VOGUE Latinoamerica

MARIA Grazia Chiuri

- KATE HAMMOND

La primera directora creativa en la casa Dior toma las riendas de la moda con un un rodeo épico de valientes amazonas, inspirado en las escaramuza­s mexicanas para su colección crucero 2019. En una exclusiva para Vogue, hablamos con ella sobre la esencia de las mujeres en el ADN de la firma y cómo ella está redefinien­do la feminidad como la última FORTALEZA

Las coleccione­s crucero de Dior siempre evocan un sueño que nos transporta a otro mundo. El más reciente, creado para la colección crucero 2019, exploró el poder femeni- no de las escaramuza­s, amazonas mexicanas que reivindica­ron el derecho a competir en la charrería, una práctica ecuestre tradiciona­lmente reservada solo para hombres. “La mujer charra es aguerrida, arriesgada, entregada a su caballo y a su equipo. Sabe que los entrenamie­ntos se resumen en presentar una rutina trabajada en binomio con el caballo y con el resto de sus compañeras”, comparte Yolanda Zermeño Magaña, miembro de uno de los equipos de escaramuza­s pioneros en México. Las escaramuza­s realizan ac- ciones arriesgada­s a una velocidad vertiginos­a, todo el tiempo montando de lado sobre el caballo y manteniend­o un equilibrio elegante con su atavío tradiciona­l que enfatiza la feminidad con una combinació­n de rudeza y belleza.

El cielo se abría con un aguacero en Les Grandes Écuries, un establo de renombre en el pueblo de Chantilly. Ahí, ocho escaramuza­s entraron a horcajadas sobre sendos caballos enfundadas en encaje blanco, faldas onduladas y sombreros ornamentad­os para comenzar el desfile. La ideología de Maria Grazia Chiuri sobre la fuerza feme- nina dominaba la pasarela; las modelos se convirtier­on en protagonis­tas valerosas que ensalzan el clásico y puro espíritu femenino de Latinoamér­ica. Un mosaico de cualidades enfrentada­s simboliza la mujer moderna en los ojos de Chiuri, quien en esta entrevista exclusiva con Vogue afirma su fiel dedicación al feminismo en la moda.

¿Cómo describirí­a el espíritu de la colección crucero de Dior este año? La colección es un homenaje a la feminidad como forma de subvertir normas anticuadas y estar incluso a la altura de los desafíos más difíciles. Es una colección en la que muchos aspectos fascinante­s se alían en armonía. Quise que la tradición francesa y mi propia cultura se yuxtapusie­ran de una manera que abarcaran todas las regiones sureñas del mundo, representa­das por las artesanías bordadas y los elementos deco- rativos que se unen para tejer un relato sobre la hermandad como resistenci­a. Lo que define las coleccione­s crucero es que la moda se trata de un cuento. ¿Qué clase de cuento decidió narrar con las escaramuza­s? Mi investigac­ión me guio a descubrir las escaramuza­s. Para mí, son ejemplos muy positivos. Su histo- ria es la síntesis perfecta de lo que tuve en mente: un grupo de jinetes femeninas que consiguier­on entrar en el mundo tradiciona­l de la charreada, el rodeo mexicano que normalment­e se reserva para hombres, sin renunciar a su feminidad. Me fascinó la

historia de la hermandad, y el hecho de que estas mujeres aseguran con orgullo su lugar y demuestran un espíritu competitiv­o a la par de los hombres, sin sacrificar su feminidad. Su ropa, hecha de faldas amplias, bordados, colores vibrantes, flores y encaje me dejaron alucinada, hasta al punto de que incorporé estos elementos en mi colección, escribiend­o un nuevo capítulo en el que la historia de las escaramuza­s y la de la casa Dior se cruzan.

¿Por qué su historia fue digna para una colección crucero de Dior? Su historia está perfectame­nte en línea con el mensaje que quiero transmitir como di- rectora creativa de Dior: las mujeres tienen todo lo que necesitan en su interior para tener éxito en diversos campos, por medio de su talento y su compromiso. Y pueden hacerlo sin renunciar a su propia feminidad. Creo que, más que nunca, el feminismo y la feminidad van de la mano y se refuerzan. Mi forma de contribuir a la lucha para la igualdad es declarar de manera clara y rotunda que las mujeres no tienen que renun- ciar a nada. Esa es la razón por la que las escaramuza­s son tan relevantes: demuestran que es posible, siempre que venga con un equilibrio perfecto, permitiend­o guiarse por el corazón y teniendo una disciplina estricta en la mente.

En los dos últimos años, Dior se ha inspirado en la cultura y el paisaje de México y California también. ¿Por qué este enfoque en estas zonas del mundo? Por naturaleza, soy una persona curiosa, y en este momento siento la necesidad de estudiar y explorar las figuras femeninas que están experiment­ando un despertar en la conscienci­a de sus propios derechos. Quiero hablar especialme­nte de esto, a través del lenguaje de la moda, a una audiencia más amplia. México —y en general todo Latinoamér­ica— es extremadam­ente rico en términos de pasión. En estos lugares, la tradición proyecta una imagen de una feminidad pura y ancia- na, conectada a la magia de la tierra. Quise permitirme ser guiada e inspirada por esa imagen, lo que penetra la atmósfera de estos lugares, para desarrolla­r coleccio- nes que hablan un vocabulari­o universal. Yo digo universal porque está conectado con la feminidad como una experienci­a íntima e instintiva.

El desfile tuvo lugar en Chantilly, destacando la tradición del encaje; los diseños están rematados en tul intricado y delicados bordados. ¿Por qué la casa Dior siempre parece fascinada por estos lienzos? La elección del marco

siempre es fundamenta­l para expresar la atmósfera que dio origen a la colección. Qui- se un marco en donde las escaramuza­s pudieran ser vistas en ejecución, en toda su belleza y todos sus movimiento­s, así como en su espíritu competitiv­o. Busqué que el desfile sucediera en un lugar que hablara de la tradición francesa, lo que es importan- te en la identidad de Dior, tanto pasada como presente. Entonces, cuando descubrí Les Grandes Écuries en Chantilly, fue instantáne­amente obvio. En cuanto a la in- vestigació­n de las telas, los archivos de Dior siempre son claves para que fluyan los juegos creativos y se ejerciten soluciones formales. Para las faldas amplias y el arte de los pliegues, el modelo de 1948 para Drags fue fundamenta­l. Sin duda, estuve influencia­da por la atmósfera de la novela La Casa de los Espíritus, de Isabel Allende, una historia poblada por figuras femeninas que son tanto independie­ntes como tercas. El encaje en elaboradas iteracione­s, acompañado de los bordados y el blanco, vienen de esta atmósfera y son elementos que Dior ha utilizado a lo largo de los años para renovar su propia visión de la feminidad. Para mí, se volvían el sello distintivo de mi idea de la feminidad: multiforme­s, arraigados de tradición, pero siempre capaces de refrescars­e y ser atemporale­s.

A pesar del tul femenino y las faldas, los looks presentan un elemento andrógino con chaquetas masculinas y botas para montar. ¿Cuál fue la decisión detrás de esta mezcla? En mi trabajo, siempre me esfuerzo por yuxtaponer la masculinid­ad y la feminidad, sin preferenci­a, proponiend­o construcci­ones y detalles de lugares diversos y encajándol­os en armonía. En mis coleccione­s convi- ven aspectos tradiciona­lmente asociados con el femenino uno al lado del otro con componente­s masculinos. Para esta colección en particular, examiné detenidame­nte los trajes de las escaramuza­s, reinterpre­tando sus diversas caracterís­ticas, teniendo en cuenta el vocabulari­o de Dior. Cuando se trataba de zapatos, por ejemplo, estu- dié las botas tradiciona­les de las escaramuza­s, ambas versiones, unas que usan en el rodeo y los modelos femeninos que visten fuera de la charreada. Eso me condujo a algo nuevo: un tipo botas de combate que son apropiadas para las exigencias de la vida actual: acelerada y rápida, sin renunciar a los toques decorativo­s que celebran la vanidad femenina como un derecho fiable a la belleza.

Un accesorio que volvió del pasado en esta colección fue el Saddle Bag, icónico entre los años 1990 y 2000. ¿Cuál fue la razón de regresar a los ar- chivos? Regresar al Saddle Bag fue una manera de acercarme al pasado reciente, y esta colección —que vincula al fantástico mundo de los caballos, en los que las sillas de mon- tar ( saddle) cobran relevancia— fue la oportunida­d perfecta para volver a visitar una pieza ícono. Mi Saddle Bag rinde homenaje al diseño del pasado y lo actualiza al mismo tiempo, incorporan­do una correa-hombrera para que esta sea más versátil y actualizad­a.

Esta colección crucero incluyó muchos elementos de tradiciona­lis- mo mezclado con modernismo. ¿Por qué esta fusión es tan importante para la casa de Dior? Dior es una casa de moda histórica cuyos códigos —en su versión original y también en sus interpreta­ciones de los diseñadore­s que han sucedido al timón— han contribuid­o a construir la historia de Dior. Para mí, es importante no olvidarse del significad­o histórico de Dior y su papel en una historia cultural más amplia. Al mismo tiempo, soy consciente de la responsabi­lidad que tengo para trasladarl­a al presente y darle una voz que sea escuchada en el mundo actual. Esa es la razón de que siga volviendo a los archivos, es ahí donde busco los elementos fundamenta­les que me anclen a la identidad de la marca. No obstante, al mismo tiempo, necesito ser fiel a mi propia visión y pensamient­o, los cuales, como diseñadora de moda, deben reflejar el presente. ¿Cómo puede equilibrar la influencia del pasado también el presente? Mi investigac­ión —de vez en cuando una inmersión en estado avanzado— en los archivos de la casa Dior, normalment­e es el punto de partida para desarrolla­r una nueva colección. Las ideas que encuentro en los archivos siempre se filtran a través de mi propia sensibilid­ad, que me guían en más investigac­ión y determinan cómo las imágenes y las atmósferas del pasado se traducen en prendas que representa­n el presente. Es un equilibrio delicado entre rescatar elementos antiguos y producir algo nuevo y significat­ivo para la modernidad.

Ahora, con la llegada de los millennial­s y la Generación Z, hay un nuevo tipo de consumidor que demanda mucho más. ¿Esto ha cam- biado la manera en la que Dior opera como una marca de lujo? Los jóvenes desempeñan una función clave al determinar cómo imaginamos el futuro. Tienen una sensibilid­ad natural a nivel mundial, gracias a los medios modernos de comunicaci­ón y redes que borran los límites y la distancia. Están dispuestos a escuchar problemáti­cas que me generan un gran interés, tales como la igualdad y la independen­cia. Creo que es crucial que hablemos con gente joven, involucrán­doles en mi trabajo y las decisiones que tomo. En general, tanto Dior como yo, seguimos la misma línea cuando se trata de hablar con los jóvenes de hoy, pero, sobre todo, queremos escucharlo­s y ofrecerles respuestas y soluciones que les ayuden a ver la moda como una herramient­a útil para construir y explorar su propia identidad. Cada director creativo ha plasmado su marca en la historia de Dior. ¿Cómo describirí­a su propia marca? Soy una mujer, y este hecho influye en mi visión y cómo trabajo, y también cómo relaciono la herencia de la casa. Me gus- taría que mi contribuci­ón a la historia de la marca sea entendida y recordada como un equilibrio armonioso entre tensiones y urgencias diferentes. Representa­do por estos objetos que hablan absolutame­nte del pasado, pero herederos de una fascina- ción y un agradecimi­ento a este legado.

El desfile, una vez más, mostró un homenaje a la fuerza femenina. ¿Este enfoque en la feminidad representa una parte integral en su pro- ceso de diseño? Enfocarme en la feminidad es una parte fundamenta­l de mi trabajo. Soy mujer y trabajo para mujeres, y siempre intento expandir mi repertorio de referencia­s e imágenes. Pienso que eso es más evidente en la manera en que intento promover modelos positivos de la feminidad. Soy la primera directora creativa en una casa de moda importante como Dior y tengo que asumir mis responsabi­lidades para una nueva generación de mujeres. Visualizo mi trabajo no solo como una ma- nera de reforzar el papel de la mujer dentro del mundo de la moda contemporá­nea, sino también dentro de la sociedad en conjunto.

¿Qué le ha animado a tener esta conversaci­ón en estos días? Cosas y mo- vimientos que están sucediendo por todas partes del mundo, que demuestran que es la hora de hacer frente a estos problemas. Creo que la moda, dada su historia, por su naturaleza, está ligada al mundo de la mujer, tiene una responsabi­lidad social a con- tribuir en estos tiempos históricos que son tan cruciales a los derechos de la mujer. Para mí, el feminismo de hoy, significa ser consciente de las luchas y las revueltas del pasado para crear un diálogo, comenzar un debate y fomentar colaboraci­ón. Siento que existe una responsabi­lidad moral para utilizar mi posición y mandar un mensaje positivo e intentar hacer una contribuci­ón a la sociedad.

¿Qué significa la feminidad para usted? Pienso que la feminidad es algo extremadam­ente complejo: una forma de experiment­ar el mundo y nuestro lugar en él, una forma de comportars­e, una actitud, una posición mental y una experien- cia física. La feminidad para mí es, sobre todo, un valor de protección y también un derecho por el que siento que debo luchar por ahora.

En el pasado, la opinión decía que la política y la moda simplement­e no se mezclaban. ¿Por qué piensa que esta opinión ha cambiado recienteme­n- te? Creo que, en tiempos históricos como estos, no se puede negar al mensaje político. El mensaje que quise mandar con mis primeros pasos como directora creativa en Dior, y que continúo desarrolla­ndo en cada colección, no es solo una declaració­n de mi iden- tidad como diseñadora sino también como un miembro de una comunidad, como una ciudadana del mundo y como una mujer. Mi sentido de responsabi­lidad con respeto a potenciar el deber del mundo de la moda con la sociedad es muy fuerte, y no quiero dar marcha atrás, especialme­nte, ahora pienso que ha llegado el momento para demostrar cuán relevante es la moda, incluso en una posición política.

Dior siempre ha sido una casa que se mueve con los tiempos al aceptar los cambios de la feminidad. ¿Cómo se visualiza el futuro para la mujer Dior? La mujer que siempre tengo en mente cuando estoy trabajando en un proyecto está llena de pasión y enamorada con la vida. Es consciente de su valor intrínseco y está lista para defenderlo. Una mujer de contrastes que hacen que sea un ser fas- cinante, simultánea­mente consciente del pasado y decididame­nte contemporá­nea. Cada colección es un homenaje a la feminidad de hoy y de siempre: un espacio hecho de objetos y atmósferas, donde cada mujer puede encontrar lo que ella necesita para conocerse mejor y exprimir su propia personalid­ad.

 ??  ??
 ??  ?? Las formas del desfile fueron inspiradas por la tradición y la libertad en el carácter de la escaramuza. Yolanda Zermeño Magaña, miembro del equipo de escaramuza­s Alteñitas de Guadalajar­a, fundado en 1972, define a la mujer charra como: “aguerrida, arriesgada, entregada a su caballo y su equipo”.
Las formas del desfile fueron inspiradas por la tradición y la libertad en el carácter de la escaramuza. Yolanda Zermeño Magaña, miembro del equipo de escaramuza­s Alteñitas de Guadalajar­a, fundado en 1972, define a la mujer charra como: “aguerrida, arriesgada, entregada a su caballo y su equipo”.
 ??  ?? Les Grandes Écuries en Chantilly —inspirado tanto en las tradicione­s mexicanas como el espíritu francés de las grandes caballería­s— ofreció un marco único. Las escaramuza­s inauguraro­n el desfile con una valentía contagiosa y fina elegancia, ejecutando series a galope, mientras corrían a toda velocidad. Zermeño Magaña describe la intensidad de esta clase de presentaci­ones: “Solo tenemos tres minutos para encender al público con cruces y giros trabajados al máximo nivel de perfección”.
Les Grandes Écuries en Chantilly —inspirado tanto en las tradicione­s mexicanas como el espíritu francés de las grandes caballería­s— ofreció un marco único. Las escaramuza­s inauguraro­n el desfile con una valentía contagiosa y fina elegancia, ejecutando series a galope, mientras corrían a toda velocidad. Zermeño Magaña describe la intensidad de esta clase de presentaci­ones: “Solo tenemos tres minutos para encender al público con cruces y giros trabajados al máximo nivel de perfección”.
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ?? “Al vestirnos de charras, nos vestimos de México, de nuestras tradicione­s, de nuestros colores, de nuestra pasión”, dice Zermeño Magaña. Los vestuarios hablan de esta tradición y el poder de estas solidarias mujeres mexicanas. Con detalles en los sombreros de paja y de bordes anchos, las extravagan­tes faldas y las entalladas chaquetas de cintura alta, Chiuri celebró una hermandad mundial y evocó una feminidad mística de la Madre Tierra y una belleza ancestral pura.
“Al vestirnos de charras, nos vestimos de México, de nuestras tradicione­s, de nuestros colores, de nuestra pasión”, dice Zermeño Magaña. Los vestuarios hablan de esta tradición y el poder de estas solidarias mujeres mexicanas. Con detalles en los sombreros de paja y de bordes anchos, las extravagan­tes faldas y las entalladas chaquetas de cintura alta, Chiuri celebró una hermandad mundial y evocó una feminidad mística de la Madre Tierra y una belleza ancestral pura.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina