Del Caribe y CENTROAMÉRICA
El centro de nuestra América va desde incendiarios volcanes hasta tibias PLAYAS y explosiones de color, pero por encima de todo eso está la manera en que su gente abraza y disfruta su talento y su idiosincracia. LA MODA no es excepción y sus eventos merecen todo el respeto
Cuando llega el tercer mes del año, miramos a los eventos de moda en Centroamérica y El Caribe que marcaron el preludio de lo que esperaremos de la región en 2019. En Guatemala, su Mercedes Benz Fashion Week celebraba la quinta edición y esos aniversarios son siempre un buen momento para hacer balance. En general, este es uno de los eventos más sólidamente organizados y bien presentados en la región. Desde la puntualidad de los desfiles a la selección de los diseñadores participantes. Guatemala es también uno de los centros de moda que con más astucia y respeto aborda el legado de sus tradiciones textiles y encuentra en ellas inspiración. El resultado son colecciones que perfectamente se pueden vestir por las calles de hoy, que también llevan consigo el sesgo inconfundible de una rica cultura llena de signos y mensajes. Conscientes de ser parte de una industria, los organizadores han propiciado un espacio para la plataforma Coyuntura 13 como vitrina de compra en el marco de inmediatez del “see now, buy now”. Y mientras Guatemala cerró un quinquenio, Credomatic American Express Fashion Week Honduras iniciaba un decenio. El line-up trajo de regreso a los nombres que han logrado un espacio sólido y a otros
que dan pasos significativos. Lawin Paz mostró un ascenso notable desde la edición anterior, y merece una mención. A él lo tomamos como hilo conductor que nos trasladó al Caribe, a Dominicana Moda. Este es un evento que capitaliza la vida de la ciudad en que se realiza. La Ciudad Colonial de Santo Domingo se convirtió en el marco más impresionante para una celebración de la moda, y el apoyo de instituciones como la alcaldía y el Ministerio de Turismo, junto al sector privado, dieron como resultado el ejemplo más palpable de lo que los esfuerzos mancomunados pueden lograr. Todos los diseñadores participantes brillaron, y no hay mayor elogio para ellos que la reverencia colectiva que les hacemos como parte una identidad como nación. San Juan, capital hermana en ese Caribe que habla con nuestra gestualidad, presentó su Fashion Week y, también aquí, el esfuerzo rindió dividendos. Además de los desfiles centrales en el Casino de San Juan, la programación de eventos satélites y conferencias le dieron un perfil distintivo. Como cierre de temporada, Aruba, una isla con más sabor latino de lo que muchos imaginan, presentó su fiesta del diseño y aquí lo de “fiesta” tiene todo el sentido. La conocida como “isla feliz”, presenta una mezcla de colecciones Resort y beachwear de la mayor calidad, muy conscientes de que en eso está su fuerte.
El espacio es un tirano y no podemos detenernos en un análisis de las presentaciones, pero en nuestra plataforma Vogue.mx, coincidiendo con estas páginas, vamos por más. Ahí nos vemos.