Bioestimulación Facial
Ante las múltiples propuestas en tratamientos, existen revolucionarias técnicas no invasivas que logran resultados inmediatos y sin efectos secundarios para nuestro rostro. Tres factores básicos son los que se recuperan al someterse a los procedimientos de la nueva era: firmeza, hidratación y producción de colágeno
Sí, nos lo han dicho hasta el cansancio: el paso del tiempo, el estrés, los agentes contaminantes de la ciudad, una escasa rutina de belleza, la constante exposición al sol… (¡la lista parece ser interminable!) son circunstancias que poco a poco van restando elasticidad, brillo, densidad y vitalidad a nuestra piel. ¿Pero qué hacemos para cuidarla, protegerla y evitar los incómodos –y siempre orgullosos– signos de envejecimiento? El primer paso es iniciar desde lo más simple en nuestra propia casa: una buena alimentación, limpiar nuestro rostro todas las mañanas y por las noches (sin excepción), y usar los cosméticos adecuados para cada necesidad.
Sin embargo, la piel del rostro al estar siempre expuesta y ser más delicada requiere de ciertos cuidados intensivos, es por ello que a nuestro rescate han llegado las clínicas de belleza con decenas de tratamientos especializados que aportan ese shot de vida absolutamente indispensable. Desde la aplicación de Plasma Rico en Plaquetas (PRP), hasta la luz pulsada o la radiofrecuencia facial, estos superhéroes de la dermis tienen un común denominador: sí suelen ser efectivos a corto y mediano plazo, pero resultan un tanto agresivos para nuestra piel, pues algunos provocan irritación, descamación y un ligero ardor. ¡Ojo! Esto no quiere decir que no sean recomendables ni buenos, sino que simplemente su tipo de aplicación puede causar distintas reacciones dependiendo de la piel del paciente: “Si utilizamos una sustancia o un tratamiento mecánico (es decir, un instrumento en vez del químico) para activar las células en el rostro es lógico que la piel va a reaccionar, lo cual no significa que va a dañarla. Ambos funcionan. Es importante también tener en consideración que ningún tratamiento es el mejor, siempre las terapias combinadas nos dan resultados más efectivos”, así lo recomienda el Dermatólogo Javier Ruiz Esparza.
Ahora bien, para aquellas personas que siguen siendo escépticas a este tipo de tratamientos o quieren evitar la “agresión” tan directa en su rostro, existe una nueva modalidad que no requiere de agujas, láser o cirugía. ¿Su nombre? Bioestimulación facial. Y consiste en aplicar diferentes métodos no invasivos que devuelven la juventud a la piel sin lesionarla, ya que utiliza elementos que genera el cuerpo humano por sí mismo. Gracias a estos tratamientos podemos alcanzar un rejuvenecimiento cutáneo visible inmediato o en pocos días, y sin efectos secundarios. Existen diversas técnicas, pero en esta ocasión hablaremos del Lifting Facial Cinético Enerjet y del Lipofilling o Nano Fat (no, no te preocupes, nada tiene que ver con la báscula).