica a la casa Fendi simboliza la historia de CALIDAD y el espíritu renovador de la marca romana. A 53 años de su creación, el célebre EMBLEMA protagoniza una colección cápsula
Un logotipo no es solo un símbolo gráfico para identificar una marca... Cuando se trata de un ícono, su signo tiene que llevar el mensaje de su ADN y, más que eso, imprimir una huella en la memoria colectiva. Desde 1965, cuando Karl Lagerfeld se unió a Fendi, y las cinco hermanas detrás de la marca fami- liar le pidieron que elaborara una colección pequeña de piezas de pelaje. El artista les produjo eso y, también, creó el primer blasón de la casa romana. Había nacido así la trayectoria de las dos ‘F’, que respondieron al concepto Fun Furs a partir del que la firma innovaba la manera de usar la piel, tratándola como vestuario, y no solo como abrigo. Desde entonces, ver- siones cada vez más sofisticadas del logotipo siguieron apare- ciendo, para marcar la evolución de la maison. En la década de los años 1970, los bolsos personalizados con el logo visible marcaron una revolución en la industria de la moda y acentua- ron el culto a lo Made in Italy.
Junto con la estética de las colecciones de Fendi, marchó su logo en la era del color block de los 80, y las geometrías del final del siglo XX y el inicio del nuevo milenio.
“Un logo no es solo eso, es mucho más. Para mí, el FF que identifica a Fendi es un código, parte de nuestro ADN. Es un sello de garantía”, ha afirmado Silvia Venturini Fendi. “Es por eso que trabajamos mucho en nuestras colecciones con ese sím- bolo, porque representa un importante valor para nosotros: la historia de una maison de casi 100 años, edificada sobre valo- res como tradición, pasión y amor”. Esa máxima y el espíritu de creatividad sin fronteras enarbolan la tradición de calidad y ha- cen que, a 53 años de su creación, el icónico monograma regrese ahora refrescado a la temporada de Fendi, con una colección cápsula que promete —y merece— reeditar la logomanía.