Templos de BIENESTAR
Si el wellness es el nuevo lujo, exploremos el alma de los SPAS, espacios dedicados a la relajación que hoy ocupan el rol de las iglesias. Conozcamos su FILOSOFÍA
Cuando escuchamos la pala- bra “bienestar” generalmente pensamos en masajes repa- radores, cuencos tibetanos y música zen. Pero lo cierto es que el wellness es también una industria trillonaria –4.2 trillones de dólares generados solo en el año 2017, según la ONG The Global Wellness Institute– que crece mu- chísimo más rápido que otros rubros. Solo para tener una idea, entre 2015 y 2017, este mercado creció casi un 13 por ciento, algo inédito en otros rubros vinculados al esparcimiento y el ocio, sobre todo si se considera que, en el mismo período, en todo el mundo el crecimiento económico global fue de apenas el 3.6 por ciento. Las estadísticas pueden diferir según quien las recabe, pero los expertos en interpretar todos estos datos duros concuerdan en algo: el bienestar es el nuevo lujo y todo indi- ca que esta preocupación colectiva por la paz mental y espiritual, pero también por la juventud, la salud y la belleza, seguirá en franco aumento en los años venideros, lo que significará presupuestos cada vez más abultados para afrontar masajes, tera- pias y tratamientos en spa y centros holístico. Mientras las actividades y “prácticas que previenen enfermedades y promueven un estado de salud y equilibrio” se van volviendo cada vez más frecuentes, también se fortalece “una economía que apoya este enfoque”, admite Bonnie Baker. Esta antropóloga estadounidense se dedica, desde hace años, a diseñar y administrar spas de lujo. De hecho, concibió las áreas de bienestar y programas de tratamiento de distintas propiedades del Four Seasons y Mandarin Oriental y su última obra, el recientemente inaugurado spa del hotel Cartesiano, el cual le valió el premio Readers Choice Awards 2018, otorgado por la
revista Condé Nast Traveler, al segundo mejor del mundo. Inspirada en los pos- tulados de René Descartes, padre de la filosofía moderna, y las herramientas que le ha dado la antropología, Bonnie compartió algunos secretos de su oficio, que vincula sabiamente cuerpo, mente y alma. Ella parte de su formación previa para explicar esta nueva cultura de bienestar. “Muchos me preguntan: ¿Por qué aban- donaste la antropología para dedicarte a los spas?”. Respondo que jamás dejé de ser antropóloga, porque en este trabajo lo que más hago es estudiar al ser huma- no, sus tradiciones de salud, sus creencias. Vivimos un momento interesante: los spas son las nuevas iglesias. Entramos a estos lu- gares e inmediatamente sentimos cierta conexión y aceptación, dejamos al mundo exterior afuera y nos ponemos a honrar algo. La mayoría de los usuarios no busca más que una experiencia de relajación, pero muchas veces se encuentran con ellos mismos e inician un camino de búsqueda más profunda. El spa es una puerta para llegar a un estilo de vida distinto y si tiene, además, un programa que permita educar, puede ser una he- rramienta de salud. Algo que hoy los médicos ya no hacen, la Iglesia tampoco… El spa puede ser un lugar de encuentro en comunidad, de apoyo y de aprendizaje”, afirma.