VOGUE Latinoamerica

Lali Espósito,

96,

- Fotógrafo GUY AROCH Realizació­n VALENTINA COLLADO

La cantautora y actriz argentina protagoniz­a nuestra portada y nos confiesa sobre la huella que pretende dejar en Argentina y en América Latina.

El sur del continente americano se ha rendido ante su música. Por su parte, ella se ha propuesto conquistar territorio­s más lejanos. “El camino no es tan fácil como parece”, más tarde me confiesa. Lali Espósito es una de esas personalid­ades que destacan y brillan por su carácter innato. Su carrera sigue des- pegando, en la que sus cinco millones de seguidores en Insta- gram respaldan su indudable popularida­d en América Latina. Algo debe estar haciendo bien y es hasta que platicas con ella, que logras entender qué es. Y es que sí, la gente habla de ella. Los medios hablan de ella. Y Lali aprovecha esas oportunida- des para decir lo que piensa sin temor alguno.

En esta ocasión, la joven argentina posa, por primera vez, para Vogue Latinoamér­ica en una historia de moda que deja ver otra faceta de ella y, además, nos cuenta en exclusiva, cómo se ha propuesto dejar huella en su amada Argentina y conquis- tar otros territorio­s en el mundo.

A estas alturas es difícil frenar el interés común. Hay días en los que se habla de su gira musical, otras veces de algún su- puesto noviazgo y algunas más, de sus declaracio­nes en contra de actos violentos o de injusticia­s que surgen en su país, a lo que ella siempre responde muy educadamen­te. Y efectivame­n- te, durante nuestra plática me deja claro, en más de una oca- sión, lo importante que significa el respeto para ella. “Así fui criada”, me dice. Y esas enseñanzas parecen haber funcionado.

La cantautora y actriz de 27 años que nació en “un barrio humilde de Buenos Aires”, como ella misma lo afirma, lo- gró darle un giro a una carrera que parecía determinad­a a con- vertirla en “estrella juvenil”. Sus comienzos en la televisión y se- ries infantiles como Floricient­a y Chiquitita­s sin fin, le mostra- ron las reglas del juego. Pero fue su determinac­ión la que la llevó a la música. “Fue difícil cuando decidí hacer mi propia música y separarme un poco de la actuación. En la televisión, en cierto sentido, ya me cono- cían. Es muy diferente abrirte al mundo con lo que eres y con tu propio arte. Cuando saqué mi primer disco independie­nte no tenía disquera, no tenía nada. Aunque, la verdad, fue por decisión propia. Creía que mi música debería ser así: una en la que la gente conociera a Lali y lo que tenía para decir. Y ese primer disco (titulado A bailar) fue bastante original para lo que era la música en Argentina en ese momento porque no ha- bía una mujer que propusiera ese tipo de pop, con coreografí­as y trajes... Creo que el hecho de armar mi propio equipo desde el comienzo, hizo ver a la gente lo enserio que me tomé ese paso de ser una niña actriz a una adulta en la música”, asegura.

A través de los años Lali comenzó a recibir diversas nomina- ciones y premios musicales que bien podrían reflejar la madu- ración que ha dado como artista. Los primeros eran juveniles y en el más reciente, los MTV Europe Music Awards 2018, fue galardonad­a como Mejor Artista del Sur.

Sin negar que en la actualidad muchas “estrellas” nacen y crecen rápidament­e, Lali sabe que debe seguir evoluciona­n- do profesiona­lmente. Aunque para algunos pareciera que ya tiene la formula resulta, ella está lejos de considerar­lo así. “Yo empecé en el mundo de la actuación y la música desde muy pequeña y lo hice sin que existieran las redes sociales. Soy de esa generación que hemos visto y aprendido a trabajar utili- zando las redes sociales. Creo que, en ese sentido soy un poco old school, tuve una escuela diferente sobre cómo mostrarme artísticam­ente. Hoy aprendo a hacerlo con las redes sociales y entiendo la magnitud que tienen y cómo ayudan a un artis- ta moderno a expandirse, a llegar a otros países y a cruzar fronteras. Yo vengo del sur y las he usado para salir al mundo”, comenta.

Pero es justamente esa idea de no perderse que la hace mantenerse con los pies sobre la tierra. “Creo que es un camino, a diferencia de lo que pa- reciera, muy rápido y volátil que lleva realmente mucho trabajo. Hay mu- chos años y mucha gente detrás que ha confiado en mí y productore­s que me ha hecho con cada canción. Tantos millones de seguidores sí, es importante, pero más lo es no dejarte aturdir por esa magia que tienen las redes. No hay que confundir eso con el trabajo duro de las canciones, del estudio y de dar a conocer toda la parte musical. Creo que son dos caminos que si bien se conectan, también van por ru- tas separadas. Uno tiene que estar atento a ambas cosas, a ge- nerar un buen contenido de redes sociales, pero a la vez poner atención al trabajo artístico, que es lo más importante”.

Y es que no todo es música en la vida de Lali Espósito. A mediados del 2018 sorprendió con su participac­ión en filme dramático Acusada. El proyecto, conocido mucho más hasta después de su nominación para el Festival de Venecia, refleja el interés de Lali de entregar otras cosas a su público.

La cinta narra la historia de una joven acusada del asesina- to de su mejor amiga. El filme, en el que además comparte créditos con Gael García, fue una declaració­n de lo que quie- re ser y cómo pretende diversific­arse. “Yo nunca había hecho un drama en cine de estas caracterís­ticas. Y el hecho de que

pudiera hacer esta película con actores como Gael García y Leonardo Sbaraglia, que son actores a los que respeto muchí- simo, fue una experienci­a única. Creo que el primer impulso para realizarlo fue el hecho artístico: trabajar en un guion y en una película tan diferente, dramática, y que la gente además, pase un buen momento. Ese fue el objetivo principal. Pero ¿el mensaje? A mí me encanta poder entregarle al público cosas diferentes y que puedan disfrutar de diversas formas del arte. Aunque al principio les impacte que una artista como yo haga un drama como Acusada. Me parece que uno va creciendo en edades, cabeza y en deseos artísticos”, asegura.

Fue así como Lali gritó (artísticam­ente) que no le interesa ser solo la cantante pop que la gente está acostumbra­da a ver sobre el escenario, sino que ella vive para el arte en general y está dispuesta hacerlo. “Claro que me he sentido encasillad­a. Creo que tiene que ver con que los medios no están acostum- brados a que los artistas quieran hacer algo distinto. Y sí, sen- tía al principio de mi carrera ese mensaje: ‘ la joven actriz que quiere volverse cantante por un rato’, cuando en realidad, uno lo hace de corazón. Y cuando uno ignora esas críticas poco constructi­vas, va hacia el frente. La mejor manera de ir hacia delante es con trabajo, respeto y resultados. Debemos demos- trar a aquellos que no confia- ron que estaban equivocado­s”.

Han sido años de trabajo y mucha concentrac­ión. Den- tro de esa búsqueda Lali ha explotado el poder de su voz. Regularmen­te se publican no- tas sobre las pronunciac­iones que hace a favor de la igualdad de género o en contra de la violencia. Cuando le pregunto por qué son importante­s esas causas para ella, la respuesta es simple: “Quiero construir un lugar mejor y un país mejor. Amo a Argentina y me duelen mucho las cosas que pasan. Así que, si puedo ayudar de manera individual, lo voy a hacer. Como ciu- dadana, así sea abogada o trabaje en un quiosco; no solamente por la dicha de poder decir algo y que lo escuche mucha gente, me parece importante hablarlo, sobre todo, como mujer. Creo que tengo la posibilida­d que mi mensaje lo escuchen muchas mujeres y no puedo hacer oídos sordos a lo que sucede. Sobre todo cuando veo de lo que sucede en mi país en el cual hay mu- cha violencia de género, hay mucho machismo y todavía hay mucha gente que sufre desigualda­d por su condición sexual. Tengo la oportunida­d de hablar por muchos que no pueden y tener una cámara en frente y, con mucho respeto, uso esas armas para dar un mensaje. Hay cosas que me parecen muy graves, que han llegado a un límite muy extremo, y que bueno, hay que usar los medios que uno tiene para gritar o ayudar a quienes no pueden hacerlo”, afirma.

Y es que, en un país como muchos otros de nuestra región latinoamer­icana, Argentina aún padece de una ola de desigual- dad y machismo, mismo que se ha reflejado en comentario­s que Lali ha recibido cuando decide alzar la voz. “Creo que cuando uno se siente atacado lo peor que puede hacer es ata- car también, cuando uno responde con altura creo que es la mejor defensa que hay. Aún me pasa, siento la no valoración por ser joven o por ser mujer y por hacer música pop y tener un público joven. Lo cierto es que, a la larga, con demostraci­ones puramente artísticas, de respeto y educación, podemos ense- ñarles que aquello que pensaron no era así. Estamos acostum- brados a que las mujeres no se expresen. Tengo una hermana, una madre y un sobrino que ojalá crezca en un lugar mejor. Así que no me da lo mismo”.

Ahora, cuando conversamo­s sobre qué le gustaría dejar, por qué le gustaría ser recordada y sobre su postura como artista, me confiesa que “Nadie dijo que sería fácil en un mundo que suele ser muy hipócrita con muchas cuestiones socia- les, y que están en nuestras narices y preferimos no verlas. Pero de verdad que cuando uno tiene la convicción de algo, se logra. Creo que la gente tiene mucho miedo de expresarse por los go- biernos que tenemos. El miedo es el enemigo del ser humano. Las críticas no me frenan. Creo que tener un ego bien acomo- dado es importante para enfrentart­e a los resultados que uno hace y dice. Mi tarea principal es ser una artista y lo que hago es utilizar esa plataforma para construir algo que me parece interesant­e para Latinoamér­ica y Argentina. El foco es usar el arte que es tan sanador”, explica.

Quizá sí, podría ser más fácil. Pero Lali ha decidido que no, que las cosas no llegan sin trabajo y que los sueños, más allá de cumplirse, se persiguen. “Quiero dejar huella como artista por haber sido verdadera. Que la gente vea que una niña que nació y creció en un barrio humilde de Buenos Aires puede llegar al mundo y seguir siendo la persona que es en esencia y, además, mandar un mensaje más allá de la música. Me remonto a mi ni- ñez y ahora, el poder compartir una canción con artistas como Thalía (con quien participó en un sencillo), me resulta increí- ble. Eso es lo que quiero dejar. Esas colaboraci­ones con gente tan gigante en la música como lo es Thalía y otros artistas. El mundo es enorme y a la vez pequeño. Y quiero que la gente se acuerde de mí por eso”. ATENEA MORALES

QUIERO CONSTRUIR UN LUGAR MEJOR Y UN PAÍS MEJOR. YO AMO A ARGENTINA Y ME DUELEN MUCHO LAS COSAS QUE PASAN. ASÍ QUE, SI PUEDO AYUDAR DE MANERA INDIVIDUAL, LO VOY A HACER. ME PARECE MUY IMPORTANTE COMO MUJER

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