AROMAS Indómitos
La firma italiana presenta nuevamente a Jared Leto y, por primera vez, a Lana del Rey, como EMBAJADORES de las nuevas fragancias Gucci Guilty Revolution, que se caracterizan por atesorar ese espíritu hedonista y libre, en el que lo femenino y lo masculino se entremezclan para producir mapas OLFATIVOS inolvidables
Viernes 2 de noviembre del 2018, me encuentro en la metrópo- li de Los Ángeles. Hora: 13:00; locación: Château Marmont. Este es el lugar y el momento en el que acceso al crepúsculo de los dioses o el Valhalla de las celebridades. Lo primero que sorprende es el contraste entre la solera de puertas, suelos y molduras con la estética gótica que impera en la decoración. Ingreso a la habitación en donde me encuentro por cuarta vez con el actor, músico, director y líder vocalista de Thirty Seconds to Mars y referente que encarna la nueva esencia de Gucci Guilty Revolution, Jared Leto, que lleva la melena suel- ta y larga hasta los hombros –debajo se ve una camisa blanca impecable, desabotonada a la mitad de su pecho del cual cuel- ga un collar con cabeza de león y perla creación de la firma–.
En esta habitación, en donde recibe a Vogue, el minimalis- mo pide turno y tras vencer la tentación de pedirle que me confiese la causa detrás del halo de paz que transmite con solo mirarlo a los ojos, la entrevista se enfoca al motivo de este encuentro: el lanzamiento de las fragancias femeninas y masculinas Gucci Guilty Revolution. “Es una esencia fuerte, muy presente: es posible notar si quien la llevaba ha estado en la habitación incluso cuando ya se ha ido”. Desde el frasco o el packaging a, por supuesto, el aroma de la fragancia, Leto es coherente con el lenguaje y los códigos que Gucci utiliza para crear sus colecciones. El nombre de la fragancia, que se traduce ‘culpable’ es toda una declaración de intenciones. Guc- ci Guilty Revolution, busca prender la chispa de una rebelión contra convenciones trasnochadas y roles tradicionales enfo- cándose en la libertad y para ello ha elegido también a otra embajadora, la actriz y cantante Lana del Rey, que representa una feminidad no binaria y defienden valores como el incon- formismo, la individualidad o la diversidad.
Como cierre, Leto me comparte un recuerdo memorable. “¿Quieres saber algo? Tiene que ver con México”, recuerda. Su mente se traslada al tour que acababa de realizar con su grupo Thirty Seconds to Mars, ahí soy testigo del amor y la pasión que siente por el público mexicano. “Nunca podré agradecerles lo suficiente por esa experiencia, porque las sensaciones que me transmiten me hacen más fuerte”, finaliza.