VOGUE Latinoamerica

Impacto CULTURAL

Se llama María Paz Gaviria Muñoz y cada uno de sus pasos llevan la verdadera fuerza FEMENINA. La directora de la feria de arte ArtBo habla sobre sus diferentes FACETAS creativas y de la moda en su querido país

- Fotógrafo LUCCA CANO Realizació­n PILAR CASTAÑO

Siendo marzo el mes de la mujer y Vogue, un medio que ha registrado los grandes cambios y el poder que han vivido las mujeres en la sociedad, busqué a un ejemplo que no solo es el epítome de la libertad de las emprendedo­ras de hoy, sino también la representa­ción de juventud, ganas, frescura, cultura, moda y belleza. Se llama María Paz Gaviria Muñoz y cada uno de sus pasos llevan la verdadera fuerza femenina. Nació en Bogotá, tiene 36 años, y estudió Liberal Arts en la Universida­d de Columbia en Nueva York. Tiene, aunque no parezca, un legado sobre sus hombros que a veces puede ser una pluma y otras bastante pesado. Su padre, Cesar Gaviria Trujillo, fue Presidente de Colombia entre 1990 y 1994, su madre, Ana Milena Muñoz, es una súper mujer, economista, arquitecta y hoy embajadora de Colombia en Egipto, y su hermano, Simón Gaviria, es un joven político de grandes proyeccion­es.

Creció yendo a museos y galerías con sus padres en Washington. A sus 16 años tuvo su primer trabajo en la Galeria Ramis Barquet en Nueva York y aprendió que el oficio del arte no es tan romántico como uno se lo imagina. “Ver el arte nos es lo mismo que trabajar en él y negociarlo. En la universida­d no se aprende el oficio, se adquiere el conocimien­to. La primera feria que visité fue Arco en Madrid y me marcó para toda la vida. ¡Sentí una descarga de adrenalina indescript­ible!”. Cuando nos encontramo­s para tomar un café, llegó vestida con una túnica de pepas que parecía una bata de piyama y unos tacones altísimos, sin medias. Para ella, el arte y la educación deben dejar de ser privilegio­s románticos destinados a una minoría, dado que son fundamenta­les para el desarrollo del pensamient­o crítico y la humanizaci­ón de las personas, y la cultura no tiene sentido si no está democratiz­ada. “Siempre tuve claro que iba a volver a mi país. Mi visión era crear procesos de impacto enfocados en la cultura”.

En 2012, María Paz fue nombrada directora de ArtBo, la feria de arte de Colombia, y que hoy se le reconoce como una de las más importante­s en Latinoamér­ica. Como consecuenc­ia, Bogotá se identificó como la Atenas de antaño, respirando arte en todos los barrios y rincones. En exclusiva para Vogue, María Paz conversa sobre su visión en el campo del arte y la moda.

Su trabajo en ArtBo se le reconoce como algo muy transforma­dor. Usted democratiz­ó el arte en Bogotá, lo volvió muy “cool”. Ahora usted está al frente, no solo de ArtBo, sino también de otras plataforma­s culturales: del sector audio visual, la gastronomí­a, la música y la moda. ¿Se imaginó liderar todo eso al mismo tiempo? No estoy segura de que haya visualizad­o cargos específico­s, lugares específico­s, decisiones de vida específico­s. Sí podría hablar de una sensibilid­ad cultural desde muy pequeña. Por eso es que para mí, en este nuevo momento de la vida, pasar de procesos creativos desde las artes plásticas, o de dinamizar nuestra ciudad, o generar procesos democrátic­os, o de internacio­nalización a través del arte, es muy natural trabajar en aras de que esos mismos procesos se lleven a cabo desde otros sectores creativos. Es un gran reto el poder pensar en procesos de transforma­ción a través de otros campos. Creo que lo que hago a través de estas plataforma­s creativas del Bogotá Fashion Week, de la moda, del Bogotá Audiovisua­l Market, del sector audio visual, del Bogotá

Music Market, para el sector de la música, del Bogotá Madrid Fusión, como un congreso gastronómi­co, ArtBo, para las artes, todas le están apostando a fortalecer estas industrias creativas, a promociona­r y a posicionar a nuestra ciudad y a nuestro país, como sector de alto potencial de desarrollo económico.

Las grandes capitales del mundo tienen a sus cámaras de comercio apoyando la moda, empleando a miles de personas del sistema y el negocio textil. ¿Cómo incluir la moda dentro de las plataforma­s creativas? Lo ideal es poder trabajar para generar un proceso donde se trabajen con todos los actores de la cadena del sector de la industria. Poder trabajar desde la cámara con el sector marquista, con los diseñadore­s. Se requiere todo un proceso de fortalecim­iento, tanto en sus procesos creativos como en sus procesos comerciale­s, que después culminen en una plataforma donde podamos generar negocios, negocios para el sector de la moda, tanto a nivel nacional como a nivel internacio­nal. Es un reto supremamen­te emocionant­e y, por supuesto, también trabajarem­os no solo para el posicionam­iento de este sector, para el fortalecim­iento de esta industria en Colombia, para su internacio­nalización, sino también trabajarem­os para generar consumo, apropiació­n y promoción de la moda en Colombia, frente a un público más amplio.

Veo a una mujer que habla con mucha pasión. ¿Qué tan importante es para usted la moda? Para mí, la moda es ese campo de acción donde un individuo se expresa emociorebe­ldía. nalmente, donde se expresa nuestra cultura, nuestras tradicione­s, la contempora­neidad de temas socio económicos, políticos y a su vez nos habla de nuestra cotidianei­dad, de nuestra intimidad, donde transita de la esfera privada a la esfera pública. En ese sentido la moda ha sido siempre muy importante para mí. Yo trabajo para las economías creativas de este país. Y la moda puede generar un valor agregado para la ciudad y para el país.

Hablemos de la frivolidad esencial de la moda. La moda viste nuestros momentos. María Paz, ¿qué la llevó a casarse de blanco con unos zapatos rojos, muy fashion? No fue un acto de Uno se debe casar como se siente, como se define como mujer, con sus elementos favoritos, con su color favorito, más allá de las tradicione­s y los protocolos. Los zapatos no necesariam­ente debían combinar con mi vestido blanco. El rojo es mi color favorito y además… Quedaron en la foto. Mi matrimonio fue muy corto.

¿Siempre se pinta los labios de rojo? A veces, me los pinto de rojo. Me encanta, pero no siempre me pinto los labios…. Yo no hago nada “siempre”.

Al escucharla tomándose su café americano, con sus manos pequeñas y uñas muy cortas pintadas de rojo, su color favorito, hablando pausadamen­te, pensando en sus palabras, mirando con esos ojos inquietos con mirada de niña necia y divertida, le observo esa piel blanca impecable, con unos pendientes gigantes, diseño de su gran amiga Paula Mendoza. María Paz es menuda, en moda talla petite. Veo la pasión de una mujer que está disfrutand­o plenamente cada día de su vida. No puedo dejar de maravillar­me recordando tres décadas atrás a esa niña rebelde de uniforme de colegio y medias tobilleras irrumpiend­o en las filas del cambio de guardia del Palacio Presidenci­al en Bogotá.

Tiene muchas historias que contar, pero ya debe irse a cumplir con sus múltiples ocupacione­s. El Bogotá Fashion Week será el próximo cinco de mayo y hay que correr…. Sale corriendo como si volara con su túnica blanca de algodón y sus tacones altos.

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 ??  ?? En página opuesta: María Paz Gaviria en el Museo Gómez Campuzano en Bogotá con un vestido de Johanna Ortiz.
En página opuesta: María Paz Gaviria en el Museo Gómez Campuzano en Bogotá con un vestido de Johanna Ortiz.
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 ??  ?? En esta página: María Paz Gaviria con un vestido de Johanna Ortiz y accesorios de Mercedes Salazar. En página opuesta: la directora de ArtBo con un vestido y zapatos de Silvia Tcherassi.
En esta página: María Paz Gaviria con un vestido de Johanna Ortiz y accesorios de Mercedes Salazar. En página opuesta: la directora de ArtBo con un vestido y zapatos de Silvia Tcherassi.

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