VOGUE Latinoamerica

YES, You CAN

- DANIEL GONZÁLEZ

EL SUFRAGIO UNIVERSAL ES CONSIDERAD­O HOY UN DERECHO INALIENABL­E EN PRÁCTICAME­NTE TODOS LOS PAÍSES DEL MUNDO; SIN EMBARGO, EL MUNDO ERA MUY DIFERENTE HACE UN SIGLO. MUJERES COMO EMMELINE PANKHURST LOGRARON EN 1918 UNO DE LOS GRANDES HITOS DEL SIGLO XX: EL DERECHO AL VOTO Y A LA ELECCIÓN DE TODAS LAS MUJERES BRITÁNICAS. UN CAMINO LLENO DE OBSTÁCULOS Y DE HECHOS, NO DE PALABRAS

Sesenta años después de la publicació­n de El Manifiesto Comunista de Karl Marx y Friedrich Engels. Diez días después de la firma del armisticio que puso punto y final a la Primera Guerra Mundial. Apenas un año después de la toma del Palacio de Invierno de San Petersburg­o por parte del Ejército Rojo. En plena Revolución Industrial, con la máquina de vapor abriendo paso a los motores de combustión fósil y el Titanic hundido en algún punto del Atlántico Norte. En este contexto, en plena decadencia victoriana, la mujer se empoderó en el Reino Unido como no lo había hecho en los cinco mil años precedente­s. Una ley promulgada el 21 de noviembre de 2018 permitía a todas las mujeres mayores de 21 años a optar por un escaño en el Parlamento por primera vez en la historia; antes, el 6 de febrero de ese mismo año, 8.4 millones de mujeres mayores de 30 años se sumaron al censo electoral del país tras la promulgaci­ón de la Ley de Representa­ción del Pueblo. Reino Unido se unía así a países como Nueva Zelanda, Australia, Finlandia y Noruega, verdaderos pioneros del sufragio universal.

La mujer, considerad­a débil e inferior por intelectua­les, políticos y ciudadanos a lo largo de la historia, al fin abría las puertas de la vida política de una de las principale­s potencias económicas y militares del mundo, y lo hizo para quedarse. Sin embargo, el camino hacia el éxito, hacia ciertos principios de igualdad, fue arduo. “Hechos, no palabras”, fue la conclusión a la que llegó una de sus principale­s líderes, Emmeline Pankhurst, quien 29 años antes, en 1889, había fundado junto a Richard Pankhurst, su marido, la Liga para el Sufragio Femenino. ¿Objetivo? Defender el sufragio universal, formar parte de las decisiones políticas para, a partir de esas posiciones, cambiar el mundo. Un plan tan

ambicioso como improbable en el que pocas confiaban. Hechos, no palabras. La moral decaía entre los grupos feministas que empezaban a organizars­e en Londres, Birmingham, Manchester y Liverpool, tótems de la clase obrera urbana. Hechos, no palabras, como aquellos anarquista­s influidos por Bakunin.

Mayo de 1905. Sede del Parlamento Británico, institució­n que acaba de bloquear una ley clave en el camino hacia la universali­dad del sufragio. Emmeline Pankhurst se congrega a las puertas junto a otros miembros del Women’s Social and Political Union (WSPU) para protestar por lo acontecido intramuros unas horas antes. La violencia de la policía consigue domar la situación, pero el mundo ya ha cambiado. Las mujeres responden a la represión con lanzamient­o de piedras y objetos; es la radicaliza­ción del conflicto, que se prolongarí­a hasta finales de 1918. En 1908, medio millón de personas tomaron Hyde Park para solicitar el cambio de ley y en 1909 las sufragista­s más comprometi­das destrozaro­n mobiliario urbano y comercial en varios puntos del Reino Unido. “Es nuestro deber violar la ley con el objetivo de llamar la atención”, declararía Pankhurst a la influyente prensa de la época en pleno parque londinense.

Pankhurst fue condenada a prisión por aquellos hechos y visitaría la prisión otros seis meses más antes de la aprobación de la ley en febrero de 1918. El camino de no retorno era una realidad envuelta en represión y violencia por parte de autoridade­s como Churchill, entonces Ministro de Interior,

quien en 1910 ordenó cargas policiales que avivaron el conflicto. Así, poco después llegaron la quema de plantas en el Jardín Botánico, actos de guerrilla como escribir en ácido sobre campos de golf las palabras “Voto para las mujeres”, quema de buzones de correos en las principale­s ciudades de Inglaterra o el atentado con bombas a la mansión de David Lloyd George, Ministro de Hacienda, en 1913. Fue en ese año cuando apareció la primera mártir de la causa: Emily Wilding Davison, quien murió aplastada por el caballo del Rey Jorge V durante la celebració­n del Derby de Epsom, cita clave para la elitista clase alta de la época.

Tras la histórica decisión del Parlamento Británico, muchos otros países siguieron la senda emprendida desde Londres. El sufragio universal llegaría a Estados Unidos en 1920, a Uruguay en 1927, a España en 1931, a Brasil en 1932, a Francia en 1944 y a Suiza en 1971. En México la libertad de voto para las mujeres llegó en 1953 tras una reforma política emprendida por el presidente Miguel Alemán gracias a los esfuerzos liderados por la activista Elvia Carrillo Puerto.

El centenario de lo acontecido en Reino Unido en 1918 llega en un momento marcado por el resurgimie­nto del feminismo a nivel mundial. La brecha salarial entre hombres y mujeres, las denuncias de acoso y abuso sexual surgidas tras las acusacione­s a Harvey Weinstein, los deplorable­s comportami­entos protagoniz­ados por altos cargos de ONGS y asociacion­es civiles y políticas y la nominación de Brett Kavanaugh como posible miembro de la Corte Suprema de Estados Unidos demuestran que el camino emprendido por aquellas mujeres idealistas y luchadoras a comienzos del siglo XX se encuentra apenas en sus inicios. ¿Todo está por hacer? No; lo contrario sería una reflexión injusta; Emmeline Pankhurst, Elvia Carrillo Puerto y Emily Wilding Davison, sin embargo, demostraro­n que sí se puede.

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 ??  ?? Desde arriba, izquierda en sentido horario: retrato de la activista inglesa Emmeline Pankhurst; imagen protagoniz­ada por Pankhurst y sus hijas con la policía al tratar de ingresar al Palacio de Buckingham para presentar una petición al rey; imagen de lassuffrag­ettes británicas en el año de 1909.
Desde arriba, izquierda en sentido horario: retrato de la activista inglesa Emmeline Pankhurst; imagen protagoniz­ada por Pankhurst y sus hijas con la policía al tratar de ingresar al Palacio de Buckingham para presentar una petición al rey; imagen de lassuffrag­ettes británicas en el año de 1909.
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 ??  ?? Desde arriba, derecha: Los acontecimi­entos alrededor del movimiento sufragista femenino del pasado siglo, inspiró diversas películas como Suffragett­e (2015) protagoniz­ada por Anne-marie Duff, Carey Mulligan, Helena Bonham Carter y Romola Garai; o la cinta Oh, What a Lovely War (1969) en la que Vanessa Redgrave interpreta a Sylvia Pankhurst. Arriba: imagen de Hyde Park, epicentro de diversas movilizaci­ones en Londres.
Desde arriba, derecha: Los acontecimi­entos alrededor del movimiento sufragista femenino del pasado siglo, inspiró diversas películas como Suffragett­e (2015) protagoniz­ada por Anne-marie Duff, Carey Mulligan, Helena Bonham Carter y Romola Garai; o la cinta Oh, What a Lovely War (1969) en la que Vanessa Redgrave interpreta a Sylvia Pankhurst. Arriba: imagen de Hyde Park, epicentro de diversas movilizaci­ones en Londres.

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